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DESAIRE DE BRASIL AGRAVA MAL MOMENTO DE OBAMA
WASHINGTON (AP)
-- Para el presidente Barack Obama, el vergonzoso desaire diplomático de Brasil
se suma a un periodo problemático para la Casa Blanca tanto en casa como en el
extranjero.
La presidenta
brasileña Dilma Rousseff anunció el martes que aplazaría la visita oficial que
realizaría a Estados Unidos el próximo mes a manera de protesta por el programa
estadounidense de espionaje que se ha dirigido activamente contra el gobierno y
ciudadanos de la nación sudamericana.
La decisión de
Rousseff se suma a las secuelas internacionales para Obama por la revelación de
los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus
siglas en inglés), que han contrariado también a muchos estadounidenses. El
anuncio se dio en medio de un ambiente de críticas para Obama por su cambio de
parecer sobre la amenaza de acciones militares contra Siria.
Algunos analistas
de política exterior dicen que esos desarrollos generan inquietud sobre la
posición que Obama ocupa en el escenario mundial.
"El tema de
fondo es, ¿cómo afecta esto a la influencia de Estados Unidos en el
mundo?", dijo Carl Meacham, director del programa Américas del Centro de
Estudios Estratégicos e Internacionales, quien describió las acciones de
Rousseff como "casi inauditas".
Rousseff dijo que
no estaba cancelando el viaje, sino posponiéndolo. La Casa Blanca dijo que el
aplazamiento era una decisión tomada por ambos mandatarios.
"Ambos
esperan con ansia esa visita, la cual resaltará nuestra extensa relación",
dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney. "Ciertamente reconocemos
las inquietudes que estas revelaciones han generado en Brasil y otros
países".
En sus viajes al
extranjero durante el verano boreal, Obama se ha visto perseguido por las
críticas a los programas de espionaje del gobierno estadounidense. Aunque el
enojo ha sido particularmente intenso en Europa, donde son celosos de la
privacidad, Rousseff también se enfureció por las revelaciones de que Estados
Unidos interceptó sus comunicaciones con asesores.
Documentos
secretos filtrados por el ex analista estadounidense de inteligencia Edward
Snowden también mostraron que la NSA intervino la red informática de la
petrolera estatal brasileña Petrobras y que recabó datos de millones de correos
electrónicos y llamadas telefónicas hechas en Brasil, un importante nodo de
conexiones de fibra óptica trasatlánticas. Las revelaciones se suman a un añejo
recelo en el país sudamericano sobre el gobierno estadounidense.
Es evidente que
las preocupaciones políticas internas pesaron en la decisión de la mandataria
de posponer su viaje a Estados Unidos. El próximo año enfrenta elecciones para
reelegirse y se han vuelto más competidas desde que hubo en junio
manifestaciones contra el gobierno en todo el país.
Tim Ridout,
integrante del German Marshall Fund, con sede en Washington, dijo que la
presidenta brasileña también está buscando mostrar fortaleza en el escenario
mundial.
"Veo esto en
parte como una forma de que Brasil ejerza su influencia y diga `podemos encarar
a Estados Unidos y servir como un contrapeso'", opinó Ridout.
La visita de
Rousseff a Estados Unidos se anunció desde mayo, semanas antes de que se
conociera la existencia de los programas de espionaje del gobierno
estadounidense. La Casa Blanca, que busca profundizar los lazos con Brasil -un
país que está floreciendo económicamente-, planeaba recibir a la mandataria en
un visita de Estado llena de pompa.
Rousseff hubiera
sido la primera presidenta brasileña en ser recibida con honores de Estado
desde 1995.
El periodista de
The Associated Press Bradley Brooks en Río de Janeiro colaboró a este despach
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