domingo, 9 de septiembre de 2012

Voto hispano se vuelve crucial en elecciones de noviembre


 Tomado de The Wall Street Journal 
Manuel Betancur, dueño de una panadería en Charlotte, Carolina del Norte, dice que está 'muy confundido' de cara a las elecciones, aunque se inclina por Obama.
La carrera por el crucial voto de los hispanos en EE.UU.
Por Neil King Jr.
CHARLOTTE, EE.UU.—Con negocios con nombres llamativos como Las Delicias y El Rey del Pollo, la Avenida Central de Charlotte debería ser un terreno fértil para los republicanos que buscan maneras de penetrar en la creciente comunidad latina del estado de Carolina del Norte.
En su lugar, pone de manifiesto tanto la magnitud del desafío para el Partido Republicano con los hispanos como las oportunidades que le esperan si es capaz de reformular su mensaje.
En Las Delicias, una panadería con un embriagador aroma a empanadas, su propietario de 36 años, Manuel Betancur, culpa al presidente Barack Obama por la debilidad de la economía y el escaso progreso en las reformas inmigratorias prometidas.

Unas cuantas cuadras al este, Luis Sepúlveda, el dueño de 70 años del restaurante El Rey del Pollo, se frota las manos en el delantal y describe lo que le gusta del Partido Republicano: "Tienen un mayor respeto por la vida, la familia. Son mejores manejando la economía".
Pero ninguno de ellos planea votar por el rival de Obama, Mitt Romney, en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, que se celebrarán en noviembre. Citando la postura del partido respecto a la inmigración, ambos tienen dudas sobre los republicanos y lo que Sepúlveda llama "su hostilidad hacia los hispanos".
En toda la ciudad, en entrevistas con más de dos decenas de votantes hispanos, líderes políticos y empresarios, surge la misma ambivalencia. Pocos mantienen lazos inquebrantables con el Partido Demócrata, pero aún menos parecen estar dispuestos a apoyar a los republicanos, que todavía son vistos como hostiles hacia los intereses latinos.
El amplio apoyo de los hispanos ayudó a Obama a lograr una ajustada victoria en Carolina del Norte en 2008 y sus votos serán cruciales este año. La mayoría de las encuestas muestra una carrera muy reñida, con ventaja de Romney.
A nivel nacional, los republicanos han tenido éxito en impulsar candidatos hispanos a altos cargos políticos. De los cinco senadores y gobernadores hispanos en el país, cuatro son republicanos.
Dos de ellos, el senador por Florida Marco Rubio y la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, dieron discursos durante la convención republicana, en los que destacaron sus orígenes humildes. Una encuesta de impreMedia/Latino Decisions mostró un alza de 26% a 30% en los latinos que tenían intención de votar por Romney tras la convención.

