domingo, 21 de agosto de 2011

No Estamos solos, Dios camina con nosotros

Por Richard M. Samour

“Aquel mismo día llamaré a mi siervo…le vestiré tu túnica…será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa de su padre. (Is. 22, 19-23) – “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Mateo (16, 13-20)

La misericordia de Dios sobrepasa todos los límites del entendimiento humano. Al revisar el paralelismo de las escrituras del AT y del NT, nos damos cuenta como las mismas acciones y frases del “Dios de Israel” las repite constantemente Jesús. Esto prueba una vez más que Jesús era el verbo encarnado, el Dios hecho hombre. San Pablo en la carta a los Romanos (11, 33-36) nos dice, “¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios.” Es que Dios conoce nuestra condición humana y sabe que solos no podremos llegar a ese encuentro con EL que es la vida eterna.

En LC 6:39 Jesús nos cuestiona que, “«¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?» De esta manera Dios en el AT guió a su pueblo por medio de Moisés, a el por medio de una nube (Num. 9) para llegar a la tierra prometida, luego por medio de Josué, y además habló por medio de sus profetas. Jesús sigue su misma línea porque es el mismo DIOS, no es otro, ni un mesías fuera de Dios…es el Dios de Abraham, de Jacob, de David. Por eso, Jesús preparó doce hombres para que continuaran su ministerio por los siglos de los siglos.

Porque ÉL dijo, “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mc 13:31” El CCC nos enseña que “Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su consumación. Estamos ya en la "última hora" (1Jn 2, 18; cf. 1P 4, 7). "El final de la historia ha llegado ya a nosotros y la renovación del mundo está ya decidida de manera irrevocable e incluso de alguna manera real está ya por anticipado en este mundo. La Iglesia, en efecto, ya en la tierra, se caracteriza por una verdadera santidad, aunque todavía imperfecta" (Lumen Gentium, 48). El Reino de Cristo manifiesta ya su presencia por los signos milagrosos (cf. Mc 16, 17-18) que acompañan a su anuncio por la Iglesia (cf. Mc 16, 20).

¿Qué significan estas frases? Que el paso por la vida es temporal, Jesús nos ha anunciado constantemente en su ministerio que debemos aspirar a la vida eterna, al reino de los cielos. Solo que “de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. (Mc.13:32)” De esta manera y proféticamente, Jesús sabe que el hombre desde su creación no ha podido caminar solo. El demonio de las tentaciones, del libertinaje, del egoísmo y la soberbia nos seducen constantemente y nos dejamos caer.

Es importante que analicemos bien cuando digo, “nos dejamos caer” porque no es la tentación que nos obliga a actuar, el mundo seduce y ha seducido desde el principio de la creación, pero es una decisión personal la que tomamos cuando caemos o no. La condición de fragilidad nos hace decir que “el demonio ME hizo pecar.” No le echemos la culpa a Satanás porque el está haciendo su trabajo que es enemistar a la humanidad con su creador. En el evangelio de Mateo, Jesús por medio de signos importantes deja claro que no nos abandonara jamás y que por eso establece en Pedro el legado de iglesia y sus enseñanzas. Muchas personas justifican este mandato de Jesús, como siempre ha sido desde el inicio de la creación.

El demonio pone en Adán y Eva la duda si comer del árbol de la sabiduría les causaría la muerte. (Gn. 1-3) Como decía, el demonio trata de hacer de la mejor manera su trabajo y así seduce por medio de la duda a no seguir a Jesús por medio de la iglesia que dejó establecida. En Arameo, kahal קהל'ecclesia” significa pueblo. O sea que Jesús le encarga a Pedro su pueblo, “que apaciente sus ovejas…(Jn. 21:14-18)” Otro signo importante que Jesús menciona es que la afirmación de Pedro viene del Espíritu de Dios, que no es por “quedar bien con el jefe…” Finalmente menciona el trabajo del demonio, que por más que critiquen, acusen, cuestionen lo que el dejó establecido, que es su iglesia, esos poderes no prevalecerán sobre ella.

