martes, 9 de noviembre de 2010

La reunión del G20 a iniciarse este jueves en Seúl estará dominada por reclamos mutuos

Tomado de La Voz de Rusia

De la solidaridad generada por la crisis global ni rastros han quedado entre los participantes del G-20. La cumbre de Seúl que se inaugurará el jueves será el lugar para los reclamos mutuos y para aclarar las relaciones –suponen expertos del periódico suizo Neue Zrcher Zeitung, y no sin fundamentos.

La agenda oficial –medidas de cara a la regulación del mercado financiero global a fin de evitar la repetición de la crisis– tiene pocas posibilidades de ser prioritaria. Las maquinaciones monetarias y el proteccionismo preocupan a la mayoría de los países industriales y más aún a los países del umbral.

No sólo China con el yuan artificialmente bajo deberá escuchar reproches y acusaciones. Le hará compañía EEUU, que anunció la semana pasada la emisión de 600 mil millones de dólares sin respaldo alguno. La reacción de los ministros de Finanzas del grupo Asia-Pacífico, que sesionó este fin de semana, fue un shock por la amenaza de inflación y de inestabilidad de los mercados.–

Similar es la opinión que ostenta la Comisión de la Unión Europea, expuesta en una declaración especial: “no dar pasos que puedan arrastrar consecuencias negativas”. Entretanto Washington, para quien el ataque es la mejor defensa, instó a China, Japón y Alemania a limitar las exportaciones. En lugar de esto la troika la recomendó llenar sus mercados internos.

Tal como se esperaba la reacción fue extremadamente negativa. El ministro alemán de Financias, Wolfgang Schauble, entrevistado por la revista Spiegel recordó a los socios de allende el océano que el alto nivel de exportaciones puede tener diferentes causas. Para los saudíes son los ingresos provenientes del petróleo, para China – la baja cotización del yuan, para Alemania no son las manipulaciones monetarias, sino el crecimiento de la competitividad de las empresas alemanas.

El director del Instituto de Economía de Rusia, Ruslán Grinberg, dice:

“El mutuo intercambio de reproches es un asunto meramente político. En la vida esto no se reflejará de ninguna manera. Cada país tiene su propia economía. EEUU no puede intensificar el crecimiento económico y la ocupación a través de las exportaciones. Por eso se ven obligados a aumentar la demanda interna. Pero los alemanes y chinos sí pueden hacerlo. Unos a otros se aconsejan cómo sería mejor. Para los norteamericanos sería mejor que los alemanes vendiesen menos. Pero los alemanes responden: ¿a santo de qué debemos hacerlo?

La declaración de Angela Merkel, quien amenazó que en la cumbre pedirá respuesta a EEUU por la emisión de 600 mil millones de dólares sin respaldo, según Ruslán Grinberg es pura retórica para los objetivos políticos internos. “Ni Obama ni el congreso la escucharán un solo segundo”.

Sólo el tiempo dirá si se cumplirán los temores de que el flujo de dólares, de no encontrar una aplicación adecuada en la economía norteamericana, inundará los mercados de los países del umbral (países con economías en transición). Pero si el G-20 consigue elaborar aunque sea algunos mecanismos reguladores de los mercados financieros mundiales, su labor no habrá sido en vano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario