La frustración constante que vemos
diariamente en la interacción con personas es la desesperación de que las cosas
no salen como ellos quieren y en el momento que desean.
Ese fue el caso de un gran amigo que
hace años no habíamos coincidido en la misma ciudad. Después de años
simplemente comunicándonos por medios electrónicos por fin teníamos la
oportunidad de conversar y ponernos al día con nuestras vidas mirándonos a los
ojos.
Después de las preguntas
correspondientes de como esta la familia, amistades en común y el trabajo,
cuando de repente escuche una pregunta ¿qué puedo hacer para que las cosas
salgan como yo quiero?
Nuestra reacción inicial fue el
sonreírnos y le pedimos que por favor nos aclarara por qué el entendía que las
cosas no le estaban saliendo como el deseaba.
Inmediatamente sin pensar en la
pregunta que le habíamos hecho, comenzó a hacer una listas de las cosas que el
desde hace años ha deseado, anhelado y que ha trabajado por conseguir y que al
día de hoy no ha podido conseguir.
En su rostro se le veía una
preocupación genuina y hasta nos comunicó que ha llegado a un punto en su vida
que se sentía frustrado con casi todos los aspectos de su vida. Hasta me contó
que por primera vez en su vida había visitado a una de esas señoras que leen
cartas para ver si le podía dar una respuesta que es lo que estaba
haciendo mal.
Continuó comunicándonos que hasta hace
unas semanas comenzó a leer diariamente el horóscopo del diario de su ciudad y
que hasta había prendido una vela que la señora le había vendido para que
pudiera salir del estancamiento en que se encontraba.
Antes de empezar a respirar
nuevamente, después de habernos dicho todo esto, nos preguntó desesperado que
si teníamos una solución inmediata. Nuestra única reacción fue mirarlo a los
ojos y le preguntamos ¿quien te dijo que esas cosas que tanto deseas, hoy
día no se están alineando para que se hagan realidad?.
Hubo un silencio sepulcral, fue como
si el mundo se hubiese paralizado por espacio de unos segundos.
Su reacción fue una normal, su rostro
se había desfigurado, ya que estaba en proceso de buscar las respuestas y no
las veía. Nuevamente intentó de responder después de un largo suspiro y ningún
sonido podía generar.
Fue en ese preciso momento que
aprovechamos para indicarle que si esas eran sus frustraciones, que no se
preocupara, ya que cientos de miles de personas en ese mismo momento en el
mundo se sentían igual que él.

¿Que tal si partimos de la premisa de
que en vez de estar pensando egoístamente como lo has estado haciendo hasta
ahora, te despegas de tus necesidades y comienzas a ver las necesidades de los
demás?.
¿Que tal si en vez de estar mirando
que las cosas no han llegado, que no se han dado como deseas, que la vida esta
conspirando en contra tuya, haces un detente a todas tus exigencias, todas esas
demandas que le estas haciendo a la vida y toda aquella persona que te rodea?.
Que tal si sacas un papel y un lápiz y
haces una lista de todas las cosas que tienes actualmente. En esa lista seria
recomendable que la dividieras en tres áreas.
La primera, mirando todas las cosas
que tienes en tu ambiente físico, entiéndase casa, salud, familia, amistades,
trabajo, auto, comida. La segunda columna podrías poner el aspecto emocional,
entiéndase el amor en todas sus manifestaciones. Concluyendo con el aspecto
espiritual, que podría ser todo aquello que me llena el alma, el espíritu, es
eso que sientes, experimentas y no puedes describir.
Este simple ejercicio no solo te
sacará del estado catatónico en que tu mente se encuentra actualmente, en donde
solo ves que las cosas no se están dando, sino que empezarás a ver las cosas
desde otra perspectiva.
Es en ese preciso momento en donde
estarás viendo las cosas de la misma forma que los grandes sabios lo hacen,
haciendo un detente a todo y luego empiezan a sumar en vez de restar.
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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified
Life-Business Coach
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