domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Por qué Dios permite las injusticias en la vida?

Por Richard M. Samour

Muchas veces ya sea en el trabajo, en la familia, en las relaciones de pareja, en cualquier ambiente de la vida, siempre hay alguien que recibe menos y otros reciben más, algunas cosas son justas y otras no lo son. ¿Por qué entonces si Dios es bueno permite que haya injusticias entre sus hijos?

El evangelio del domingo nos recuerda algo importante: El momento que vivimos (nuestra vida) es un estado transitorio y nuestro destino es la vida eterna. Además nadie dijo que nuestra/esta vida sería justa, o habría justicia de igual manera para todos.

En el Antiguo Testamento (AT) los justos eran aquellas personas quienes cumplían la ley de Moisés o sea el Torah. Por eso cuando se habla de alguna manera de San José se dice que era un hombre justo porque cuando se da cuenta que su esposa está embarazada y no es hijo de él, José pensaba acusarla como mandaba la ley de Moisés, pero decidió guardar el secreto, porque su justicia se orientaba mas en el amor de Dios.

Con el evangelio de Mateo pareciera que Jesús se muestra un poco injusto con el trabajo de aquellos que han hecho de alguna manera su voluntad por mucho tiempo. La parábola nos muestra a unos trabajadores que han sido contratados para trabajar en una viña desde la mañana, a otros durante el día hasta que al final nos encontramos con aquellos que estaban ociosos, quizá esperando “chamba” y otros viendo pasar la vida sin nada productivo. El empleador al final les paga con el mismo salario, tanto los que trabajaron 24hs como aquellos que trabajaron 5 minutitos. ¿Injusto? Vaya ud a saber, pero al final la paga es la misma. El comentario de la Biblia de Jerusalén a Mateo 20 dice que "contratando hasta la tarde a los obreros sin trabajo y dándoles a todos el jornal completo, el dueño de la viña da pruebas de una bondad que sobrepasa la justicia, sin lesionarla....” Así es Dios que admite en el Reino a los que han llegado tarde, como los pecadores y los paganos arrepentidos, esta es la enseñanza de las escrituras del domingo.

Muchas imágenes para entender y reflexionar: lo primero es que nuestra vida le pertenece a Dios, y es Dios quien al final nos juzgará según nuestras obras y su gracia.

Lo segundo es que esta vida es temporal, caminamos en un camino de ladrillos amarillos esperando llegar al encuentro con el Mago de Oz quien es Dios [haciendo la metáfora con la película del Mago de Oz]. Y por este camino nos encontraremos con la bruja buena del norte y la bruja mala del este. Una [que es la iglesia, la comunidad y nuestras familias] quien nos ayudará a llegar a OZ [quien es Dios] y la otra [que es el pecado que Satanás nos ofrece] que no desea por ningún motivo que nos encontremos con el Mago de OZ, sino que nuestra vida sea una perdición. La diferencia será en nuestra libertad humana que responde a esta llamada.

Tercero, es que Dios nos pide humildad y sencillez en todo lo que hagamos sin mirar a los demás ni lo que se pueda recibir, fuera de envidias, rencores y odios. La salvación es personal, y no depende de nada o de nadie, tú decides de la mejor manera cómo quieres seguir a Cristo.

Cuarto, Dios nos pide hacer lo que EL quiere no lo que nosotros queramos aunque sean cosas que pensamos estamos haciendo para EL. “No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Mt. 7:21-27” Las escrituras son claras, y todos aquellos proyectos que no son de Dios mueren…tarde o temprano, aunque “aparentemente hayan sido para su servicio.” Muchos llevan una vida desbalanceada y descuidan su familia y/o matrimonio dizque sirviéndole a Dios en retiros, grupos de oración, convenciones, etc…pero la verdad es que se están sirviendo de Dios para hacer sus propios caprichos, “pero todo es para Dios” es la frase, eso no es así si Dios no lo pide. La acogida de la llamada de Dios consiste en abrir la puerta a la llamada para que se disponga y se empuje a la persona hacia donde dicha fuerza impulsa. Esta es la actitud correcta ante la llamada de Dios y sin la cual no puede hablarse propiamente de vocación.

Dándole un poco de diferente dirección al evangelio ayer tuve la oportunidad de compartir una comida con una pareja de la nueva parroquia a la cual estoy ayudando. Me ha resultado curioso, porque la esposa es Mexicana y el esposo es Italiano, de Nápoles, culturas diferentes. Ambos vienen de un primer matrimonio, ambos tienes hijos jóvenes-adultos. Sin embargo, 17 años después de haber iniciado esta nueva “vocación” juntos pareciera que el tiempo no ha pasado, porque se siente que hay verdadero amor en esa relación.

