lunes, 10 de octubre de 2011

Alta tasa de deserción en filas policiales mexicanas

Agencias Noticiosas

En los últimos dos años se triplicaron las renuncias, con 6.367 dimisiones registradas. La violencia narco es una de las causas. Muchos abandonan por miedo, y otros, porque se cambian de bando

Las cifras pertenecen al período 2007 a 2009. En ese lapso, por cada 10 ingresos, ocho efectivos salieron de la institución. La renuncia, salida voluntaria o baja de los agentes coincide con la campaña del gobierno de Felipe Calderón en la que se invita a ciudadanos y estudiantes a unirse a la Policía Federal.

Las deserciones masivas de los uniformados también afecta a las policías estaduales. De hecho, en los estados de Tamaulipas, Zacatecas, Chihuahua, Oaxaca, Baja California Sur e Hidalgo la policía que subsiste no alcanza.

El denominador común: el déficit de personal. Las causas son múltiples. La primera radica en el peligro de ser policía. Vestir un uniforme, portar un arma o simplemente tener que estar de noche en las calles de ciertos estados mexicanos suponen una alta exposición. El peligro de transformarse en un blanco de la violencia narco se acrecienta si se forma parte de las fuerzas de seguridad.

A esta situación de peligro constante para ellos y sus familias (el narco no perdona parentescos) se suman las altas exigencias del Gobierno de Felipe Calderón. El Ejecutivo nacional quiere personal calificado y las pruebas se vuelven cada vez más duras para los hombres y mujeres sin estudios que solían volcarse a esta actividad.

Es cierto que los brutales ataques del crimen organizado dejan municipios enteros sin seguridad, sin embargo mucos de los golpes cuentan con la connivencia policial. Éste es otro de los factores de las dimisiones. Muchos de los policías de todo el país dejan el servicio a la comunidad para pasar a engrosar las listas del narco. Sin cifras oficiales, son muchas las voces del Gobierno que admiten la traición.

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