Tomado de The Huffington Post
Senado aprueba el acuerdo fiscal que evitará el "abismo"
Pasada ya la medianoche en la mayoría del país
- con excepción de la Costa Oeste - y siendo ya el 1 de enero de 2013, es
decir, dentro de la zona del "abismo fiscal", el Senado federal votó
por 89 contra 8 para aprobar un acuerdo al que llegaron poco antes el
vicepresidente Joe Biden y el líder de la minoría republicana en esa cámara,
Mitch McConnell.
Contra la mayoría de las predicciones, y en el
último minuto posible, demócratas y republicanos, el Congreso y la Casa Blanca,
llegaron a un acuerdo de que terminara el día - y el año - para así evitar el
aumento automático de impuestos y grandes recortes en programas sociales. El
voto en el Senado se tomaría "antes que de la medianoche", es decir,
antes del 1 de enero de 2013, evitando así el "abismo fiscal". Sin
embargo, al haberse ya dispersado la Cámara de Representantes, será necesario
un voto retroactivo de la misma, siempre y cuando se atenga a lo que acuerde el
Senado - si lo hace - en su votación de hoy.
En un día de altos y bajos increíbles, de
esperanzas renacidas y frustradas para volver a renacer, con la mediación del
vicepresidente Joe Biden en conversaciones con el líder de la minoría
republicana en el Senado Mitch McConnell, se ultimaron detalles que habían sido
anteriormente rechazados por los republicanos.
Anteriormente, poco después de la 1:30 de la
tarde y en una alocución de 10 minutos desde la Casa Blanca transmitida por
todas las cadenas televisivas, el Presidente de Estados Unidos Barack Obama,
anunció que un acuerdo fiscal entre demócratas y republicanos en el Congreso
para evitar el aumento de impuestos a la clase media estaba a la vista aunque
no todos los detalles habían sido ultimados.
De esta manera, si los políticos superan
algunos puntos, que, señaló el mandatario, estaban aún en entredicho, se
evitaría una parte importante del llamado abismo o precipicio fiscal
("fiscal cliff"), fruto de un acuerdo entre ambos partidos de hace 18
meses.
El abismo o precipicio fiscal ("fiscal
cliff") consiste en una serie de aumentos de impuestos al ingreso de la
enorme mayoría de los estadounidenses y una serie de recortes draconianos en
los presupuestos de programas sociales y del Departamento de Defensa de
alrededor de un 10 por ciento. Todo esto podría a juicio de expertos fiscales
causar una nueva recesión mientras el país aún no salío de las consecuencias
graves de la anterior, iniciada en 2007.
El
acuerdo, dice el New
York Times, es el resultado de la
mediación ejercida por el vicepresidente y exsenador Joe Biden, cuya
participación en las conversaciones fue pedida por el líder de la bancada
republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell.
Según la misma publicación, el discurso fue
recibido con muestras de enojo por parte de políticos republicanos que todavía
querían efectuar recortes en programas sociales como parte del presente
acuerdo. En consecuencia, la mayoría republicana y conservadora en la Cámara de
Representantes anunció que no llevaría a votación ningún acuerdo que no llevase
consigo el componente de recorte de programas sociales y de servicio médico en
el presupuesto, negándose tajantemente a un acuerdo que consistiese únicamente
de aumento de impuestos aunque fuese solamente a los ricos.
Según indicó Obama, los republicanos habrían
accedido a que se subieran los impuestos al 2 por ciento más rico del país a
cambio de concesiones que no especificó. El New York Times explica que los
impuestos subirán de un máximo de 35 por ciento a 39.6 por ciento a los
ingresos por encima de 400,000 dólares anuales para individuos y 450,000
dólares para parejas. Asimismo, el impuesto a los dividendos y la ganancia de
capital crecerá de un 15 por ciento actualmente a 20 por ciento. Asimismo, el
impuesto a la propiedad de residencias por valor de 5 millones de dólares o más
será de 40 por ciento, mucho menos de lo pedido por los demócratas. Todos estos
cambios en las tasas tributarias serán permanentes, y generarían alrededor de
700,000 millones de dólares más que la situación actual, explicó el matutino
neoyorquino.
