sábado, 26 de febrero de 2011

La Nueva Ruta de la seda Parte 11: El ruido de la silenciosa expansión china

Tomado de RFI

Poco conocida en Occidente, la “estrategia de los 24 caracteres”, pronunciada por el gurú de la China moderna, Deng Xiaoping, ha servido como base de la diplomacia china hasta hoy. Se podría pensar que se trata de un resumen concentrado del Arte de la Guerra, de Sun Tzu, militar que en el siglo VI a.C. escribió uno de los manuales de guerra más brillantes que existen.

Por Heriberto Araújo y Juan Pablo Cardenal

“冷静观察, 站稳脚跟, 沉着应付,
韬光养晦, 善于守拙, 绝不当头.”

“Observa con calma, asegura tu posición, afronta los asuntos con calma,esconde tus capacidades y aguarda el momento oportuno, mantén un perfil bajo, y nunca reivindiques el liderazgo”, Deng Xiaoping, artífice de la China moderna.

Durante nuestros viajes por más de 25 países, en los que hemos tenido la oportunidad de entrevistar a más de 300 personas entre diplomáticos, políticos, activistas y empresarios, el secretismo siempre ha estado presente en nuestros encuentros con los interlocutores chinos, en especial las fuentes oficiales.

Este secretismo, este afán por esconder lo que uno piensa en realidad, es un rasgo característico de la idiosincrasia china que poco contribuye a que el resto del mundo comprenda cuál es la estrategia –porque sí, existe una estrategia- para que China salga de la pobreza y se convierta, como consecuencia de ello, en la potencia que fue en siglos anteriores.

En muchas ocasiones este secretismo oficial es simplemente una mala gestión de las relaciones públicas por parte de Pekín que, ante la duda, prefiere guardar silencio.

En otras ocasiones, se trata de no querer exponer sus cartas antes de tiempo. En este sentido se explica por ejemplo todo el misticismo con el que nos hemos encontrado a la hora de comprender la estrategia sobre la seguridad alimentaria de China o su capacidad militar a futuro.

En otros casos, el silencio responde simple y llanamente a la aversión que produce en Pekín la opinión pública, los medios de comunicación. Como nos dirá el ex presidente costarricense Óscar Arias, en una cita que aparece en el capítulo 9 de la serie, “a mí me eligieron para liderar, no para complacer”.

Si le añadimos que el gobernante no tiene por qué dar explicaciones, tenemos la fórmula exacta de lo que China arguye para no revelar algunas informaciones. Sin embargo, esta actitud sólo contribuye a proliferar una sinofobia que desgraciadamente está muy extendida.

Es necesario un desarrollo de la sociedad civil en China, de los medios de comunicación, de las ONG, de los bloggeros, de los periodistas chinos independientes que dejen de recibir los “sobre rojos” (llenos de dinero) para publicar esta o aquella información que conviene. Esto, junto a la edificación de un verdadero estado de derecho, supone los desafíos mayores para Pekín.

Esa es nuestra conclusión después de todos estos viajes, de estar inmersos durante más de un año en el estudio de la expansión china. Y no se trata de querer que China se “occidentalice”, sino de que China contribuya al acervo de la humanidad con reglas justas.

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