Agencias
Noticiosas
El
líder de la mayoría en la Cámara, John Boehner, durante las deliberaciones en
el Capitolio.
EE.UU. se acerca a
una paralización parcial de servicios estatales
Por COLLEEN
MCCAIN NELSON
WASHINGTON. El Gobierno de
Estados Unidos se acercó aún más el domingo a una paralización parcial debido a
que Republicanos y Demócratas no mostraron voluntad de negociar un bloqueo
generado por la implementación de la ley de salud del presidente Obama.
El bloqueo dejó pocas
esperanzas de que el Congreso pueda lograr un acuerdo sobre los términos de la
financiación del Gobierno para la medianoche del lunes, cuando termina el
actual año fiscal. Una paralización mantendría en funcionamiento los servicios
básicos, pero llevaría a las agencias federales a suspender muchas de sus
funciones.
El domingo por la mañana,
tras una votación nocturna, el Congreso aprobó un proyecto de ley que retrasa
la ley de salud en un año y la vincula a un plan para financiar el Gobierno
hasta el 15 de diciembre. Además, incluye una cláusula que revoca un impuesto a
los productos de salud que pretendía ayudar a financiar la ley de salud. Ahora
dicha legislación volverá al Senado.
El líder de la mayoría en
el Senado, el demócrata Harry Reid, denunció que la votación fue
"inútil", y la Casa Blanca dijo que el presidente Obama vetaría el
proyecto de ley, que retrasa la firma de la nueva ley de salud.
A la vista de la inminente
paralización del Gobierno, la primera desde 1996, representantes de los dos
partidos salieron a la palestra el domingo para lamentar dicha perspectiva, al
tiempo que explicaron por qué el otro partido sería su responsable.
El senador demócrata Dick
Durbin dijo que espera que el Gobierno se paralice y se mostró dispuesto a
negociar una modificación de la ley de salud, conocida en el país como
Obamacare, aunque no "con una pistola en la sien", en declaraciones a
la CBS.
El domingo no había señales
de próximas negociaciones entre los líderes de los partidos en el Congreso. El
Senado no volverá a reunirse hasta el lunes por la tarde, horas antes de que
finalice el año fiscal y termine la financiación de varios órganos federales.
El republicano John Boehner
culpó a los Demócratas de no reunirse antes en el Senado, y dijo en un
comunicado que esperar hasta el lunes por la tarde "sería un acto de
impresionante arrogancia".
En un aparente
reconocimiento de que la paralización es probable, el Congreso aprobó el
domingo una legislación para asegurar que el personal militar seguirá cobrando
en caso de que no se apruebe ninguna medida de financiación. El senador
demócrata Tim Kaine dijo el domingo que el Senado probablemente aprobará una
medida similar.
Los Republicanos se han
mostrado decididos a utilizar el vencimiento del presupuesto como ventaja en su
larga lucha por tumbar la ley de salud, uno de cuyos principales componentes
entra en vigor el martes. Ese día, la gente podrá empezar a inscribirse en
políticas de seguro de salud a través de Internet.
Algunos Republicanos
esperan que el Senado acuerde, al menos, echar atrás el impuesto a los
productos sanitarios, lo que se traduciría en una victoria para el partido.
Aunque en votaciones anteriores las dos formaciones respaldaron el rechazo al
impuesto, no es probable que los Demócratas lo hagan ahora por el
enfrentamiento presupuestario.
Unos 800.000 de más de dos
millones de funcionarios federales dejaron de trabajar en una paralización del
Gobierno en 1995, y algunos menos en 1996. Aún se desconoce el número de
trabajadores que se verán afectados esta vez. El Pentágono calcula que unos
400.000 funcionarios de defensa serán enviados a sus casas.
Los servicios postales y el
tráfico aéreo seguirán funcionando, mientras que las recetas de la Seguridad
Social se mandarán por correo electrónico. Sin embargo, algunas funciones federales
se suspenderán, como el control de la gripe y otras enfermedades por parte del
Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Los parques y museos nacionales
permanecerán cerrados.
En la votación para
retrasar la ley de salud, dos Republicanos se separaron de su partido al
mostrar su oposición: Chris Gibson y Richard Hanna, de Nueva York.
Mientras, los Demócratas
Jim Matheson y Mike McIntyre votaron a favor del retraso de un año.
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