miércoles, 23 de noviembre de 2011

Irán no cede ni un ápice en su ambición nuclear pese a sanciones internacionales

Tomado de ABC

POR MIKEL AYESTARAN

«Los sionistas serán expulsados del suelo palestino», asegura un comunicado oficial iraní

Irán vuelve a estar en el punto de mira. Las dudas de la comunidad internacional sobre el programa nuclear de la república islámica se han disparado tras el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y los rumores sobre posibles ataques quirúrgicos vuelven a estar sobre la mesa.

La amenaza del uso de la fuerza como último recurso para frenar la carrera nuclear iraní no es nueva y por ello, desde Teherán, el presidente Ahmadineyad se mostró firme y aseguró que «no retrocederemos una pizca» porque considera la energía nuclear con fines pacíficos un derecho de su pueblo. Mientras los científicos siguen con su trabajo en las distintas plantas del país, el ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, destacó que «las fuerzas de seguridad están totalmente listas para el combate y darán una respuesta aplastante».

La república islámica ha demostrado disponer de misiles capaces de alcanzar Israel, así como las bases americanas presentes en toda la zona, pero desde la Comisión de Seguridad del Parlamento islámico matizaron que, además, «los militares iraníes lucharán con los soldados sionistas en las calles de Tel Aviv y les echarán del suelo palestino».

El informe del OIEA ha logrado lo que parecía increíble en los últimos meses consiguiendo unir a la cúpula del régimen iraní, absolutamente dividida por las discrepancias políticas entre los seguidores de Mahmoud Ahmadineyad, a las puertas de una moción de censura, y el «líder supremo», Alí Jamenei.

Siempre a la defensiva, Irán niega todas las acusaciones vertidas por el organismo internacional, que desde 2003 sigue siendo incapaz de mostrar pruebas concluyentes y cuyo último informe rompe con la línea de trabajo marcada por el anterior director, Mohamed l Baradei, marcada por la rigurosidad y prudencia. El nuevo documento habla de «indicios» que llevan a sospechar que Irán desarrollaría ciertas actividades «que en su conjunto sólo pueden tener el fin de hacerse con un arma nuclear», pero no las detalla ni aporta pruebas al respecto. Este cambio de tono ha sido interpretado por algunos expertos como un intento de llevar a los iraníes al límite para forzar una verdadera cooperación y no alargar el actual juego del gato y el ratón.

Dentro de todo este pulso, la reacción de la Casa Blanca ha resultado llamativamente silenciosa, a pesar de las preocupaciones que generan en el Gobierno de Estados Unidos las ambiciones nucleares de Irán. Este mutismo ha sido atribuido al deseo de la Administración Obama de no alimentar una guerra de palabras y fomentar una respuesta internacional con mayores presiones económicas y diplomáticas sobre el régimen de Teherán.

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