Aun así, algunos temen que las estrictas posturas de muchos republicanos ante los temas inmigratorios estén pasando factura a las ambiciones nacionales del partido. "Creo que Mitt Romney ganará en noviembre, incluso con un limitado respaldo de los hispanos", opina Al Cárdenas, oriundo de Cuba y ex presidente del Partido Republicano de Florida que ahora dirige la influyente Unión Conservadora Estadounidense. "Pero este podría ser el último viaje de los republicanos a la Casa Blanca a menos que amplíen su atractivo entre los votantes hispanos".
En 2008, los hispanos ayudaron a Obama a ganar en Colorado, Virginia, Florida y Carolina del Norte, y se espera que en noviembre jueguen un papel decisivo en al menos seis disputados estados.
Se trata de una influencia política que sólo se volverá más evidente. Se calcula que la población hispana del país, ahora de más de 50 millones, podría alcanzar los 80 millones para 2030, o cerca de 22% de la población, frente al 16% actual. Los electores hispanos podrían pronto inclinar la balanza en varios estados sureños, especialmente Texas y Georgia.
Muchos republicanos creen que finalmente lograrán conquistar a más hispanos. Citan la vieja máxima del ex presidente Ronald Reagan de que los hispanos son republicanos de corazón, pero que simplemente aún no lo sabían.
Los hispanos tienen tasas de matrimonio y asistencia a la iglesia más altas que la mayoría de los estadounidenses. Tienden a pronunciarse contra el aborto y muchos son emprendedores.
A diferencia de otras minorías étnicas —los afroamericanos y los judíos, por ejemplo—, no tienen una historia o tradición que los ligue al Partido Demócrata. En la mayoría de las encuestas, en torno a 40% de los latinos se describen como políticamente conservadores. Aún así, cuando se trata de votar, son más demócratas ahora que cuando Reagan predijo que finalmente encontrarían su lugar en el Partido Republicano. George W. Bush conquistó aproximadamente 40% del voto hispano en 2004, frente al 34% que recibió Reagan en 1984. John McCain en 2008 consiguió menos de un tercio. El respaldo a Romney ha sido de 30% o menos en la mayoría de sondeos.
Los republicanos han perdido el apoyo incluso del movimiento evangélico hispano, casi enteramente por sus diferencias en temas de inmigración. "Para los republicanos, el puente hacia la tierra prometida de los hispanos es el votante latino religioso, y ese puente ahora está roto", afirma Samuel Rodríguez, un destacado pastor de Sacramento, California, que dirige la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano.
Carolina del Norte y su ciudad más grande son emblemáticos del desafío que afrontan los republicanos a nivel nacional. Atraída primero por trabajos agrícolas y luego por el auge de la construcción en el estado, la población hispana se disparó en los últimos 20 años, conforme llegaban a la región inmigrantes de América Latina.
En el condado de Mecklenburg, al que pertenece la ciudad de Charlotte, la población pasó de unos 6.000 habitantes en 1990 a más de 111.000 personas hoy en día. Actualmente, en torno a 830.000 hispanos viven en el estado, más del doble que en 2000. Entre aquellos que pueden votar —cerca de una quinta parte de los latinos— los demócratas registrados superan a los republicanos en una relación de más de dos a uno.
Dan Ramírez, de origen colombiano y un ex comisionado del condado, sigue siendo el único hispano en haber sido electo a un cargo público en Mecklenburg. Desde finales de los 90, ha tratado de ampliar el alcance de los republicanos entre los hispanos. "Se lo digo todo el tiempo a mis compañeros republicanos: 'Necesitamos ser más tolerantes. Tenemos que dejar claro que no todos los hispanos son ilegales. Debemos dejar de ahuyentar a la gente'", explica Ramírez.
Rafael Prieto, un columnista que escribe para el diario local en español Qué Pasa Mi Gente, dice que el estado solía estar abierto a nuevas llegadas. "Era como si hubiera un gran cartel en la frontera que dijera 'Bienvenidos'", recuerda. Los trabajos en construcción abundaban, los residentes no estadounidenses podían sacar una licencia de conducir y la policía de Charlotte creó una división de relaciones internacionales.
Pero todo eso ha cambiado. Los ataques del 11 de septiembre desembocaron en una ofensiva contra los inmigrantes. Las normas para los permisos de conducir se volvieron más estrictas y el condado de Mecklenburg se convirtió en uno de los más duros del país a la hora de deportar a indocumentados.
Las consecuencias golpearon a ambos partidos, pero con más fuerza a los republicanos. Para 2008, el ambiente en el estado había cambiado. La inmigración se convirtió en un tema recurrente de enfrentamiento entre los políticos.
En Las Delicias, Betancur y su esposa, Zhenia Martínez, siguen preocupados por el futuro del estado. La mano dura contra los inmigrantes y la recesión de 2008 perjudicaron el negocio familiar, por lo que tuvieron que cerrar tres panaderías. Desde entonces, han abierto dos negocios: una peluquería y un servicio de transporte para gente demasiado ebria para manejar.
Betancur, de Colombia y que en noviembre votará por primera vez, ha oído el mensaje de Romney de que es el candidato idóneo para emprendedores como él. Pero no está convencido. "Soy un tipo de clase media", explica. "Para mí, Romney es un hombre rico que quiere ayudar a los ricos". Betancur reconoce estar "muy confundido" de cara a las próximas elecciones. Dice que se inclina por Obama, aunque no lo entusiasme demasiado.
Un vocero de Romney, Alberto Martínez, asegura que la campaña ha estado "trabajando para ir enérgicamente por cada voto hispano y es un esfuerzo que sólo se intensificará a medida que se acerque el día de la elección".

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