jueves, 30 de septiembre de 2010

Corrupción, un factor que incidirá seriamente en elecciones de Brasil

Tomado de The Wall Street Journal


SAO PAULO, Brasil— Un escándalo de corrupción que estremece al gobierno de Brasil ha arrojado una sombra de duda en lo que hasta hace poco parecía una victoria segura para la candidata del partido gobernante en las elecciones presidenciales fijadas para el domingo. El escándalo también ha reforzado la influencia de candidatos menos relevantes y generado incertidumbre sobre los planes del gobierno para contener el alza del real.

Los brasileños están debatiendo si Dilma Rousseff, la candidata del populista Partido de los Trabajadores, conseguirá la victoria en la primera ronda o se verá obligada a presentarse a una segunda vuelta a fines de mes.

"Hay una mayor posibilidad ahora que hace una semana de que vayamos a tener una segunda ronda", dijo Paulo Sotero, director del Instituto de Brasil, del Centro Woodrow Wilson en Washington.

Con una ventaja de unos 20 puntos porcentuales en la mayoría de los sondeos sobre el candidato opositor, el ex gobernador de Sao Paulo José Serra, todavía se anticipa que Rousseff se convierta en la primera presidenta de Brasil.

Pero si la victoria llegará el domingo o en una segunda vuelta programada para el 31 de octubre repercute en un conjunto de temas, desde la composición de su eventual gabinete al posible aplazamiento de decisiones pendientes.

Rousseff parecía encaminada un triunfo en primera vuelta gracias al apoyo del popular presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que no tiene derecho a reelección tras gobernar durante dos mandatos. Hace dos semanas, no obstante, un colaborador cercano de Rousseff, Erenice Guerra, renunció a su nuevo puesto como jefa de gabinete de Lula en medio de acusaciones de que miembros de su familia que ella había contratado para trabajar para el ministerio habían solicitado sobornos a cambio de acceso político.

Guerra niega las acusaciones y la policía federal ha puesto en marcha una investigación.

Rousseff no ha estado implicada en el supuesto tráfico de influencias, y niega haber tenido conocimiento del mismo llamando a menudo a las acusaciones un hecho irrelevante.

Su principal opositor, José Serra, la ha acusado de o ser cómplice o de desconocer de manera irresponsable los acontecimientos, teniendo en cuenta su cercanía a Guerra.

A su vez, los resultados divergentes de dos de las principales empresas de sondeos de Brasil le ha añadido un elemento de misterio al escándalo. Una encuesta divulgada el miércoles por Ibope indicó que Rousseff podría obtener un 55% de los votos válidos, por encima del 50% necesario para una victoria en la primera ronda. La firma también dijo que el escándalo no está haciendo mella en el apoyo a Rousseff.

"Sin lugar a dudas, si las elecciones fueran hoy, conseguiría una victoria en la primera ronda", dijo a los periodistas Rafael Lucchesi, director de operaciones de la Confederación Nacional de Industrias, que encargó el sondeo de Ibope.

Una encuesta de Datafolha divulgada el martes, sin embargo, mostró que Rousseff cedió tres puntos porcentuales en sólo cinco días y su apoyo se redujo a 51%. Teniendo en cuenta el margen de error de la encuesta de dos puntos porcentuales "sería imposible indicar una victoria de Rousseff en la primera ronda, en caso de que las elecciones fueran ahora", escribió Datafolha en un análisis de los resultados.

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