El trastorno
maníaco-depresivo es poco común en los niños pequeños; suele comenzar en la
adolescencia y también en la primera etapa de la adultez (antes de los 35
años). Esta enfermedad puede afectar a cualquiera; sin embargo, si uno o ambos
padres sufren el desorden, hay mayor probabilidad de que los hijos también lo
desarrollen.
Los adolescentes con el
desorden maníaco-depresivo sufren cambios de humor continuos, entre
extremadamente agitados (fase maníaca) y deprimidos. La agitación puede alternar con la depresión,
o puede sentir los dos extremos casi al mismo tiempo.
Este desorden también es conocido como trastorno bipolar.
El desorden maníaco-depresivo
puede comenzar tanto con síntomas maníacos como con síntomas depresivos.
LOS
SÍNTOMAS MANÍACOS INCLUYEN:
·
Cambios
de humor pronunciados en comparación a otros jóvenes de la misma edad. De
repente puede pasar de sentirse exageradamente contento y risueño a estar
demasiado irritable.
·
Sensación
de estar en un nivel sobrehumano, por ejemplo, sentirse especialmente próximo a
Dios, a lo oculto, etc.
·
Aumento
extraordinario de energía y la capacidad de estar mucho tiempo sin dormir y no
cansarse.
·
Hablar
muy rápido, no parar de hablar, cambiando de tema constantemente y no dejando
que lo interrumpan.
·
Distracción,
la atención del adolescente pasa de una cosa a otra constantemente.
·
Conductas
arriesgadas, irrespeto al peligro.
LOS SÍNTOMAS
DEPRESIVOS INCLUYEN:
·
Tristeza
persistente, llanto frecuentemente, depresión.
·
Disminución
en la capacidad de disfrutar de sus actividades preferidas.
·
Quejas
frecuente de malestares físicos, tales como dolor de cabeza y de estómago.
·
Poca
energía, mala concentración, aburrimiento.
·
Cambio
notable en el apetito o en el sueño, tales como comer o dormir demasiado, o lo
contrario.
Algunos de estos síntomas se
parecen a otros que ocurren en el adolescente por otros problemas, tales como
el abuso de drogas, delincuencia, trastorno por déficit de atención debido a
hiperactividad, o hasta la esquizofrenia.
El diagnóstico sólo se puede hacer después de observar cuidadosamente un
largo periodo de tiempo, al adolescente.
Una evaluación minuciosa por un especialista puede ayudar a identificar
los desórdenes maníaco-depresivos u otros, y a comenzar el tratamiento
específico pertinente.
Los adolescentes con desorden
maníaco-depresivo pueden ser tratados efectivamente.
El tratamiento incluye, por lo general, el proveer educación e
información al paciente y a su familia acerca de la enfermedad, el uso de medicamentos
estabilizadores tales como el litio, y la psicoterapia.
El litio reduce el número y
la severidad de los episodios maníacos y ayuda también a prevenir la depresión.
La psicoterapia ayuda al adolescente a entenderse a sí mismo, a adaptarse al estrés,
a rehacer su autoestima y a mejorar sus relaciones.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha
enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión
en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes
medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con
objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de
apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar
acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en
sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital
Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la
embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me
hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por
la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como
video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en
diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy
absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que
cada persona es o va a ser en el futuro.
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