
En nuestro País a penas se está empezando
a descubrir tal relación; en otros países dicha relación lleva ya bastante tiempo
siendo estudiada, y ello fue lo que me motivó, en mi etapa de preparación
profesional, a capacitarme intensamente en lo que llamamos “terapia familiar”,
es decir, el análisis de la relación familiar en todos sus aspectos, la
detección de los puntos anómalos de la dinámica familiar, su relación e
incidencia en la actitud y conducta de cada uno de sus integrantes a nivel
individual y colectivo, tanto intrafamiliar como extrafamiliar, y las
consecuencias de todo ello en las posteriores etapas de la vida, especialmente
en los hijos.
La terapia familiar es bastante más
compleja aún que la terapia individual, puesto que en ésta última, el paciente,
aunque suele ofrecer algunas resistencias, suele estar consciente de la
necesidad de atención, desde el momento que él mismo la solicita. Sin embargo,
en la atención familiar, suele haber una parte que obtiene ganancia de la
relación anómala; y otra parte, que suelen ser los hijos, que obtiene pérdida.
Ello suele provocar una fuerte resistencia de la parte “ganadora” a aceptar un
tratamiento, porque ello supone modificar la estructura de la dinámica familiar
que desde hace tiempo les es favorable. El resultado: Futuros adultos con una
salud mental marcada porque en su niñez o adolescencia fueron víctimas de una
relación familiar no saludable.
La salud mental de la familia, como
conjunto, es fundamental para la evolución de la salud mental de los hijos,
tanto a corto como a largo plazo. Los padres suelen ser inconscientes de esa
relación, y solicitan atención para el hijo porque es él quien manifiesta el
problema, pero sin darse cuenta de que el hijo no es más que el vehículo a
través del cual se expresa una problemática del conjunto familiar, del que los
padres son los directores.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha
enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión
en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes
medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con
objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de
apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar
acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en
sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital
Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la
embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me
hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por
la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como
video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en
diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy
absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que
cada persona es o va a ser en el futuro.
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