sábado, 23 de marzo de 2013

¿Existe interés real de que voten los salvadoreños en el exterior?


Por Luis Montes Brito
Pareciera ser que pretenden convertir la ley del voto en el exterior en letra muerta o moribunda, ya que aunque la legislación esté aprobada la obtención del DUI continua siendo requisito indispensable

 Las acciones hablan más que las palabras” es un popular adagio que surge como sentencia cuando hay incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace,  tal cual está ocurriendo en el afamado proyecto del voto en el exterior.

La diáspora salvadoreña es víctima de bombardeos mediáticos y actos de ilusionismo político cuando se trata de honrarle su derecho a formar parte de los incluidos y no de las excepciones contempladas en el sufragio universal. El voto en el exterior es ejercido desde hace años por ciudadanos de diferentes  países, algunos de ellos no difieren mucho de El Salvador en cuanto a capacidad de recursos económicos se refiere.

El principal argumento esgrimido para continuar violando los derechos del segmento más abusado de los salvadoreños  es la falta de recursos para asignar el presupuesto pertinente. En las recientes semanas vimos como los salvadoreños en el exterior nos convertimos en el centro de justificación para aprobar la modificación del destino de fondos para $400 millones de dólares. Finalmente salió humo blanco del parlamento, después de todo el palabrerío y tinta gastada vemos que apenas $4,103,835 son los fondos asignados para dicho proyecto, para lo cual argumentaron en contra:  responsabilidad fiscal, austeridad y mil explicaciones más que no son mencionadas cuando asignan fondos a partidas para otros destinos francamente banales.

La verdadera problemática no es la disponibilidad de fondos, la cual hubiese sido posible subsanar con solo ahorrar en viajes, viáticos, seminarios, estudios, publicidad, alimentos y bebidas consumidas para llegar a la aprobación de dicha ley y su presupuesto.

Hay que decirlo claro el verdadero obstáculo para que los salvadoreños en el exterior votemos es la falta de voluntad de los partidos políticos mayoritarios originada por la incertidumbre de quien se beneficiará con el caudal de votos.

Por hoy, pareciera ser que pretenden convertir la ley del voto en el exterior en letra muerta o moribunda, ya que aunque la legislación esté aprobada la obtención del DUI continua siendo requisito indispensable.

La desidia, incapacidad o negligencia evidenciada en la producción de los primeros cuatro meses de emisión de DUIs en el exterior, da sustento a pensar que este planteamiento más que una teoría es realidad, ya que en conjunto 13 consulados han entregado apenas 1,096 documentos en este período.

Cuando restan solo cuatro meses para cerrar el padrón electoral para el 2014, la apatía en la emisión de DUIs en el exterior es inocultable. Los funcionarios, diputados y grandes comitivas han viajado para tomarse la foto y dictar sentidos discursos sobre lo importancia que significa para la democracia salvadoreña el dejar de marginar del voto al 33% de sus ciudadanos, todos ellos residiendo en el exterior, pero nadie se toma el trabajo de explicar por qué los consulados son ¿capaces? de entregar únicamente un DUI por día como promedio.  

Tampoco nadie explica que en el mejor de los casos la meta del proyecto es documentar únicamente al 20% (40,000) de los ciudadanos aptos legalmente para votar. Ni que para alcanzar dicha meta tienen que incrementar la eficiencia actual de entregas de DUIs en por lo menos 40 veces.

Nadie explica quien tomó la decisión de excluir de la meta proyectada a por lo menos 160,000 compatriotas que están aptos para obtener el DUI pero que no podrán obtenerlo porque la capacidad instalada no lo permite.

Ni por asomo alguien explica porque el 90% de las llamadas recibidas por el call center creado para brindar información sobre la emisión de DUIs son rechazadas. De 72,063 llamadas recibidas 64,518 no fueron atendidas alegando sobredemanda.

Si tomamos en cuenta lo apretado de las encuestas actuales y el resultado de las elecciones presidenciales anteriores, las cuales se definieron por una diferencia menor a 70,000 votos, encontramos un escenario incierto para los dos partidos mayoritarios, ya que si votaran 100,000 salvadoreños en el exterior estos fácilmente definirían las elecciones.

Espero no estar ante una crónica de una muerte anunciada para el proyecto del voto en el exterior, ya que ante la posible escasez de votantes se vaya a alegar que los que vivimos afuera del país no tuvimos interés en ejercer nuestro derecho. 

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