Tomado de BBC Mundo
Cuestionan fallas de inteligencia en ataques a embajadas de EE.UU.
Por William Márquez
Las sedes diplomáticas de Estados Unidos
en El Cairo, Egipto, y Bengasi, Libia, que fueron atacadas esta semana causando
la muerte del embajador estadounidense en Libia y tres funcionarios más,
pudieron haber tenido fallas de seguridad e inteligencia.
A esto se le suman numerosos ataques el
viernes a sedes diplomáticas estadounidenses en varios países de Ásia y África.
Además hubo nuevos enfrentamientos en
Yemen y Egipto, países donde Estados Unidos desplegó infantes de marina para
proteger a su personal diplomático, mientras que el viernes el Talibán atacó la
base internacional Camp Bastion en Afganistán en "venganza" por la
película y mató a dos infantes de marina de Estados Unidos. El príncipe Harry,
tercero en la línea de sucesión de la corona británica, se encontraba en la
base pero resultó ileso.
La embajada en El Cairo habría recibido un
cable de parte de la comunidad de inteligencia 48 horas antes de los ataques en
Egipto y Libia manifestando preocupación, según un funcionario estadounidense
citado por la cadena noticiosa CNN.
Por otra parte, la BBC conoció que el
consulado en Bengasi no tenía todo el sistema de seguridad que había sido
recomendado por los contratistas privados que lo proveen y es posible que se
haya infiltrado un informante dentro del grupo de guardias locales que
brindaban seguridad.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado
respondieron que no había inteligencia suficiente sobre la cual actuar y que se
habían tomado las medidas preventivas necesarias teniendo en cuenta la fecha,
11 de septiembre, en la que usualmente se puede esperar algún tipo de acción
extremista.
Diplomáticos y expertos coinciden en que
es normal que una sede diplomática reclute guardias y personal del país donde
opera al tiempo que constantemente está recibiendo información e inteligencia
de varias fuentes sobre posibles amenazas.
Manejo de inteligencia
Con respecto a la alerta de inteligencia
supuestamente enviada antes del ataque, el portavoz de la Casa Blanca, Jay
Carney, rechazó categóricamente que el informe fuera verídico.
"No estábamos al tanto de ninguna
inteligencia indicando que un ataque contra la misión en Bengasi se estaba
planeando o era inminente y sobre la cuál debíamos tomar acción", declaró
el funcionario.
"
Uno está constantemente evaluando la información
que se está recibiendo de diferentes fuentes ya sean oficiales, privadas o
particulares para medir y evaluar la certeza de lo que cada una está
diciendo"
Stephen Donehoo, experto en seguridad, McClarty
Associates
De por sí, todas las sedes de Estados
Unidos en el extranjero habían incrementado su seguridad en anticipo al
aniversario de 11-S, según comunicó el Departamento de Estado que determinó que
la seguridad en Bengasi era apropiada.
Stephen Donehoo, experto en seguridad y
director de McClarty Associates, una consultora internacional en Washington,
explicó a la BBC que, más allá de la fecha especial, las sedes diplomáticas
están constantemente recopilando inteligencia.
"Uno está constantemente evaluando la
información que se está recibiendo de diferentes fuentes ya sean oficiales,
privadas o particulares para medir y evaluar la certeza de lo que cada una está
diciendo", expresó.
En base a eso, dice el experto, se pone en
contexto y se le atribuye la importancia necesaria a la información. El hecho
que las autoridades estadounidenses hayan considerado que no había por qué
actuar significa que no había suficientes detalles al respecto.
Niveles de seguridad
Es deber de las fuerzas del país anfitrión
proteger las sedes diplomáticas.
No obstante, todo tipo de información, sea
verídica o no, se distribuye a diferentes niveles porque puede ser una pieza
que completa un rompecabezas más grande.
"Es imposible especular si las
embajadas en Libia y Egipto tuvieron advertencias anticipadas de los
ataques", expresó a BBC Mundo Anthony Quainton, diplomático en residencia
de la Universidad Americana en Washington.
"Las embajadas pueden o no tener
inteligencia de ataques inminentes, ya sean del tipo terrorista o de violencia
callejera. Presumo que las embajadas estaban en contacto con las autoridades
locales para que los mantuvieran al tanto".
