sábado, 12 de noviembre de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MALA PRAXIS, MEDICOS VERSUS SOBADORES Y CURANDEROS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Con frecuencia alguien resulta herido, o incluso muerto, víctima de la práctica de curanderos y sobadores. No es algo nuevo; como tampoco lo es que los padres de las víctimas oculten los hechos y no los denuncien, lo que debe entenderse como una aceptación de su propia corresponsabilidad, como reconociendo que no actuaron correctamente al solicitar ese tipo de servicios. ¿Por qué lo hicieron, entonces? ¿Por qué una cantidad importante de población, especialmente en el medio rural, recurre a los sobadores? Habría que buscar la explicación en dos frentes: el cultural y el administrativo.

Desde el puntode vista cultural, el bajo nivel de conciencia de gran parte de la población no les permite buscar en la medicina formal las soluciones a sus problemas; simplemente porque es la ciencia de los propios hombres, tan humanos e imperfectos como ellos mismos; y de la razón y el conocimiento, con todos sus límites, y la cual sólo se valora cuando se es capaz de comprender el esfuerzo que supone llegar a tener ese “conocimiento limitado” de la salud humana.

El bajo nivel de conciencia tiende a buscar respuestas y soluciones en el pensamiento mágico, es decir, en el más allá, en lo sobrenatural, Así es como su ingenuidad deposita una fe ciega en personajes que supuestamente tienen algún don sobrehumano capaz de curar; que no necesitan mostrar títulos o acreditaciones, porque esas también son cosas de humanos que no se usan en el más allá; personajes que a veces tienen algún simple conocimiento, tan específico como empírico, nada formal, ni mucho menos integral; y otras veces son simples charlatanes que explotan esa ingenuidad de la gente.

Desde el punto de vista administrativo, la centralización de nuestro sistema de salud no permite que este servicio llegue a la población rural, sino que obliga a que sea la población rural la que llegue al servicio, aún con las dificultades de transporte; y, claro, muchas veces resulta más accesible el sobador. Por otro lado, una vez que sucede la desgracia es comprensible que intervenga la fiscalía; pero sería bueno que el Consejo Superior de Salud Pública (CSSP), organismo público encargado de controlar la práctica de la atención sanitaria, actúe antes de que las desgracias sucedan.

Tanto el médico como el sobador son susceptibles de equivocarse como seres completamente humanos que son ambos. La diferencia entre uno y otro es que el médico tiene un conocimiento integral de la salud humana y una voluntad de servicio, porque para eso invirtió bastantes años de su vida en capacitación. Absolutamente en ningún caso puede defenderse la práctica de la atención de la salud en forma irresponsable, pero el hecho de ejercer dicha práctica sin contar con la debida capacitación formal es, ya de por sí, la mayor de las irresponsabilidades que pueda existir. Sin embargo se sigue haciendo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamin Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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