sábado, 10 de diciembre de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: "PROBABLEMENTE"

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Uno de estos viernes pasados me dirigía yo hacia una de las llamadas “zonas vivas” de San Salvador (como son privadas omito el nombre). Los viernes suelen ser particularmente intensos en lo que a tráfico hacia estas zonas se refiere, y es muy común encontrar personas pidiendo limosna en medio del congestionamiento vehicular. Sin embargo, ese día llamó poderosamente mi atención una niña (o jovencita, según se mire) de unos 14 ó 15 años, bonita y esbelta, pidiendo limosna, en uniforme escolar, entre todos los vehículos que circulaban.

Aun ahora, al recordarla, mi corazón se encoge y veo aquella cara bonita con los ojos más tristes y avergonzados que he visto en mi vida. A punto de llorar, parecía pedir disculpas ante su situación, pero estoicamente continuaba la tarea impuesta, probablemente por sus progenitores. Más atrás de ella venía un niño con gesto y actitud inocente, también pidiendo dinero, pero aún sin la capacidad de ver en su totalidad la desgracia y peligro de su situación.

Volviendo a recordarla con dolor en mi pecho, esa niña, pienso, podría ser mi hija. Sin embargo, yo tengo hijos, y ellos están en una situación mucho más favorable. ¿Qué hace la diferencia entre mis hijos y ella? Una de las primeras diferencias es que yo pasé muchos años antes de sentirme realmente preparada y decidirme a tener hijos. Otra, que yo tomé mi decisión basada en mis posibilidades y no en fundamentos culturales, ni en dictados de otras personas o agrupaciones, que abogan genéricamente por una causa u otra, sin ponerse en la realidad particular de cada uno de nosotros, los padres, y más aun las madres. Y la tercera gran diferencia es que yo he sido consciente y consecuente con el compromiso adquirido, y, con el apoyo de mi esposo, trabajo y vivo para ellos; no al revés.

Qué será de esa niña? Me atormenta su imagen, pero a la vez no deseo decir dónde la vi, pues nada solucionaría con ello. De este modo, probablemente seguirá en la calle, probablemente será maltratada y abusada, probablemente pronto saldrá embarazada y repetirá el ciclo, tal vez se prostituirá. De otro modo, probablemente la enviarían a un albergue, donde, probablemente, también le pasarán las mismas cosas. ¿Hay alguien que desee contradecirme?. Pero lo que sí es seguro es que en ningún caso gozará de los “derechos de la niñez”. Fuera del albergue, al menos, entre maltratos y abusos, ojalá alguno de sus padres, probablemente la madre, encuentre algún momento para darle una caricia y una buena palabra de vez en cuando.

Tanto mencionar la palabra “probablemente”, que terminó siendo el título. En nuestra cultura seré tachada de negativista, porque no nos gusta pensar que sucederán cosas negativas; preferimos creer que todo va a ir muy bien, pero como por arte de magia, sin poner los medios para que las cosas vayan efectivamente bien, con lo que, probablemente, no irán bien. De hecho, la situación que probablemente le pasará a esta niña es la que les sucede a la gran mayoría en su misma situación, y eso no es probable, es seguro. Después, cuando sucede lo que era probable que sucediera porque no pusimos los medios para evitarlo y preferimos pensar que no sucedería, simplemente nos resignamos diciendo “ni modo”, y nos olvidamos pronto del tema, con lo que, probablemente, volverá a repetirse. Por eso no progresamos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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