Agencias Noticiosas
Clinton defiende su
respuesta a ataque en Bengasi
"Asumo
la responsabilidad (...) Nadie está más comprometido a hacer bien esto. Estoy
determinada a dejar al Departamento de Estado y a nuestro país más seguros y
fuertes", dijo durante su comparecencia en el Senado.
Washington. La secretaria de Estado de Estados
Unidos, Hillary Clinton, defendió airadamente el miércoles su gestión del
ataque del 11 de septiembre del 2012 contra la delegación estadunidense en
Bengasi y negó cualquier intento por engañar a la población.
El atentado perpetrado por
militantes armados, que provocó la muerte del embajador estadunidense
Christopher Stevens y otros tres compatriotas, amenaza con mancillar el legado
de Clinton al frente del Departamento de Estado y socavar cualquier aspiración
presidencial que aún pudiera tener para el 2016.
En una intervención,
en ocasiones emotiva y en otras llena de energía, Clinton se conmovió al hablar
de cómo consoló a los familiares de las víctimas y se enojó cuando un senador
republicano acusó a la administración Obama de engañar al país con que el
incidente había surgido de una protesta local.
"Con todo
respeto, el hecho es que murieron cuatro estadunidenses", respondió
Clinton al testificar ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado en una
comparecencia demorada más de un mes debido a problemas de salud de la
funcionaria.
"Haya sido por
una protesta o porque unos hombres salieron a dar un paseo una noche y
decidieron matar a unos estadunidenses, ¿qué diferencia hay en ese
punto?", dijo Clinton, enfatizando su discurso con el movimiento de sus
manos.
La funcionaria
incluyó el incidente en una larga historia de violencia de ese tipo y también
como resultado de la inestabilidad regional desde el inicio de las revueltas
populares de la llamada "Primavera Árabe" en el 2011.
Se espera que Clinton
deje su cargo en los próximos días, una vez que el designado como su sucesor,
el senador John Kerry, sea confirmado por el Senado estadounidense.
Los republicanos
fueron duros en sus críticas a Clinton, y a la administración del presidente
Barack Obama en general. Uno de ellos dijo que tanto el ataque en Bengasi como
la respuesta estadunidense mostraron una "desgraciada falta de
preparación" para los acontecimientos que están teniendo lugar en la región.
Otro representante
republicano dijo que Clinton debió haber sido despedida.
El 11 de septiembre
del año pasado, militantes armados irrumpieron en la instalación diplomática
estadunidense en Bengasi, en Libia, y perpetraron el ataque.
Una investigación
oficial de Estados Unidos concluyó que el Departamento de Estado carecía
completamente de preparación para lidiar con el ataque, mencionando
deficiencias de "liderazgo y control", mala coordinación y líneas de
autoridad poco claras en Washington.
Cuatro funcionarios
estadunidenses de bajo nivel fueron cesados en sus cargos luego de que se
difundiera la pesquisa, que no halló que Clinton puntualmente hubiera fallado
en sus funciones.
Otro informe de un
comité del Senado indicó que el Departamento de Estado cometió un "error
grave" al mantener la misión en Bengasi abierta pese a la inadecuada
seguridad y las crecientes amenazas en las semanas previas al ataque.
Originalmente estaba
previsto que Clinton testifique el 20 de diciembre, pero la presentación se
canceló luego de que la funcionaria sufriera una conmoción tras desmayarse
debido a un cuadro de deshidratación. Los médicos luego hallaron que tenía un
coágulo en la cabeza y la hospitalizaron por varios días.
Ante la ferocidad de
la defensa de Clinton, varios senadores dijeron que la mujer parecía estar
totalmente recuperada.
"Más
combativa que nunca"
"Es maravilloso
verla en buen estado de salud y más combativa que nunca", le dijo el
senador republicano por Arizona John McCain a Clinton, quien respondió
riéndose. Luego, McCain continuó diciendo que rechazaba categóricamente una de
sus respuestas y que hallaba insatisfactorias las demás.
Además de ensombrecer
el legado de Clinton en el Departamento de Estado, la controversia sobre el
atentado en Bengasi también le costó a Susan Rice, embajadora de Estados Unidos
ante Naciones Unidas, la posibilidad de sucederla como secretaria de Estado.
Los republicanos en
el Congreso criticaron duramente a Rice por sus comentarios días después del
ataque, en que afirmó que el hecho parecía haber tenido lugar como una
manifestación espontánea en vez de un asalto planificado.
Rice posteriormente
retiró su nombre entre los aspirantes al más alto cargo diplomático de Estados
Unidos.
La voz de Clinton se
quebró cuando relató cómo consoló a los familiares de las víctimas del ataque,
el primero desde 1988 en el que murió un embajador de Estados Unidos.
"Para mí, esto
no es sólo una cuestión política, es personal", declaró Clinton en la que
probablemente será su última comparecencia antes de dejar el cargo.
"Abracé a las madres y padres, las hermanas y hermanos, los hijos e hijas
y las mujeres que se han quedado solas para criar a sus hijos", agregó,
con la voz quebrada, al contar la llegada de los ataúdes en una ceremonia
celebrada en una base militar.
"Asumo la
responsabilidad", declaró Clinton, replicando comentarios que formuló por
primera vez en una entrevista por televisión el 15 de octubre y remarcando que
aceptó todas las recomendaciones de un comité independiente que finalmente
responsabilizó a funcionarios de menor nivel.
"Nadie está más
comprometido a hacer bien esto. Estoy determinada a dejar al Departamento de
Estado y a nuestro país más seguros y fuertes", agregó la funcionaria, que
testificará luego ante un comité de la Cámara de Representantes.
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