Tomado de BBC Mundo
Este verano, los turistas que visitaron Grecia aseguraron que
las playas eran tan hermosas como siempre y los sitios arqueológicos tan
fascinantes como siempre lo han sido. Sin embargo, los efectos de cinco años de
recesión en el país se están haciendo más y más evidentes.
Durante meses, los visitantes han visto imágenes de protestas callejeras de
ciudadanos enojados y han escuchado historias sobre el impacto de la
austeridad. Al llegar, esperan encontrarse con un lugar que se ve y se siente
casi como una zona de guerra.
Cuando un amigo mío le dijo a unos amigos este verano que vendría a Atenas
durante unos días, uno de ellos le preguntó en tono grave si todavía se podía
encontrar comida en las tiendas.
"¿Dónde está la crisis?" , preguntó un conocido cuando lo llevé
por toda la ciudad. "No se ve".
En muchos sentidos, no se puede ver.
Es fácil pasar unos días en los pequeños restaurantes llenos de gente de la
capital, deambulando por las tiendas populares, bebiendo café helado en la
acera de un café debajo de la Acrópolis y no notar nada extraño.
Atenas parece funcionar más o menos normalmente, como lo hace el resto del
país.
Percepción deformada
Algunos turistas este verano dijeron que habían estado a punto de cancelar
sus viajes debido a temores de disturbios.
Grecia está en su mejor momento en esta época del año.
La fabulosa costa destella bajo la luz del sol a finales del verano, las
casas de piedra blanca de las islas cubiertas con buganvillas sobre el azul
profundo del mar Egeo hacen que este lugar se sienta como el país más bendecido
en Europa -no como el más endeudado.
Las percepciones de Grecia se deforman fácilmente.
Algunos turistas este verano dijeron que habían estado a punto de cancelar
sus viajes debido a los temores de disturbios, pero luego, mientras beben un ouzo
-el típico aperitivo griego- en una playa perfecta, se sienten aliviados de no
haberlo hecho.
Sin embargo, basta escuchar las historias de los habitantes de esta cálida
nación para averiguar lo que realmente está pasando.
Recientemente conversé con un grupo de señoras mayores que se reúnen a tomar
café griego fuerte desde que se retiraron. Lo que ha cambiado es la
conversación.
"Ya no me puedo dar el lujo de comprar chocolate para mi nieto",
dice María de 82 años con los ojos vidriosos por las lágrimas. "Si ellos
me recortan aún más mi pensión mensual, me quedo con 100 euros (US$128) para
vivir. ¿No soy humana?".
Se trata de mujeres que han vivido tanto - las guerras, la dictadura - y
ahora simplemente tienen tiempo para una vejez confortable. Sin embargo, como
muchos aquí, enfrentan nuevos salvajes recortes del gasto.
"Mi hijo me pidió prestado dos euros (US$2.5). Está tan
desesperado", cuenta llorando Ermoni de 84 años. "Fue como un puñal
en mi corazón. No puedo permitirme vivir más. Lo único que quiero es cerrar los
ojos y no despertar jamás".
Tan bajo, tan rápido
Las historias trágicas están por todas partes: algunos partidos distribuyen
comida gratis para los necesitados.
Las historias trágicas están por todas partes. Visité a Kostas Kokotsis, un
hombre de edad avanzada que depende de la caja de comida gratis que recibe.
Su hogar en el suburbio occidental de Perama está cubierto de telarañas por
todos los rincones, con sonido de ratas dentro de las paredes, objetos viejos
amontonados por todas partes, las sábanas sucias y sin cambios.
Sobre la mesa se encuentra una factura de electricidad -que no puede pagar-
junto a su recibo de pensión de 340 euros al mes -poco más de US$435. Con eso
apenas cubre el alquiler.
De hecho, hay una casa-hogar al sur de Atenas, a la que cada vez llegan más
y más niños cuyos padres ya no pueden permitirse el lujo de mantenerlos.
Una madre renunció a su hija de 10 años el año pasado y ahora pasa con ella
sólo un momento una vez a la semana.
"Es difícil no tenerla junto a mí cuando duerme o ver su crecimiento",
dijo. "Pero no hay otra opción".
Esto está sucediendo en un país de la Unión Europea -un lugar de
incomparable riqueza cultural, belleza, historia. ¿Cómo ha llegado a esto?
Se pueden leer tantas teorías, estudiar las estadísticas y aún sigue
pareciendo incomprensible que un país puede caer tan bajo, tan rápido.
No obstante, estas son las distintas caras de la fascinante Grecia -una,
bañada por el sol, sofisticada y alegre; y otra, por el sufrimiento de una
forma que todavía aturde a cada historia.
Eso la convierte en un lugar que desafía las expectativas de los visitantes
del verano y que es a la vez encantadora, desconcertante y desgarradora.
Tengo planeado visitar Grecia el próximo año, principalmente por un interés histórico; sin embargo bien sé que corremos el riego de encontrarnos con manifestaciones o revueltas ya que para nadie es desconocido el conflicto económico por el que atraviesa esta bella y legendaria ciudad. Esto es producto de la globalización y de que siguen persistiendo esos sistemas capitalistas donde la riqueza mundial se concentra en unos cuántos ricos explotando la mano de obra de los más necesitados y esto empeora cada día, si se les permitiese a los países gobernarse sin intromisión de otros y Grecia al aceptar pertenecer a la Comunidad Europea cayó en redes y en sus condiciones y ahora es "te sometes o te sometes"
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