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Crónica de los cierres de gobierno en EEUU
A través de la historia, el gobierno de Estados Unidos ha
sufrido varios cierres y sus consecuencias.
WASHINGTON. Estamos acostumbrados a políticos cerrados,
pero ¿por qué un candado a la Estatua de la Libertad?
No se ven otras democracias que
cierren sitios de interés y envíen a funcionarios a casa sólo porque sus
partidos políticos no se llevan bien. Los funcionarios belgas, por ejemplo,
continuaron sus labores muy bien durante año y medio, mientras que los
políticos discutían sobre la formación
de un nuevo gobierno.
La posibilidad del cierre parcial este martes es un capricho de la historia de
Estados Unidos. Así que si usted se aburre de culpar a los republicanos o al
presidente Barack Obama, puede trasladar un poco de responsabilidad a los
padres de la patria.
A continuación una breve
historia de los cierres del
gobierno al estilo americano:
1789:
Balance de poderes
Los redactores de la Constitución
dieron el control al Congreso sobre el gasto como una forma de limitar el poder
de la presidencia. El gobierno sólo puede gastar el dinero"como
consecuencia de asignaciones autorizadas por la ley", o en otras palabras,
después de la autorización del Congreso, y con la firma del presidente.
1800:
Luchas de poder
Cuando los burócratas quisieron gastar más de lo que el
Congreso daba, el Departamento de Guerra y otros organismos ordenaron artículos
a crédito. Luego irían al Congreso para pedir un crédito y pagar las cuentas.
Los legisladores se sintieron obligados a cubrir las deudas del gobierno,
pero no estaban contentos. El poder ejecutivo estaba socavando el poder de la
bolsa del Congreso.
El Congreso respondió con una serie
de leyes como la conocida como "Ley antideficiencia". Gracias a ella, los funcionarios
que por error gastaron dinero del Congreso sin su aprobación enfrentaron acciones
disciplinarias.
1900:
Un delicado equilibrio
La ley antideficiencia parecía clara.
Pero como de costumbre, el Congreso envió mensajes contradictorios. Los
legisladores no pudieron pasar facturas rutinarias a tiempo. A veces, las
agencias pasaron todo un año sin presupuesto.
Generalmente, los legisladores aprobaban dinero a corto plazo, lo
que llamaban "resolución contínua".
A veces, el Congreso no podía ponerse
de acuerdo en resoluciones sobre temas como el aborto, la ayuda externa o
aumentos de sueldo del Congreso. Algo así como la lucha actual sobre la reforma
de salud. Pero las agencias gubernamentales no cerraron y secretarios del gabinete no fueron
esposados.
1980:
Una verdad incómoda
1980: Una verdad incómoda
Este sistema funcionó por décadas,
hasta el gobierno de Carter.
Purista de las normas, Carter pidió a
su Fiscal General examinar la Ley Antideficiencia. En abril de 1980, el
procurador General Benjamin Civiletti emitió una opinión sorprendente: "La autoridad legal para
las operaciones continuas puede o no existir", escribió.
Si no existía, el gobierno debería
enviar a sus empleados a casa. Civiletti incluso declaró que cualquier agencia
que rompiera esa ley sería procesada. La Comisión Federal de Comercio sufrió
los efectos de esta decisión.
Cerca del final de su periodo,
Civiletti aclaró el significado de la ley. En un cierre de gobierno, la
milicia, el tráfico aéreo, las prisiones y otras áreas que protegen la seguridad o propiedad
humana, deben continuar trabajando. Lo mismo sucedería con
áreas como la seguridad social, que el Congreso financió de forma indefinida.
1981-1990:
En pleno juego
1981-1990: En pleno juego
Con la amenaza de cierre como un
arma, las peleas por el presupuesto nunca serían las mismas, y una grande se
gestaba.
El republicano Ronald Reagan se mudó
a la Casa Blanca en enero de 1981 con la promesa de reducir los impuestos y el tamaño del gobierno.
Para el lunes 23 de noviembre de 1981
el gobierno había estado técnicamente sin dinero el fin de semana, pero el
Congreso aprobó el gasto de emergencia para que siguiera funcionando. Esa
mañana, Reagan ejerció su primer veto.
Fue el primer cierre del gobierno, pero
duró sólo unas horas. Por la tarde, el Congreso aprobó una prórroga de gasto de
tres semanas. Los trabajadores regresaron a la oficina la mañana del martes. El
costo estimado fue de más de $80 millones.
Se estableció el patrón: durante sus
dos mandatos, Reagan y los demócratas del Congreso discutieron regularmente
sobre el cierre, y dos veces más los trabajadores fueron enviados a casa durante medio día.
El presidente George H.W. Bush
utilizó la táctica una vez.
1995-1996:
La cosa real
1995-1996: La cosa real
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