"Parecería que un acuerdo está a la vista
pero no está concluido aún", repitió una y otra vez el Presidente.
"Quedan algunos temas por solucionar... quiero enfatizar ante el Congreso
que se trata de algo urgente", agregó.
Negándose a dejar la solución al próximo
Congreso, el ala del movimiento Tea Party consiguió que el tema de los
recortes, si bien no podía finiquitarse en el día de hoy, fuese considerado al
pagarse - en una combinación de impuestos adicionales y recortes a programas
sociales - su costo para ganar así dos meses hasta llegar a una decisión final
al respecto. De esta manera, se evitaba el aumento automático de impuestos a la
clase media, la interrupción de la ayuda federal a desocupados y estudiantes.
Por su parte, el sitio FoxNews anunció de boca
del líder republicano senatorial Mitch McConnell que confirmaba un acuerdo
respecto a los impuestos, pero que insistía en que se decretaran recortes
presupuestarios antes de firmar cualquier documento.
Obama no perdió la oportunidad también de
ironizar ante los presentes - un grupo entusiasta de admiradores - que este
Congreso no perdería la oportunidad de postergar todo hasta el último segundo
posible.
Por otra parte, admitió que el acuerdo incluye
solamente la parte tendiente a evitar el aumento automático de impuestos para
la enorme mayoría de los estadounidenses - a razón de dos mil dólares anuales
por persona - algo que él pidió desde el 6 de noviembre, cuando ganó la
reelección en reñido voto contra el republicano Mitt Romney.
La parte que aún no ha sido acordada tiene que
ver con recortes automáticos, a partir del 1 de enero, a los presupuestos de la
mayor parte de los programas sociales, de salud pública y de educación, así
como también al Departamento de Defensa. Ante la dificultad de llegar a un
acuerdo con la presente composición del Congreso, el Presidente admitió que
prefiere esperar hasta después de que los nuevos miembros - hay 10 demócratas
más que en el ciclo presente pero aún constituyen minoría en la Cámara de
Representantes - tomen sus puestos, el 3 de enero.
Obama anunció también que el acuerdo incluye
la continuación, durante un año, del fondo de seguro de desocupación, que en la
actualidad beneficia a dos millones de estadounidenses que todavía no han sido
capaces de encontrar trabajo y cuyo pago de desempleo financiado por los estados
(con ayuda federal) ya ha vencido.
"Yo quería llegar a un acuerdo completo,
todo el tiempo, incluyendo los recortes de gastos, pero fue demasiado para este
Congreso, quizás lo haremos a nivel de los estados", dijo el Presidente.
Sin embargo, agregó, el 2 por ciento de
mayores ingresos de los estadounidenses pagarán más impuestos, por primera vez
en dos décadas, y de manera permanente, aunque durante semanas los republicanos
insistían en su oposición a ésto.
Queda mucho por resolver, dijo Obama. Y todo
acuerdo debe ser balanceado. "Estoy dispuesto a reducir los gastos de
Medicare - el programa federal de ayuda médica para necesitados y jubilados,
reduciendo los gastos médicos que son demasiado altos... pero al mismo tiempo
hay que reformar los huecos en las leyes, que permiten que grandes
corporaciones y millonarios con acceso a influencia en el Congreso se abstengan
de pagar sus impuestos correspondientes.
En lo que podría ser una muestra de las
concesiones que ya hizo a los republicanos, Obama mostró una actitud combativa
respecto al futuro de las negociaciones, no a su pasado. "Si piensan los
republicanos que permitiré que se dañe a los jubilados, los estudiantes y la
clase media mientras que los millonarios no pagan lo correspondiente, se
equivocan".
Obama finalizó diciendo que se deberá quedar
en Washington durante el Año Nuevo ya que las próximas 12 horas serán cruciales
para las negociaciones.
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