domingo, 18 de agosto de 2013

SALUD MENTAL, LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VENADO DE DOS CABEZAS


        Había un venado que tenía dos cabezas, las cuales entraban frecuentemente en conflicto entre sí por la limitación de sus respectivas libertades y por el condicionamiento de cada una de ellas a la otra. A tal grado llegó la desavenencia, que una de ellas planeó una fatal venganza contra la otra: trataría de convencerla para ir a un coto de caza y sutilmente la pondría a tiro de un cazador; si todo salía bien, por fin quedaría libre. Y así fue; en el coto de caza un cazador abatió de un certero disparo a la otra cabeza. Todo salió según lo planeado... excepto que la cabeza superviviente también murió instantes después, sin haber llegado a comprender, ni entonces ni nunca, que ambas estaban compartiendo el mismo cuerpo.

        Así sucede con muchas familias. Sus dos cabezas, al sentirse en algún modo limitadas y condicionadas, tienden a enfrascarse en pleitos inútiles que llegan a degenerar en impulsos vengativos contra la otra cabeza, sin llegar a entender que el daño, en realidad, no solo se lo hacen a la otra cabeza, sino que se lo están haciendo a los hijos, a la familia entera, y, por tanto, a sí mismas.

Frecuentemente utilizan a los propios hijos como arma, como instrumento, o como trofeo en el conflicto. Y lo peor es que la familia termina muriendo sin que ninguno tome verdadera conciencia de qué fue lo que la mató.

        Cuando las personas eligen formar una familia, frecuentemente lo hacen un tanto inconscientes de en qué consiste el compromiso y la responsabilidad que contraen; lo van entendiendo poco a poco, cuando la experiencia les va haciendo ver que no es exactamente esa renuncia a ciertas libertades y a su ego lo que querían, y adoptan actitudes que les pueden conducir al fracaso; a veces matando a la otra cabeza; a veces simplemente mirando en otra dirección. Y justifican como la “trampa del matrimonio” lo que en realidad es inmadurez e irreflexión en su compromiso, sin llegar nunca a encontrarle gusto ni a la compañía ni a la soledad; ni al egoísmo ni a la generosidad.


        La familia debe ser como una empresa; un proyecto que requiere un mínimo de madurez, de dedicación y de renuncia a ciertas cosas. Es como una inversión que, bien cuidada, proporciona enormes utilidades de esas que no se miden en dinero; de lo contrario, puede llegar a provocar la pérdida de todo aquello que no es dinero y a veces también del dinero.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

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