¿Qué fue lo que cambió? ¿Es que las parejas anteriores no eran las correctas? Fueron mis preguntas. Ambos coincidieron en lo mismo, “los seres humanos no cambiamos, la personalidad es la misma, solo modificamos nuestras actitudes porque decidimos involucrar a Dios en nuestro matrimonio, pero seguimos siendo los mismos.” Muy sabio y estoy de acuerdo. Quizá muchos no estén de acuerdo, y lo respeto, pero entonces ¿será que aquellos que hacen acciones malas nacieron malos? Por supuesto que no, Dios no hace nada malo, lo que pasa es que son como los “ociosos” de la parábola, o muchos que aunque hayan sido llamados, no ha habido libertad de respuesta a la llamada de Dios, sino a sus propios deseos.

No cambió, su personalidad fue la misma, el mismo inteligente, preparado, valiente, fuerte, quizá un poco soberbio por la posición que tenía en el imperio romano…San Pablo únicamente modificó su manera de actuar en la vida al aceptar libremente la invitación de Dios. Es que no somos computadoras para que nuestra MOTHERBOARD sea reemplazada, entonces funcionaremos de otra manera… “Decidimos involucrar a Dios en nuestro matrimonio” fueron las palabras de mis amigos, ellos jamás hablaron mal de sus parejas anteriores, al contrario dieron el beneficio de la duda y ellos se responsabilizaron en gran medida de “ese primer aprendizaje” (no quiero llamarle fracaso). Quizá el ingrediente más importante sea la palabra “aceptar” porque cuando se acepta se abre el inmenso panorama de amar, podemos perdonar, podemos ser libres, de lo contrario seguiremos viviendo una vida de mentiras.

Cuando hacemos parte a Dios de nuestros proyectos, las cosas saldrán a su voluntad, no a la nuestra, porque nuestros deseos no son los mismos de Dios, y al final la paga que recibiremos será de acuerdo al corazón limpio que se tenga. Muchas personas dicen llamarse ‘cristianos/convertidos/entregados’ a Dios porque hacen muchas cosas para El, como la pareja amiga, ellos jamás dejaron de ser católicos comprometidos en el pasado con sus antiguas parejas pero Dios no se veía por ningún lado, y Dios requiere más que un servicio. Dios quiere que hagamos lo que EL nos pide haciéndolo parte de nuestras alegrías y sufrimientos.

Finalmente mis amigos, recordemos que la oración en silencio nos llevará a escuchar la voz de Dios perfectamente, de lo contrario escucharemos SU voz un poco distorsionada. Segundo, la libertad se manifiesta en hacer la voluntad de Dios no la nuestra porque entonces caemos en el libertinaje. Nuestra vida le pertenece a Dios, y si hacemos lo que el dueño quiere estamos siendo libres. Tercero, el discernimiento a la llamada (vocación) es importante.

Nunca caminen solos en el camino de ladrillos amarillos, si uds recuerdan la película “El Mago de OZ”, Dorothy encontró algunos amigos en su caminar, quizá no los mejores calificados para llegar a ver al mago de OZ, pero entre todos se ayudaron. La salvación es personal, por supuesto que si, pero la comunidad ayuda a reconocer nuestras virtudes e imperfecciones. Quinto, no hagas cosas malas que parezcan buenas. Tratemos de ser esos empleados que el empleador llamó al principio por medio de nuestro bautismo y mantengámonos firmes y fieles a esa llamada hasta el final de esta vida temporal.

Richard M. Samour, Seminarian of the Archdiocese of San Antonio, 4th Theology - Assumption Seminary, 2600 West Woodlawn Avenue, San Antonio, Texas 78228

2 comentarios:

  1. Mi pensamiento es el siguiente creo en Dios que existe y es real, pero no logro entender que cuando uno haces las cosas bien y obedece su palabra, no se ve reflejada en mi vida, he tenido que luchar contra una persona que ha causado daño a mi vida y la de mis hijos, física y psicologicamente, ha cometido adulterio, tiene hijos con otra mujer que tuvo,vive ahora con una mujer casada y con hijos de otro señor, a mis hijos los humilla con lo que les pasa por alimentos, y ahora es Cristiano y confiesa la palabra de Dios y agradece por lo que le ha dado ultimamente y dice gracias Dios por quitar de mi pasado lo que no servia a y ahora lo que tengo es mejor, es prospero porque tiene un mejor empleo, viaja , baila ,bebe y mi pregunta porque a el, si hay bendición, sabiendo que abandono a mis hijos, los maltrato y lo sigue haciendo y lo veo feliz con su amante, ami me humilla y me trata mal, ahí es donde no entiendo porque LA INJUSTICIA, si Dios es bueno, porque permite esto en mi vida, soy una mujer sencilla, humilde dedicada a mi casa a mis hijos, y nunca pensé que la vida me iba a colocar a alguien que destruyera asi mi vida, pero solo Dios es el unico que tiene el control, ALGUIEN ME DIJERA PORQUE A MI ME PASA TODO ESTO, EN QUE ESTOY FALLANDO, COMO MAS DEBO BUSCAR A DIOS, GRACIAS

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  2. Estimada lectora, le aconsejamos escribirle directamente al autor del artículo, el Sacerdote Richard Samour para lo cual con mucho gusto le brindamos su correo electrónico: rimisa_usa@yahoo.com

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