Por Isabel F. Lantigua
Olvidar repetidamente a los 45 años dónde se dejan las llaves del coche o tener que leer varias veces un texto para comprenderlo suele achacarse al estrés por el trabajo, a la falta de sueño, al ritmo de vida frenético. Pero también pueden ser los primeros síntomas de un deterioro cognitivo que, a la larga, puede desembocar en demencia o Alzheimer, según ha comprobado una nueva investigación.
Aunque todas las pruebas para detectar la demencia y estudiar el daño cognitivo se centran en personas a partir de los 60 años, unos científicos del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud Pública de Francia y de la Universidad College de Londres, apuntan que estas pérdidas de funciones cerebrales empiezan antes y argumentan que "comprender la evolución cognitiva a medida que se cumplen años es uno de los retos de este siglo", por las implicaciones médicas que tiene.
Para llegar a afirmar que el cerebro empieza a envejecer a los 45, los autores analizaron durante una década a 5.198 hombres y 2.192 mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 70 años. Durante el periodo de estudio evaluaron a los participantes para medir su memoria, su vocabulario y sus habilidades de comprensión visual, así como su destreza en pruebas de escritura y de semántica. Los dividieron por grupos de edades entre los 45-49 años; 50-54; 55-59; 60-64 y 65-70.
Los resultados, que se publican en la revista 'British Medical Journal', revelan que el deterioro cognitivo fue visible en todos los grupos y en todas las categorías (memoria, razonamiento, semántica y comprensión) salvo en el vocabulario, que parece que está poco influido por la edad. Asimismo se vio que cuanto mayor es la personas peor funciona el cerebro.
En los varones de entre 45 y 49 años, el deterioro en el razonamiento a lo largo de la década fue de un 3,6%, mientras que para los más mayores, los de 65-70 años fue del 9,6%. En las mujeres los porcentajes son del 3,6% y del 7,4%, respectivamente.
Hacia un diagnóstico muy precoz
Archana Singh-Manoux, firmante del trabajo, declara que "haber logrado esta evidencia que muestra que existe deterioro cognitivo antes de los 60 años tiene importantes implicaciones y demuestra la necesidad de promover estilos de vida saludables, particularmente en cuanto a lo que el corazón se refiere".
Los autores destacan que "los pacientes que presentan algún factor de riesgo de enfermedad cardiovascular (obesidad, colesterol alto, etc.) deberían cuidarse, no sólo para salvaguardar su corazón, sino también para prevenir una demencia posterior".
Se sabe que cuando aparecen los síntomas de la demencia son el resultado de un largo proceso de deterioro cognitivo que ha podido durar 20 o 30 años. A pesar de que se ha realizado mucha investigación en los métodos diagnósticos, aún no se han descubierto los biomarcadores o los perfiles cognitivos que muestren claramente el desarrollo de demencia. Sin embargo, sí que existen suficientes estudios que demuestran la relación entre los factores de riesgo cardiovascular y las posibilidades de desarrollar demencia. De ahí, la importancia de un estilo de vida sano.
En un editorial que acompaña al estudio, Francine Grodstein, del Departamento de Medicina del Hospital Brigham and Women de Boston (EEUU) afirma que este hallazgo "tendrá profundas consecuencias para la prevención de la demencia. Hasta ahora no existe cura para este trastorno pero se sabe que lo más efectivo es diagnosticarla y tratarla cuanto antes". Por eso, a raíz de este estudio, las pruebas para detectar el deterioro cognitivo "deberían realizarse a partir de los 45 años".
Además indica que "estamos entrando en una nueva era de investigación y prevención en la que se abre una esperanza de identificar maneras para intervenir antes en el desarrollo de la enfermedad".
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