miércoles, 30 de noviembre de 2011

Bancos Centrales de varios países del G7 inyectarán liquidez al mercado para superar crisis del Euro

Tomado de El País

Merkel, Draghi y Durão Barroso, en Cannes, en la cumbre del G-20 del 4 de noviembre

La Fed, el BCE y sus homólogos de Japón, Canadá y Suiza vuelven a actuar en el mercado de dinero dos meses después. –

La medida apunta a que habrá más decisiones en las próximas jornadas para superar la crisis

Los principales bancos centrales han acordado hoy una nueva intervención conjunta para inyectar liquidez en el sistema financiero con vistas a facilitar la financiación en dólares del sector financiero internacional. La última vez que llevaron a cabo este tipo de medida fue hace dos meses pero, para encontrar un antecedente posterior, hay que acudir a la caída de Lehman Brothers en 2008. Según explican las instituciones en un comunicado, el objetivo de esta medida es atajar las tensiones en los mercados de financiación y ayudar a mitigar las crecientes dificultades en la concesión de créditos a las familias y empresas, lo que es vital para sacar a la economía de las grandes potencias del estancamiento y afrontar los riesgos de recesión.

En concreto, la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo, así como sus homólogos de Suiza, Canadá y Reino Unido han acordado intervenir en el mercado de dinero con una rebaja en el precio de los contratos ya existentes de intercambio de divisas (swaps) en 50 puntos básicos. Este abaratamiento, que en cualquier caso tiene un impacto limitado, facilitará a las entidades la tarea de salir a buscar financiación, principalmente en dólares, algo que se ha complicado en los últimos meses. Con ello, aumentará el dinero en circulación, lo que a su vez debería dar más margen a la banca para conceder los créditos que necesita la economía para mantener la máquina de la actividad en marcha. La rebaja entrará en vigor a partir del 5 de diciembre y será efectiva hasta febrero.

La medida se explica por la necesidad de actuar contra la creciente falta de liquidez en el mercado de dinero y, aunque no es la medida definitiva contra la crisis, sí prepara el camino para futuros movimientos por parte de las autoridades monetarias de peso en el sistema financiero internacional, según coinciden en apuntar los expertos. En este sentido, los analistas apuntan a que, posiblemente, sea un primer paso con vistas a la reunión de la semana que viene del Consejo de Gobierno del BCE. De hecho, así lo ha entendido el mercado, donde las Bolsas han rebotado con fuerza tras conocerse la decisión.

Los inversores llevan días especulando -de ahí las subidas acumuladas desde el lunes- con que el instituto emisor del euro opte por volver a rebajar los tipos el próximo jueves desde el 1,25% actual, Si finalmente cumplen con este pronóstico, lanzarían otro salvavidas para no naufragar en la escasez de crédito, lo que reforzaría el arsenal con el que hacer frente al acechante riesgo de recesión en el Viejo Continente.

Como medida de contingencia paralela la rebaja de precios en los contratos sobre divisas, estos bancos centrales acordaron también establecer una línea swap de liquidez bilateral. Con ella prevén suministrar fondos en cualquiera de sus jurisdicciones y en cualquiera de sus monedas "mientras las condiciones de los mercados así lo aconsejen", según continúa el comunicado. "En estos momentos no existe necesidad, al margen de en dólares, de ofrecer liquidez en monedas distintas a las locales, pero los bancos centrales juzgan prudente hacer los preparativos necesarios para poder proporcionar este respaldo de liquidez tan rápidamente como surja la necesidad", precisan.

La falta de financiación en dólares es una medida derivada de la crisis de deuda de la eurozona, que a su vez está detrás de la posibilidad de una recaída en la recesión. En primer lugar, porque en las tripas de las entidades europeas hay grandes cantidades de deuda de estos Estados. También, porque si se sigue escarbando -en esta caso en el sector alemán y francés, principalmente- aparecen los activos tóxicos heredados de la crisis de las hipotecas en EE UU (subprime), que están denominados en divisa norteamericana. No obstante, todavía hay más: la posibilidad de una ruptura del euro tal y como existe actualmente. Todo este cúmulo de factores dificulta que los bancos del eurosistema salgan a pedir dinero en divisa estadounidense a entidades de otras regiones como las propias de EE UU o las asiáticas.

El Nobel de Economía Paul Krugman, quien se ha mostrado muy crítico con las decisiones que han venido tomando las autoridades políticas -la última desde la UE es la de echarse en brazos del FMI- y económicas a ambos lados del Atlántico para superar la crisis, ha celebrado que la decisión de hoy de la Fed, el BCE y compañía supone que "al menos hacen algo, aunque no está claro el qué".

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