Quince siglos después de este evento es que el hombre finalmente cae en la seducción de Satanás y nace el protestantismo de Martin Lutero, quien era un discípulo de esa iglesia, al igual que Judas. Judas era uno de los doce, de los escogidos por Jesús, y por su soberbia, egoísmo y su deseo de convertirse en otro dios, se separa de esa iglesia y traiciona a su maestro.

Repito lo que dije al principio, que todo lo que sucede en las escrituras tiende a repetirse. Y es interesante darnos cuenta como la infidelidad lleva a mas infidelidad. Actualmente existen alrededor del mundo más de 20,000 “iglesias/sectas” derivadas de ese evento de 1520. ¿Qué les parece? Parece que el demonio trabaja muy bien sembrando esa duda e infidelidad a la humanidad. Porque simple y sencillamente esa acción no vino de Dios, “no fue el Padre quien se la dio a conocer a Lutero.” No se trata de criticar o de juzgar, se trata de ser fieles a la palabra de Dios. Los apóstoles como seres humanos eran pecadores e imperfectos, pero no la palabra que enseñaban porque venía de Dios. Así de la misma manera, la iglesia universal fundada en Pedro es imperfecta pero santa[santo=llamado, escogido] porque hemos sido creados a imagen de Dios, [kahal קהל' “ecclesia” significa pueblo].

Somos libres siempre en tomar nuestras propias decisiones, cada quien decide como quiere vivir su vida, muchos y la mayoría diría yo, no somos ignorantes. Nadie nos puede hacer caer porque no depende de otros esa relación personal con Dios y el entendimiento de su palabra. La iglesia nos guía de la mejor manera a vivir en santidad de acuerdo a lo que Dios quiere para nosotros.

Habría que conocer el origen de estas 20,000 iglesias para saber por qué tomaron esa decisión de separarse de la establecida por Lutero. Lutero lo decidió porque consideró, y de alguna manera era cierto, que la iglesia estaba cometiendo muchos errores. Pero es que debemos entender que no es “alguien” quien nos dará la salvación o nos guiará por el camino correcto, son nuestras acciones correctas [la sabiduría] que nos guiarán hacia un camino correcto que es la salvación=vida eterna. Jesús de alguna manera también lo profetizó, “Es imposible que no haya escándalos y caídas (Lc. 17:1) pero eso no quiere decir que debemos caer en ellos, debemos seguir el camino correcto, entrar por la puerta angosta y no la ancha.

Al analizar estas frases del evangelio, “Y si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtatela…y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, sácatelo. Pues es mejor para ti que entres con un solo ojo en el Reino de Dios, que no con los dos ser arrojado al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Pues el mismo fuego los conservará. (Mc 10 43-47) Infidelidad engendra mas infidelidad. Y si esto lo vemos a nuestro alrededor, somos también responsables de no evitarlo. Tenemos nuestra voz para denunciar y gritar, nuestras manos para escribir y pelear, nuestro cuerpo para actuar.

Dios no nos quiere pasivos, nos quiere apóstoles de su mensaje. Somos cómplices de aquellos actos que no evitamos. Denunciemos, enfrentemos, defendamos. Jesús no fue pasivo en enseñar el evangelio. De alguna manera caeríamos en el pecado de omisión. Pero no significa separarnos de su cabeza porque somos su cuerpo místico. (Rm. 12:4-5; Ef. 1, 22 y 4, 14-16) Mis queridos amigos, este domingo las escrituras nos recuerdan que debemos vivir de acuerdo a las enseñanzas correctas de Dios, de Jesús, de sus apóstoles. La fe no ha sido, ni es, ni será una moda, cultura, capricho, soberbia o egoísmo. Vivir en fe, vivir en verdad es una decisión a tomar conociendo la verdad, mucho(a)s hablaran de Dios pero nos separan de ÉL y de su palabra…es tu decisión.

*Seminarista de la Arquidiócesis de San Antoni

Seminario de La Asunción

San Antonio, Texas

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