Tomado de El País
El famoso director de cine y multimillonario Roman Polanski sostuvo relaciones sexuales con Samatha Geimer en 1977 cuando Geimer tenía 13 años de edad
Sostener relaciones sexuales con menores de edad es aborrecido por sociedad EEUU aunque los agresores sean ricos y famosos
Roman Polanski habla sobre la
persecución que sufrió
El cineasta rompe su silencio en
'Vanity Fair' para confesar la pesadilla que vivió durante 32 años y contrapone
su propio infierno frente al de su víctima, que estos días publica su biografía
Por Yolnada Monge
Este final de verano
coinciden en el tiempo la versión en boca del propio Polanski de cómo ha vivido
la persecución ejercida por la justicia norteamericana tras su huida de EE UU
en 1978, la biografía de Samantha Geimer -la hoy mujer madura que contaba 13
años cuando Polanksi consumó su violación en una velada llena de drogas y
alcohol- y un nuevo documental sobre la vida y la persona que es el director
polaco-francés de mano de la directora Marina Zenovich –cuyo anterior reportaje
fue el que llevó a la ley de EE UU a reabrir el caso-.
En una entrevista que se
publica en el número de octubre de la revista Vanity Fair, el
director de la Semilla del Diablo y ganador de un Oscar por El
Pianista, asegura que se sintió más perseguido después de su detención
en 2009 en Suiza a petición de las autoridades estadounidenses que cuando fue
condenado por el crimen cometido contra Geimer. “Todo eso no sucedió entonces”,
explica el cineasta, 80 años. “Esto fue más parecido a lo que ocurrió durante
el asesinato de Sharon”, relata Polanski al colaborador de Vanity Fair, James
Fox, en referencia a los rumores que se vertieron sobre que el director estaba
involucrado en el asesinato en 1969 de su esposa, la actriz Sharon Tate
(embarazada de ocho meses), y varios amigos de la pareja a manos de la secta
formada por la familia Manson.
Polanski fue detenido en
2009 en Suiza cuando se dirigía al festival de Cine de Zurich. Ironías de la
vida, el director llevaba viajando con total libertad por ese país 40 años,
mantenía una cuenta abierta en un banco suizo, tenía un coche registrado a su
nombre en esa nación y poseía una casa en la estación de esquí de Gstaad, donde
finalmente pasó siete meses de arresto domiciliario tras pasar dos en una
cárcel de Suiza. Finalmente, Polanski quedaba en libertad en julio de 2012
después de que la justicia suiza rechazara la demanda de extradición
norteamericana por “defectos de forma”.
Preguntado
por el periodista sobre si posee el alma de un fugitivo –Polanski huyó a
Francia desde EEUU en 1978 tras cumplir con la condena de 42 días de cárcel que
le impuso un juez de California y cuando sospechó que éste pretendía de
encerrarlo de nuevo con una sentencia de 50 años de prisión-, el cineasta
responde con cierto sarcasmo asegurando que escapó del gueto de Cracovia
(Polonia) y de la Polonia comunista. “He huido de la persecución”, afirma. “A
lo mejor tampoco me tenía que haber ido del gueto…”, responde.
“Me he movido con libertad
durante 32 años”, resalta el director, que está involucrado en su nueva
película, D, un largometraje sobre el caso Dreyfuss, el
escándalo por un error judicial rodeado de antisemitismo que conmocionó a
finales del siglo XIX y principios del XX a la sociedad francesa.
“Absolutamente, no”, responde a la idea de que ha vivido como un prófugo. En
2009, según explica Vanity Fair, los abogados de Polanski
anunciaron que filmaría una nueva cinta en Alemania (país con acuerdo de
extradición con EE UU); en 2001 filmó en ese país El Pianista; mantuvo
casa en España durante 20 años; ha sido juez en el festival de Cine de Venecia
y vivido un año trabajando en Túnez...
La detención en
1977 de Polanski fue uno de los grandes escándalos de la época
que sacudió EE UU y expuso una época permisiva de Hollywood con los menores, la
fama y el sexo. El director fue acusado de emborrachar y drogar a la adolescente
Samantha Geimer durante una sesión de fotos en la mansión –concretamente en la
bañera- del actor Jack Nicholson en Los Ángeles –mientras Nicholson pasaba unos
días practicando el esquí-. En una primera instancia, Polanski fue acusado de
sodomía, violación con uso de drogas y asalto a un menor, entre otros cargos.
El artista solo aceptó ser culpable de haber mantenido relaciones sexuales con
una menor.
Samantha Geimer en la actualidad
“Fue una violación”,
asegura Geimer, 50 años, esposa y madre, en su biografía. “Fue una violación no
solo porque yo era una menor sino porque no consentí a la relación sexual”.
Geimer cuenta en su libro que siempre ha tenido dudas al usar la palabra
violación porque en su cabeza ese acto implica un determinado grado de
violencia que ella nunca sufrió a manos del cineasta.
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