Agencias Noticiosas
Una gran
mayoría de los estadounidenses considera que se debería proporcionar una vía
para que los 11 millones de indocumentados que viven en el país puedan
legalizar su situación, aunque los que apoyan que puedan optar a la ciudadanía
son sensiblemente menos, según una encuesta publicada.
De acuerdo con el centro Pew, que realizó un sondeo del 13 al 17 de marzo entre 1,501 adultos del país, siete de cada 10 personas (el 71 % de la población) está a favor de una salida legal de los indocumentados, una de las cuestiones clave en las negociaciones que realizan actualmente senadores y congresistas en busca de una salida a la reforma migratoria.
De acuerdo con el centro Pew, que realizó un sondeo del 13 al 17 de marzo entre 1,501 adultos del país, siete de cada 10 personas (el 71 % de la población) está a favor de una salida legal de los indocumentados, una de las cuestiones clave en las negociaciones que realizan actualmente senadores y congresistas en busca de una salida a la reforma migratoria.
Cuando, sin embargo, se pregunta si esta vía debería ser la ciudadanía, el número de personas que favorece esta opción solo llega al 43 %, mientras que un 24 % aboga por concederles solo una residencia legal.
La posibilidad de obtener la ciudadanía –que implica un reconocimiento total, incluida la posibilidad de votar, algo que según expertos podría influir en la balanza de votos en el futuro– está siendo uno de los escollos en las negociaciones.
El presidente Barack Obama confirmó que un grupo bipartidista de senadores, conocidos popularmente como “la banda de los ocho”, ha estado negociando intensamente las últimas semanas para llegar a un acuerdo que les permita, según han declarado, presentar un proyecto de ley para una reforma migratoria al Senado a mediados de abril.
Ya existe acuerdo bipartidario en la necesidad de la Reforma Nigratoria, persiste el desacuerdo en el Cómo
Aunque el presidente Obama urgió a los legisladores a tener una propuesta pronto, hay factores que todavía entrampan el proceso y que apuntan a las diferencias sobre un programa de “trabajadores huéspedes” para el acuerdo bipartidista sobre inmigración.
La situación amenaza con retrasar la presentación de un proyecto de ley en el Senado para una reforma migratoria.
La disputa radica en que los Republicanos, apoyados por el empresariado, plantean conceder bajo ese programa visas temporales de trabajo a un máximo de 400,000 extranjeros por año.
Los sindicatos y muchos Demócratas defienden un número mucho menor de visas, pero mejores salarios para los que lleguen y la opción de optar a la ciudadanía, de acuerdo con una publicación del periódico estadounidense The Washington Post.
A las desavenencias entre empresarios y sindicatos sobre ese programa se suman otros puntos conflictivos, como el aumento de las visas para trabajadores altamente cualificados y las propuestas de eliminar algunas categorías de visas familiares.
En una entrevista realizada con Telemundo esta semana, Obama rechazó que los desacuerdos entre sindicatos y el empresariado sobre el programa de “trabajadores huéspedes” amenacen con descarrilar las negociaciones en curso en el Senado para presentar un proyecto de reforma migratoria.
“No estoy de acuerdo en que amenazan con arruinar la legislación. Creo que hemos visto un enorme progreso en el último mes y medio; creo que ambos lados, Demócratas y Republicanos, han tratado con seriedad las negociaciones”, opinó el presidente Obama.
En 2007, los intentos de una reforma migratoria fracasaron porque los legisladores no lograron un acuerdo sobre asuntos relacionados con el control de los futuros flujos migratorios.
El presidente avanzó poco cuando intentó reformar las fracturadas leyes migratorias en su primer mandato, pero redobló esfuerzos al ganar la reelección.
La contienda de noviembre también hizo que algunos Republicanos dejaran de oponerse a una reforma migratoria, dado el abrumador respaldo hispano a Obama.
En un esfuerzo por mantener a los Republicanos en la mesa de negociaciones, Obama pasó al segundo plano en una de sus máximas prioridades de su segundo mandato; sin embargo, el presidente ha convocado a discusiones en privado a los senadores del grupo de trabajo y el Gobierno está aportado apoyo técnico a los legisladores. Se espera que “la banda de los ocho” presente su proyecto cuando el Congreso regrese de un receso en la semana del 8 de abril.
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