Tomado de The
Huffington Post
Por Luis E. Montes
El ciclo electoral del 2012 será recordado como las primeras elecciones
presidenciales donde la participación directa de los Super PACs pudo influir el
resultado final de la justa electoral. La decisión se da luego que el 21 de
enero del 2010, la Corte Suprema de Justicia dictara sentencia en el caso
conocido como Citizens United vs. FEC (Comisión Electoral Federal, por sus
siglas en inglés).
¿Cómo llegamos hasta aquí?
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Vayamos a la unidad básica de todo este movimiento. ¿Qué es un Súper PAC?
Es un comité de acción política, como dirían algunos ayudado a crecer con
esteroides, cuyo objetivo principal es influir en la percepción del electorado
ya sea para apoyar un candidato o asunto. En muchas ocasiones, los Súper PACs
son los vehículos que se encargan de la parte negativa de las campañas. De
acuerdo a la ley, los comités tienen prohibido coordinar con las campañas de
candidatos sus estrategias y mensajes; pueden recibir contribuciones
ilimitadamente de cualquier donante (corporaciones, sindicatos, etc.) así como
pueden gastar en campañas sin ningún límite. Por su clasificación de ente
privado, de acuerdo al Código Tributario Interno federal, no están obligados a
dar a conocer sus contribuyentes.
¿Cómo cambió la decisión de la Corte Suprema el sistema
electoral?
Todo lo descrito anteriormente no era posible antes de la decisión del
2010. Previo a la decisión había límites a las contribuciones. Pero con la
decisión, por cierto cerrada con un voto de 5 a 4, la Corte Suprema dictaminó
que ninguna ley federal podía prohibir a una corporación o sindicato hacer uso
de sus fondos para influenciar el proceso electoral. De acuerdo a los 5
magistrados que votaron a favor de la decisión, el proceso político no se
corrompe media vez los gastos de estos grupos se hagan de manera independiente
de cualquier candidato o campaña. Bajo el nuevo régimen, los contribuyentes de
los Súper PACs pueden influir el proceso sin tener que hacer público su
envolvimiento.
Es así como alcanzamos esta dicotomía donde asociaciones de abogados y
politólogos aún discuten el impacto de la decisión judicial. Por un lado,
tenemos a los grupos conservadores y libertarios que aducen que la libertad de
expresión es más importante que cualquier regulación. Por otro lado, tenemos a
grupos liberales y promotores de la transparencia en el proceso político,
conocido en el argot político estadounidense como los go-go por "good
government", quienes argumentan que la rendición de cuentas en el proceso
electoral debe ser un requisito inviolable.
Para ejemplificar todo esta discusión legalista sobre la influencia de los
Súper PACs focalicémonos en el campaña electoral del distrito de Congreso 1 en
Nueva York. En la última semana se anunció la participación de 2 Súper PACs,
todos con un mensaje a favor del retador republicano o mejor dicho negativo en
contra del actual ocupante de la cúrul, Tim Bishop. Primero, el comité
Prosperity First gastó más de $315,000 dólares en anuncios de televisión
negativos en contra de Bishop. Por si no fuese suficiente, al final de la
semana anunciaron que gastarán un adicional de $21,000 dólares en correo
directo.
De la misma manera, el grupo Crossroads GPS dirigido por el
"cerebro" del ex presidente Bush, Karl Rove, anunciaron un gasto de
más de $260,000 dólares en ataques por medio de anuncios de televisión en
contra de Bishop. La publicidad negativa se da luego que una encuesta del
respetado Instituto de Investigaciones Siena diera a conocer que el demócrata
Bishop está aventajando al candidato republicano en por más de 13 puntos en la
más reciente encuesta. Habría también que recordar que ese distrito ha sido
denominado de vital importancia por varios grupos en Washington para lograr
mantener o cambiar de manos la Casa de Representantes.
Como podemos observar en este caso específico, grupos externos al proceso
local vienen y gastan grandes cantidades de dinero las cuales, dependiendo de
la efectividad de los mensajes o repetición, pueden influir en el resultado
final de las elecciones. Al final del proceso, los residentes del distrito
congresional 1 de Nueva York no sabrán quien pago por esos anuncios y correos
pero cabe la posibilidad que recuerden el mensaje y con eso el daño se ha
hecho.
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