sábado, 25 de junio de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PROBLEMAS NOCTURNOS DE LOS NIÑOS



Es muy frecuente que los niños presenten algún tipo de problemas relacionados con el sueño. Los más frecuentes son: el tener pesadillas, el orinarse en la cama, el despertarse bastantes veces durante la noche, el despertarse llorando de repente, el rechinar los dientes mientras duerme, el tener dificultad para dormirse, o el tener sueño durante el día.

Algunos de ellos, especialmente los dos últimos, están relacionados con malos hábitos al acostarse, tales como la irregularidad en la hora de hacerlo, el desvelarse por jugar o ver televisión, o el dedicar el ocio a dormir en horas inoportunas.

Ello tiene tan sencilla solución como establecer unos horarios para acostarse, los cuales, salvo excepciones justificadas, deberán cumplirse. Otros problemas pueden encontrar su fundamento en la ansiedad por la separación de los padres, especialmente en cierta etapa del desarrollo, lo cual se considera normal. Para ellos, la hora de acostarse es la hora de la separación, y hacen hasta lo imposible por evitarla. Aquí es pertinente también cierta firmeza con los horarios, pero procurando aplicarla con la máxima dulzura, acompañándolo, contándole alguna historia, dándole un beso, etc.

Otros de esos problemas pueden tener su explicación en alguna experiencia acontecimiento importante que el niño haya tenido ese día o durante esa época, bien sea en la realidad, o en la ficción (cine, TV) y que de algún modo le haya impactado. Al respecto debe evitarse que los niños observen escenas inadecuadas, especialmente en las horas anteriores a acostarse; y si no pudo evitarse, hay que dedicar un tiempo a tranquilizarle y darle algunas explicaciones.

El nacimiento de un hermanito frecuentemente provoca enuresis (orinarse en la cama) por ejemplo. Otra causa que puede provocar anomalías en el sueño de los niños son situaciones familiares insanas en las que se maneja violencia, maltrato, intriga, abandono, etc. En este caso, no se trata de un problema, sino de un síntoma de un problema familiar de mayor magnitud, que necesita otro tipo de tratamiento.

Hay otro tipo de anomalías del sueño, llamadas parasomnias, que no tienen relación con las causas señaladas anteriormente. Las más conocidas son: los terrores nocturnos, el sonambulismo, y la somniloquia o nictolalia (hablar dormido). Estos desórdenes, cuando suceden, suelen ser esporádicos y no requieren especial atención. Sin embargo, en caso de que se repitan en la misma noche, o todas o casi todas las noches por un tiempo, o si interfieren con el comportamiento durante el día, entonces se hace necesaria la consulta con el especialista.

Los terrores nocturnos se diferencian de las pesadillas en que son mucho más intensos e inexplicables. En la pesadilla el niño se acuerda de su pesadilla y luego no quiere volver a dormirse para que no se repita; en el terror nocturno el niño se despierta gritando incontroladamente, pero después se siente confundido, no sabe por qué grita, no se acuerda de nada, y se vuelve a dormir tranquilamente. En el sonambulismo, el niño camina casi como si estuviera despierto, estando, en realidad dormido. Corren el riesgo de golpearse, y se aconseja no despertarles, sino guiarles suavemente a la cama de nuevo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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