miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Coeficiente intelectual de los humanos no es constante

Tomado de The Wall Street Journal

Por Sue Shellenbarger

Muchas personas creen que el coeficiente intelectual es un atributo genético, como los ojos marrones o las piernas cortas. Es innato y dura para siempre. Pero un creciente conjunto de investigaciones demuestra que el coeficiente intelectual de una persona puede subir —e incluso bajar— con el curso de los años.

Los puntajes pueden cambiar gradual o rápidamente, apenas semanas después de un entrenamiento cognitivo, demuestran los estudios. Los aumentos suelen ser tan paulatinos que no son inmediatamente perceptibles para las personas, y los efectos realzadores de la inteligencia de la capacitación cognitiva pueden extinguirse apenas meses después.

Investigadores del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging de la University College London realizaron pruebas de inteligencia y tomografías del cerebro a 33 estudiantes británicos de entre 12 y 16 años, y repitieron el ejercicio cuatro años después. Un 9% de los alumnos mostró un cambio significativo de 15 puntos o más en los puntajes de coeficiente intelectual.

En una escala donde 90 a 110 se considera promedio, el coeficiente intelectual de un estudiante subió 21 puntos a 128, elevándolo del percentil 68 al 97 comparado con otros coetáneos, señala Cathy Price, profesora de neurociencia cognitiva del centro y coautora del estudio, publicado el mes pasado en la revista Nature. El puntaje de otro se deslizó de la categoría de "alto promedio" de 114 a 96.

Las oscilaciones en los puntajes con frecuencia son desestimadas como producto de un error de medición o un mal día de la persona que presenta la prueba. Pero las imágenes de resonancia magnética en este estudio mostraron cambios en la materia gris en zonas correspondientes a fluctuaciones en las capacidades de los niños, dice Price. Pese a que la muestra es pequeña, el estudio atrajo gran atención porque es uno de los primeros en mostrar cómo los cambios en los puntajes del coeficiente intelectual pueden reflejarse en variaciones en la estructura cerebral.

"Hay muchos mitos sobre el coeficiente intelectual, como la noción de que es un número fijo o que es una bola de cristal para el desempeño futuro", indica Eric Rossen, director de desarrollo y estándar profesionales de la Asociación Nacional de Psicólogos de Escuela de Estados Unidos.

Los puntajes comparan personas de la misma edad basado en una amplia gama de preguntas y tareas cognitivas, desde procesar información y analizar patrones a resolver problemas matemáticos apropiados para la edad y recordar hechos o vocabulario. Un puntaje de entre 90 y 110 se considera promedio. Un "genio" puede llegar a 140 y más, dice.

Hay medidas prácticas que pueden suscitar cambios en el coeficiente intelectual.

Un estudio de 30 años en el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. reveló que las personas cuyo trabajo comprende relaciones complejas, establecer sistemas elaborados o tratar con personas o problemas difíciles, tienden a tener un mejor desempeño con el paso del tiempo en pruebas cognitivas. Los resultados de pruebas de personas cuyos empleos son simples y requieren poco pensamiento tienden a caer, según la investigación, publicada en 1999.

Las nuevas tareas son las que más estimulan el cerebro.

Cuando investigadores de la Universidad de Hamburgo sometieron a 20 adultos jóvenes a tres meses de capacitación intensiva en malabarismo, encontraron un aumento en la materia gris correspondiente del cerebro apenas siete días después de comenzar el adiestramiento.

La materia gris adicional se contrajo cuando concluyó el entrenamiento, aun cuando los participantes todavía podían hacer malabares, según el estudio, publicado en 2008 en PLoS One.

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