Las autoridades y fuerzas del orden de
cada país anfitrión son la primera instancia de seguridad para las misiones
diplomáticas. La protección es responsabilidad de las autoridades locales,
señaló el diplomático añadiendo que la inteligencia se comparte para que
redoblen la seguridad en caso de que sea necesario.
Cada embajada tiene una situación de
seguridad específica según la particularidad del país donde se encuentre, los
antecedentes y las amenazas que se puedan presentar cada país. Anthony
Quainton, que fue embajador en varios países de América Latina y el Medio
Oriente, dice que la sensación de seguridad varía con el cargo.
"Cuando estuve en Perú, tenía cuatro
autos blindados y aún así mi casa la volaron con pérdida de vidas y daños
materiales. La amenaza era real en ese entonces y un problema constante",
aseguró.
En Nicaragua y en Kuwait, por su parte, el
exembajador solo contaba con un guardaespaldas pero resalta que es práctica
estándar tener algún tipo de protección que empieza desde el mismo recinto de
la embajada.
De acuerdo al diplomático de la Universidad
Americana, en todas hay múltiples niveles de seguridad. La sede misma tiene una
serie de obstáculos físicos con muros, barreras, detectores de metales,
cámaras, etc. En el interior es usual que haya un destacamento de infantes de
marina.
Estándares en Bengasi
El primer nivel de protección es físico,
con muros, cámaras y barreras.
Parece que en Bengasi no existían los
estándares de seguridad que se merece una sede diplomática en una región de
tanta volatilidad, según manifestaron contratistas militares privados a la BBC.
El Departamento de Estado contrata a esos
servicios privados que se encargan de instalar todos los dispositivos
sofisticados de seguridad, colocar personal altamente capacitado, subcontratar
y entrenar otros guardias.
Las fuentes de la BBC declararon que el
oficial regional de seguridad -a cargo de la seguridad de la embajada-
recomendó no negociar un paquete completo para el consulado de Bengasi a pesar
de la insistencia de los contratistas.
Aparentemente, el consulado estaba
vigilado externamente por milicianos libios contratados localmente, muchos de
los cuales abandonaron sus armas y huyeron una vez la misión empezó a recibir
un ataque concertado.
En cuestión de 15 minutos, los muros del
consulado fueron violados, el resto de los guardias sometidos y abrumados por
la superioridad de los atacantes y cuatro personas, incluyendo el embajador J.
Chistopher Stevens, resultaron muertas.
Todavía no se ha establecido si el ataque
fue un operativo planeado cuidadosamente por un grupo extremista o si fue una
reacción espontánea de una turba de musulmanes airados por un video producido
por unos cristianos coptos en EE.UU. que supuestamente insulta al profeta
Mahoma.
No obstante, Stephen Donehoo considera que
por tratarse de una semana en la que se recuerdan los ataques del 11 de
septiembre habría más alerta y más sensibilidad por este tipo de amenaza que en
otros momentos.
"En una situación de este tipo, todas
las antenas de todas las embajadas y todos los entes de inteligencia están en
alerta", manifestó el experto en seguridad.
"Supongo que llevan en alerta desde
hace semanas sabiendo que venía el aniversario de 11-S, conociendo que al Qaeda
y otros grupos aprovechan estos aniversarios para realizar sus acciones".
Local es normal
Donehoo indica, sin embargo, que es muy
común contratar personal local para la protección de una sede diplomática ya
sea por cuestiones de presupuesto o por estrategia misma. Es gente que puede
entender mejor el ambiente y reaccionar de acuerdo.
"El chofer del carro blindado del
embajador casi siempre es local porque sabe cómo manejar en ese ambiente,
conoce la ciudad, cómo moverse si hay un trancón y sabe las rutas de escape en
una emergencia mejor que un extranjero", afirmó a la BBC.
La contratación de personal local puede
venir a un precio, como se reporta con los guardias que se fugaron y los
rumores de que posiblemente habría un extremista infiltrado. Pero Stephen
Donehoo dice que a ellos también se les somete a inspecciones con polígrafos
para asegurar que son fiables.
El embajador Quainton destacó que todas
esas interrogantes saldrán en la investigación que miembros del Comité de
Seguridad Interna del Senado han solicitado que se realice sobre los ataques.
"Los procedimientos de seguridad en el
consulado eran los normales, no me sorprende que los guardias locales
estuvieran allí. Eso es típico y rutinario", insistió, "pero siempre
existe la duda de si la seguridad armada local está dispuesta a disparar sobre
su propia gente".
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