martes, 27 de agosto de 2013

¿Seguirá Puerto Rico ejemplo de Detroit declarándose en quiebra?

Tomado de The Wall Street Journal

 Christian Science Monitor/Getty Images
Un empleado en la fábrica de Quartermaster en Anasco, Puerto Rico. Pese a las alzas de impuestos del gobierno, la deuda de la isla se mantiene bastante alta.

 ¿Puerto Rico podría ser el próximo Detroit?

Por Andrew Bary

El mercado de bonos municipales en Estados Unidos fue sacudido por la declaración de bancarrota de la ciudad de Detroit el mes pasado, pero un problema más grave podría estar desarrollándose en el Caribe, en donde Puerto Rico batalla con una economía tozudamente débil, un persistente déficit presupuestal y una deuda abrumadora.
En medio de crecientes preocupaciones de los inversionistas sobre las finanzas de la isla, una emisión de bonos municipales por US$673 millones hecha este mes por la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico ofreció un alto rendimiento de más de 7%. En cambio, California tiene rendimientos de 5% en bonos de obligación general. La mayoría de la deuda de Puerto Rico apenas cuenta con calificaciones de grado de inversión, y la confianza de los inversionistas pronto enfrentará una prueba clave, pues se prevé que más de esta deuda entre al mercado en los próximos meses.
Puerto Rico posee US$53.000 millones en deuda respaldada por impuestos de más de doce emisores, según Moody's Investors Service, y casi US$70.000 millones en total, según las autoridades. Incluso si se usa la cifra más pequeña, la deuda de Puerto Rico ocuparía el tercer puesto entre los estados más endeudados de EE.UU., solo detrás de California y Nueva York. Y su carga de deuda en relación a indicadores financieros clave —como el producto interno bruto, ingresos personales y población— es descomunal. Por ejemplo, la deuda per cápita de la isla, de US$14.000, es 10 veces el promedio de la de los 50 estados.
Además de su deuda, Puerto Rico tiene más de US$30.000 millones en pasivos de pensiones no financiados.
El telón de fondo de este territorio estadounidense no es prometedor: la economía ha estado en recesión desde 2006, la tasa de desempleo es de 13,2%, y el presupuesto ha estado estructuralmente desequilibrado por casi una década. El índice de pobreza es alto, los empleos públicos son casi un cuarto de todos los empleos y las transferencias del gobierno generan 40% de los ingresos. Más de un cuarto de los casi cuatro millones de residentes de Puerto Rico recibe asistencia alimentaria.
"Hay un espiral de deuda en Puerto Rico que no terminará bien a menos que ocurra un repunte dramático en la economía", apunta Dan Heckman, estratega de renta fija en U.S. Bank Wealth Management. "Hemos aconsejado a clientes que se mantengan lejos de Puerto Rico. El gobierno está haciendo todo lo que puede, pero tiene que salir de un hoyo de deuda muy profundo".
No obstante, hay grandes diferencias entre Puerto Rico y Detroit. La isla ha tomado medidas difíciles e impopulares para recortar las nóminas públicas, elevar impuestos y apuntalar las finanzas de su sistema de pensiones. El nuevo gobierno encabezado por el gobernador populista Alejandro García Padilla está comprometido a mejorar la estabilidad financiera de la isla y sus distintas emisoras de bonos. Cesación de pagos y reestructuración de deuda no están en el vocabulario del gobierno.
En declaraciones al semanario financiero Barron's, el Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico indicó que "las medidas fiscales implementadas por este gobierno, junto con los planes estratégicos desarrollados por las corporaciones públicas y el compromiso de transformarlas en empresas sostenibles, serán un factor positivo que asegurará el pago completo de la deuda asumida… Tenemos confianza de que ningún principal emisor de deuda incumplirá con su deuda". Barron's pertenece a News Corp. la casa editorial que publica The Wall Street Journal.
El año entrante probablemente será crucial, a medida que el gobierno de Puerto Rico apunta a reducir el déficit fiscal a unos US$800 millones desde los US$2.200 millones en el año fiscal que concluyó en junio, con gastos de US$10.000 millones. El déficit del año pasado fue inicialmente proyectado en unos US$300 millones.
Puerto Rico acostumbra tomar dinero prestado para financiar su déficit operativo así como los pagos requeridos sobre el principal y el interés de su deuda. Pero los escépticos se preguntan si los nuevos impuestos recaudarán suficientes ingresos para solucionar los problemas de deuda del territorio. También se preocupan de que quizás la frágil economía de la isla no pueda soportar una mayor carga de impuestos.
Si las medidas del gobierno no funcionan y sus costos de endeudamiento se mantienen altos, Puerto Rico podría verse obligado a reestructurar su deuda más adelante.
Un índice seguido de cerca de cerca del Banco Gubernamental de Fomento, muestra un declive interanual de 4,5% en junio. Este indicador, que refleja el consumo de gasolina, nóminas, generación eléctrica y ventas de cemento, tiene una alta correlación con el PIB. Esto sugiere que la actual proyección de 0,2% de crecimiento real en el PIB para el actual año fiscal podría demostrar ser optimista.
Los inversionistas estadounidenses tienen mucho en juego en los resultados financieros ya que muchos fondos mutuos e individuos poseen deuda emitida por la isla. Eso contrasta con Detroit, cuyos US$18.000 millones en pasivos mencionados en su quiebra incluyen cerca de US$9.000 millones en pasivos pensionales y de salud, así como una cantidad importante de deuda asegurada.
Ya que los pagos de interés en la mayoría de los bonos puertorriqueños están libres de impuestos estatales y locales en los 50 estados del país, la deuda ha atraído por mucho tiempo a inversionistas municipales en estados con altos impuestos como Nueva York y California.
Entre los fondos mutuos, los fondos Oppenheimer Rochester han sido los mayores compradores, y la deuda de Puerto Rico constituye casi 15% de los US$33.700 millones de la firma en fondos municipales, según datos de Morningstar. Otros fondos como Franklin Templeton, Dreyfus y Goldman Sachs también están expuestos a Puerto Rico. Por otro lado, Fidelity, T. Rowe Price, Vanguard, American y JPMorgan  tiene poca exposición a Puerto Rico, ya que menos de 1% de sus activos de fondos municipales son de deuda boricua, según Morningstar.
Troy Willis, vicepresidente y gestor sénior de portafolio en OppenheimerFunds, atribuye la reciente debilidad en la deuda de Puerto Rico a una "negatividad" insistente de parte de las calificadoras crediticias y otros. "Puerto Rico está avanzando en la dirección correcta", dice. "Está recortando su déficit presupuestario y podría tener un presupuesto estructuralmente equilibrado en un año. Eso es más de lo que se puede decir del gobierno federal".
Tomado de Barron's.com 

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