Tomado de www.Diario1.com
Ricardo Perdomo (i), ministro de Seguridad y David Munguía Payés, ministro de Defensa.
Nota de Compartiendo mi Opinión.
En El Salvador sale a luz un nuevo
medio de comunicación se trata de Diario1.com el cual es dirigido por el experimentado
periodista costarricense Lafitte Fernández. Felicidades a quienes lo dirigen
por facilitar a sus lectores otro punto de vista en una sociedad que urge
fomentar el respeto a la diversidad y romper la polarización. Para evitar suspicacias, valga aclarar que no conozco al periodista Fernández, sin embargo, como cualquier salvadoreño he seguido su trayectoria en diferentes medios del país y soy de la opinión que sin importar su línea editorial el nacimiento de un medio de comunicación siempre es bueno para una democracia. Será el público quién lo calificará de acuerdo a sus publicaciones. Exitos.
Nueva
guerra entre Munguía y Perdomo
El
Presidente Mauricio Funes tendrá que poner orden otra vez entre sus ministros
de Defensa y Seguridad, David Munguía Payés, y Ricardo Perdomo,
respectivamente.
La
primera batalla comenzó ayer cuando David Munguía Payés minimizó a La
Prensa Gráfica las detenciones de algunos miembros del Cártel de Texis,
realizadas por los hombres de Perdomo.
Para
Perdomo se trata de miembros de un cártel. Munguía, sin embargo, cree que es un
“baby cártel”.
Aunque
la distancia entre un “baby” y un cártel podría ser pequeña, en el marco de las
tensiones existentes entre ambos ministros, esto significa que de nuevo se
pusieron los guantes.
Es
evidente que la nueva guerra la desató Munguía: en el fondo, lo que hizo ante
La Prensa Gráfica fue tratar de decirle al país que las detenciones de miembros
del Cártel de Texis no tienen gran relevancia.
“Un
cártel de verdad es como el de Sinaloa u otro de esos”, dijo Munguía a los
periodistas.
Como
buen militar, Munguía sabe que las guerras siempre empiezan por las palabras.
Lo que trató de decir es que el caso más emblemático del ministro Perdomo
(Cártel de Texis) no es de la dimensión que nos han hecho creer.
No
hay duda que la posición frente a ese tema asumida por Munguía y que ha
provocado decenas de capturas aquí y en Guatemala fue de afrenta pública de
cara a Perdomo.
Pero
a Perdomo no le preguntaron por qué, pese a llamarlo un “baby” cártel, él nunca
actuó para detener a nadie.
Esto
último sería una carta que podría jugar Perdomo en la nueva guerra entre ambos.
Realmente Munguía no detuvo nunca a nadie del Cártel de Texis. Perdomo, por el
contrario, ha hecho de este caso uno de sus temas estrellas.
Segundas acciones
La
causa de la vieja guerra entre Munguía y Perdomo es la tregua entre las
pandillas. Munguía reclama un apoyo estatal completo para afianzar el
entendimiento entre las pandillas.
Perdomo,
sin embargo, comenzó a quitarle la grasa a las pandillas metidas en la tregua.
Les eliminó la pasarela (conferencias de prensa y apariciones ante la
televisión y otros medios de comunicación).
Perdomo
quiere la tregua pero sin excesos ni beneficios extrajudiciales para los
pandilleros. Esta posición, sin embargo, la rechazan los pandilleros y quienes
fraguaron el acuerdo.
Ante
ese panorama, fácilmente se sacaba el día después de escuchar las afirmaciones
hechas ayer por Munguía.
Primer
asalto. Desnaturalizar el combate contra el Cártel de Texis encabezado por
Perdomo.
Segundo
asalto. Este se dio hoy en Ilopango. El alcalde de este municipio, Salvador
Ruano; el secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell;
monseñor Fabio Colindres, Raúl Mijango y Douglas Moreno, ahora asesor del edil
en materia de seguridad, participaron en un evento organizado por la comuna
sobre el proceso de pacificación entre pandillas.
En
el marco de esta actividad, Moreno –quien renunció al cargo de viceministro de
Seguridad y Justicia en junio pasado tras una polémica suscitada por una
entrevista que dieron dirigentes pandilleros al canal 17 y una demanda por
violencia intrafamiliar presentada por su esposa –dijo que actualmente existen
dos ministros de Seguridad, el general David Munguía Payés y Ricardo Perdomo.
Quienes
organizaron el acto de Ilopango, alquilaron buses para transportar hacia ese
lugar a familiares de algunos de los pandilleros que se involucraron con la
tregua.
Entre
otras cosas, querían reunir a un buen número de personas frente al obispo Fabio
Colindres y Raúl Mijango, dos de los principales gestores de la tregua junto a
David Munguía Payés.
Pero,
Perdomo, el contrincante de Munguía, no se quedó quieto: sabía ya de las
palabras del Ministro de Defensa sobre el Cártel de Texis.
Después
de eso, los hombres de inteligencia de Perdomo le informaron que lo que
ocurriría en Ilopango no era un sencillo acto en el que participaban el alcalde
Ruano, un representante de la OEA, Colindres y Mijango.
Al
ministerio de Seguridad le comenzaron a llegar mensajes en el sentido de que
después de Ilopango, los familiares de los pandilleros viajarían al despacho de
Perdomo y a Casa Presidencial para pedir apoyo para la tregua.
Ante
esa situación, Perdomo ordenó que la policía interceptara autobuses que del
interior del país se dirigían a San Salvador y revisaran a los pasajeros,
muchos de estos familiares de los pandilleros.
Igualmente
se reforzó la seguridad en los alrededores del Centro de Gobierno y Casa
Presidencial para impedir que los familiares de los pandilleros llegaran a esos
lugares.
Otras cartas
Otra
de las facetas de esta guerra la constituye la aparición de Douglas Moreno.
Este exfuncionario de la actual administración Funes dijo que Perdomo no conoce
el proceso de la tregua porque “es difícil trabajar desde un escritorio. Hay
que salir a la calle”, reiteró.
Es
obvio que Moreno se sumó a las batallas contra Perdomo en el tema de la tregua. Lo
que no se sabe es si eso se hizo a pedido de Munguía.
Frente
a todos esos hechos que revelan la nueva guerra entre Munguía y Perdomo, hay un
antecedente que involucra al presidente de la República, Mauricio Funes. Hace
pocas semanas surgió de igual manera una guerra entre Payés y Perdomo, la cual
trascendió a los medios de comunicación y se volvió intolerable para el
gobernante.
La
situación fue tal que Mauricio Funes llamó a los dos ministros a su despacho y
puso orden y calma entre ellos.
Incluso,
trascendió que Funes tuvo que decirle a ambos que nadie se metiera en el campo
del otro.
Ahora
se piensa que para recuperar la estabilidad y evitar los choques públicos,
Funes tendrá que poner otra vez orden entre ambos funcionarios.
En
buena parte, lo que estaría ocurriendo es que el tema de la tregua pasa en
forma obligada por los dos despachos, el de Seguridad y Defensa. Transita por
el primero debido al componente presupuestario y al hecho de que Perdomo maneja
las cárceles del país (donde están recluidos la mayoría de líderes de
pandillas), y por el segundo en vista de que la idea de la tregua nació con el
grupo de Payés, Colindres y Mijango.
Hasta
ahora pareciera que los primeros golpes de la guerra los ha dado Munguía.
Golpeó frente al periodismo y se armó una actividad donde le dieron duro,
pública y privadamente, a Perdomo.
Perdomo
sólo asumió posiciones defensivas. Por lo menos hasta ahora.
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