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MADURO
LLEGA A LA PRESIDENCIA EN MEDIO DE DUDAS
Aunque trató de derrochar
dotes de orador en su inauguración como presidente encargado, las críticas
contra él no se hicieron esperar en la red social de Twitter donde desde
férreos opositores, historiadores y hasta activistas de derechos humanos,
calificaron su discurso como una "copia mala" de los que Chávez solía
pronunciar.
CARACAS, Venezuela AP. La
impresión que hasta ahora dio Nicolás Maduro es la de querer imitar a Hugo
Chávez para llenar el vacío de un presidente que con un asombroso vigor, un
travieso humor y artimañas políticas puso en marcha una revolución y transformó
una nación.
Igual que Hugo
Chávez lo hizo en los 14 años que estuvo en la presidencia, Maduro también
atizó la confrontación, y derramó lágrimas.
Echando mano de
sus orígenes humildes y la prédica antiimperialista Maduro, de 50 años, dejó
claro en su primer discurso como presidente encargado que mantendrá la línea
radical, que ha caracterizado sus más de dos décadas de carrera política, y que
defenderá a toda costa el proyecto socialista que heredó Chávez.
"Las elites
imperialistas que gobiernan los Estados Unidos tendrán que aprender a convivir
con respeto absoluto con los pueblos insurrectos de la América Meridional,
morena, latina y caribeña, que hemos decidido a ser libres y nada ni nadie nos
quitará esta independencia reconquistada con nuestro comandante Hugo Chávez al
frente", dijo Maduro en un tono altisonante para ratificar su postura
radical.
Algunos
escandalosos legisladores comenzaron a gritar "Chávez vive, Maduro
sigue" y otras consignas durante la ceremonia que fue boicoteada por la
oposición que la consideró fraudulenta debido a que consideraban que la
Constitución especifica que el presidente de la Asamblea Nacional era quien
debía asumir como presidente encargado mientras el organismo electoral convoca
a nuevas elecciones para elegir al sustituto de un presidente fallecido. Se
espera que el Consejo Nacional Electoral anuncie el sábado la fecha de las
elecciones, que deberían registrarse en un periodo de 30 días, o sea, en abril.
Más temprano,
Maduro estremeció a la concurrencia cuando rompió la sobriedad del funeral de
Estado de Chávez, y enardecido y sollozante comenzó a gritar "comandante
no pudieron contigo, no podrán con nosotros jamás, jamás podrán".
Aunque trató de
derrochar dotes de orador en su inauguración como presidente encargado, las críticas
contra él no se hicieron esperar en la red social de Twitter donde desde
férreos opositores, historiadores y hasta activistas de derechos humanos,
calificaron su discurso como una "copia mala" de los que Chávez solía
pronunciar.
Para un
funcionario que siempre estuvo a la sombra de un Chávez, quien con su
carismática presencia cautivaba a sus seguidores, asumir la dirección de la
"revolución chavista" será el reto más difícil que enfrentará tras la
muerte del mandatario y para el cual algunos no le auguran esperanzas de salir
airoso.
En un intento por
llenar el espacio dejado por Chávez desde diciembre, cuando el gobernante salió
de la escena pública ante el agravamiento de su enfermedad, Maduro, un ex
chofer de autobús y ex dirigente sindical, apostó desde un primer momento a
tratar de imitar al líder izquierdista atacando con virulencia a la oposición y
a Estados Unidos para mantener vivo el clima de polarización, a la vez que se
mostraba como un leal hijo político del fallecido mandatario y no mostró
empacho en llorar ante las cámaras para evidenciar el dolor que le generaba la
enfermedad sufrida por su líder.
Algunos analistas
y opositores estiman que Maduro no iguala el estilo magistral con que el
fallecido mandatario se expresaba y que por el contrario se muestra como un
dirigente soso, aburrido, y sin magia para atrapar a las masas.
"Maduro
parece carecer de la fuerza suficiente para imponerse a la jauría. Él no tiene
la fuerza de un Chávez que decida", afirmó Antonio Cova, sociólogo y
profesor de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, al referirse al
discurso del gobernante encargado.
Algunos atribuyen
esta deficiencia a que la formación de Maduro sólo llegó hasta el bachillerato
y forjó su carrera política como dirigente sindical del metro.
Dentro del
movimiento oficialista, Maduro comenzó como constituyente en 1999 y un año
después como diputado hasta escalar a la presidencia de la Asamblea Nacional en
2005.
En 2006 pasó a
dirigir el Ministerio de Relaciones Exteriores por seis años, convirtiéndose en
el canciller que más permaneció en el cargo durante los casi 14 años de mandato
de Chávez.
"Tú puedes
tratar de imitar la agresividad del discurso, tú puedes tratar de imitar la
construcción de los enemigos imaginarios, pero lo que tú no puedes imitar es el
carisma de Chávez porque no lo tienes. Maduro puede imitar la parte seria y
dura de Chávez, pero no puede imitar la simpatía de Chávez... Chávez era un
`showman' y eso no es Maduro", afirmó Luis Vicente León, presidente de la
encuestadora local Datanálisis.
En medio del
aluvión de emociones desatado a raíz de la muerte de Chávez, Maduro, en su rol
de heredero político del chavismo, ha saltado a la cima del protagonismo de un
país conmocionado por la pérdida del más importante líder de su historia
contemporánea. El hecho de que Chávez lo haya elegido, casi tres meses antes de
morir, como su sucesor político es considerado por los analistas como la
principal fortaleza con la que cuenta el presidente encargado en este momento.
