Si hay una pregunta en la que toda la
humanidad está de acuerdo es que todos deseamos ayudar al prójimo de una forma
u otra.
En la inmensa mayoría del tiempo, los
argumentos para justificar esta acción humanitaria y desprendida podrían ser
válidos, sinceros y hasta de peso del por qué lo desean hacer. Algunos no solo
lo hacen por su desprendimiento material, sino porque viven intensamente esa
conexión divina.
Por otro lado, están los que hacen grandes
donaciones sencillamente para que la sociedad los identifique como
filántropos, desprendidos, humanitarios, sin tan siquiera ver que lo
hacen, solo para acogerse a los beneficios económicos que les brinda.
Deseamos aclarar que al expresar esta
realidad de algunos, no es bajo ningún concepto una forma de criticar a los
que, por codicia, utilizan las causas de los desvalidos para
enriquecerse, ya que los que lo hacen con ese propósito por lo menos
indirectamente están ayudando a otros que lo necesitaban y están en todo su
derecho escogen esa vida de voluntariado como una excusa para desconectarse de
su realidad, de sus deberes, de verse fijamente en el espejo de su reflejo, ya
que es más fácil desocuparse de sus vidas y preocuparse por otros.
Sus vidas están llenas de incongruencias, en
algunos casos, estas personas se desviven por los demás, mientras los suyos
están pasando necesidades y sufriendo.
Aunque su tiempo tiende a estar comprometido
con el bienestar de los demás, su salud está por el piso, sus finanzas son un
desastre y sus relaciones interpersonales son nulas. Estas personas tienden a
ocuparse de todos a su alrededor y a desocuparse de todo lo relacionado
con ellos.
No hay una forma correcta de servir a otros.
Mucho de eso dependerá en qué parte del mundo te encuentres, pero cada cual
hace lo que entiende mejor, como puede y, en muchos de los casos, para tener
algo en su resumé cuando vayan al tribunal celestial.

Entendamos primero el significado de la
palabra ocuparse, la misma tiene varios significados, entre ellos: llenar un
espacio o tiempo, dedicar la atención a algo, apoderarse, trabajar, dedicarse,
desempeñar, entregarse, consagrarse, atender y cuidar.
Cada uno de esos significados tiene un
denominador común y es que hay una acción concreta, una determinación de
actuar, de hacer algo diferente.
¿Qué tal si nos dejamos de estar salvando al
mundo y nos tomamos el tiempo para observarnos, vernos detenidamente, sentir
quiénes somos, entender nuestras necesidades, saber de dónde nacen nuestros
sentimientos, cuál es la raíz de nuestra existencia, comprender nuestras
relaciones y, sobre todo, cómo podemos vivir en nuestro presente?
¿Qué tal si nos tomamos el tiempo de dejar
de vernos en el espejo de los demás y realizamos un ejercicio de
autoevaluación?
¿Qué tal si por unos minutos nos desocupamos
del mundo y comenzamos a ocuparnos de nosotros mismos?
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