"Por algo el
comandante lo eligió a él. Y en sus últimas palabras lo dijo: desde mi corazón
apoyen a Maduro, ese es el candidato. Esa es la línea del comandante y la vamos
a cumplir", declaró Yanetsi Calderón, una planificadora del Consejo
Municipal de Caracas de 33 años, a las afueras del congreso durante el acto de
juramentación del presidente encargado.
Cristina Soto,
una nutricionista de la oficialista Alcaldía de Caracas, de 30 años, dijo que
no tenía dudas de que Maduro pueda llevar las riendas del proceso, aunque admitió
que el vacío que dejó Chávez "nunca va ser llenado" por Maduro.
El presidente
encargado tiene "la fuerza para continuar con lo que sembró él... Maduro
es el único que puede continuar el legado de Chávez", agregó.
Al grito
"con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro", algunos de los
manifestantes oficialistas ratificaron el reconocimiento del presidente
encargado como la nueva cabeza de la "revolución chavista". Miles de
simpatizantes se le acercaron durante el sepelio de los restos de Chávez para
expresarle su respaldo.
Muchos temen que
luego del duelo, cuando los venezolanos vuelvan a sus problemas cotidianos, se
evidencien las debilidades de Maduro al enfrentar los severos problemas
fiscales, cambiarios, inflacionario y de escasez de alimentos y bienes que el
país padece desde finales del 2012.
Maduro se forjó
en la corriente del marxismo-leninismo desde su juventud cuando se vinculó a la
desaparecida organización izquierdista Liga Socialista. Cuando logró su tercera
reelección el 7 de octubre, Chávez lo nombró vicepresidente.
De allí en
adelante el incondicional colaborador civil del mandatario fue adquiriendo un
rol cada vez más preponderante hasta que el 8 de diciembre Chávez lo ungió como
su heredero e instó a sus seguidores a apoyarlo en caso de que se presentara
como candidato presidencial, dando un atisbo a la posibilidad de sucumbir al
padecimiento que lo consumía.
Con ese
"endoso" de Chávez, Maduro inició desde diciembre una suerte de
campaña electoral solapada para ir construyendo un perfil de "líder
nacional" que antes no pudo consolidar debido a que el estilo personalista
de su antecesor nunca lo permitió.
El inicio del
recorridos por el país, la utilización de un discurso mordaz y vehemente contra
los grupos adversos al gobierno y el sector empresarial, muy similar al
utilizado por Chávez, y su mayor exposición en eventos públicos y transmisiones
de los medios estatales, se convirtieron el "marketing político" que
siguió Maduro desde diciembre pasado para consolidar su figura.
Ese proceso se dio
forma paralela a un recrudecimiento de los ataques a los opositores, algunos de
los cuales les abrieron procesos judiciales por presuntos hechos irregulares.
La hostilidad
hacia la oposición venezolana y Estados Unidos que asumió Maduro el 5 de marzo,
horas antes que se confirmara la muerte de Chávez, sorprendió a muchos y
acrecentó las dudas sobre el manejo que dará a la crisis generada por el deceso
del mandatario.
"Había una
sensación de que tal vez Maduro era una persona más pragmática, y que estaría
dispuesto a intercambiar embajadores, tratando de abordar los temas espinosos
de la agenda. La declaración que hizo el martes (5 de marzo) lanzó un enorme
cubo de agua fría sobre esas esperanzas", dijo a la AP Cindy Arnson,
directora del programa latinoamericano de la organización Wilson Center, al
criticar el endurecimiento del discurso que asumió el nuevo mandatario cuando
acusó a dos agregados militares de la Embajada de Estados Unidos en Caracas de
estar conspirando y ordenó su expulsión del país.
Sorprendida por
la decisión, Arnson indicó que la única explicación que encontraba para ese
evento es que el gobernante quería ratificarle a los sectores duros del
chavismo que no suavizará sus posiciones.
Maduro integra
junto con el canciller Elías Jaua el ala más radical del oficialismo y es
considerado como el más allegado a Fidel y Raúl Castro y a la revolución
cubana, a la que se vinculó desde su juventud, cuando viajó a la isla para
fortalecer su formación política como integrante de la Liga Socialista.
Aunque el
mandatario luce como favorito para vencer a la oposición en unas eventuales
elecciones presidenciales, muchos tienen dudas sobre su futuro política en los
próximos meses.
"Lo que
Maduro puede hacer hoy no es lo que va a poder hacer dentro de varios meses...
porque no es ese líder carismático que ya tienen metido en el bolsillo a la
población, que le perdona cualquier cosa y que en adición está dispuesta a
luchar con él y tiene expectativas de mejorar a futuro", indicó León.
El analista
sostuvo que todo dependerá de la manera cómo afronte este año los problemas que
le vienen al país en materia económica ante un gigantesco déficit fiscal y una
posible recesión, y otros asuntos claves como la creciente delincuencia y el
deterioro de los servicios públicos y de salud.
Interactivos:
A este despacho contribuyeron los corresponsales de The
Associated Press, Vivian Sequera en Bogotá, Luis Alonso Lugo en Washington,
Jorge Rueda en Caracas y E. Eduardo Castillo, editor de noticias de México.
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