Por Ana Isabel Gómez Vera
Para comenzar el día con el pie derecho, ¡desayuna bien! Toma nota y elimina esas costumbres que afectan tu nutrición.
La última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin) arrojó cifras preocupantes de anemia y malnutrición, principalmente por los pésimos hábitos a la hora de alimentarse.
El desayuno, la primera comida y la más fundamental del día, es la que más preocupa a expertos por su descuido en la comunidad. Así que con la ayuda de la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica (ACNC) y el Centro Colombiano de Nutrición Integral (Cecni), logramos establecer cinco errores clásicos que comentemos en el banquete mañanero:
1. Descartarlo
El desayuno no debería eliminarse, no solo porque es el alimento que nos da energía para empezar el día, sino porque el tiempo que pasa de nuestra última comida hasta que nos despertamos se le considera el ayuno (abstención total o parcial de comer o beber) más largo del día. Por eso cuando nos levantamos tenemos que des-ayunar, quitarnos, como dice la RAE, el "estar privado de algún gusto o deleite". "Muchas personas se inventan excusas y síntomas para evadir el desayuno, pero todos deberían comer por lo menos una buena porción de fruta", explicó Claudia Contreras, nutricionista y dietista de la ACNC.
2. Comerlo a las carreras
No porque en inglés se llame 'Breakfast' y fast signifique rápido, necesariamente deba ser así. Es más, este fast significa ayuno y break, romper= romper con el ayuno. Ahora bien, lo que pasa cuando lo comemos rápido es que, primero, seguramente no lo estamos comiendo completo* y además estamos dejando de "masticar, disfrutar y absorber los alimentos", como nos lo explicó la nutricionista infantil, Clara Rojas. "Por ejemplo, comer parado no es que 'alimente menos', lo que pasa es que no le damos tiempo a el cuerpo de digerir". Así es que se sugiere apartar 20 minutos para cualquier comida.
3. Servirlo en abundacia
Por un lado está mal descartar el desayuno, pero tampoco está bien exagerarlo y seguir al pie de la letra la premisa de "desayuna como rey, almuerza como príncipe, y cena como mendigo". Si bien es la comida más importante del día, no significa que tenga que ser la más calórica. Hay que seguir la regla del 'desayuno completo'*, ni más ni menos.
* El cuarteto perfecto de un 'desayuno completo' debe estar compuesto por: un lácteo (o derivado de la leche), un carbohidrato (preferiblemente un cereal alto en fibra), un alimento regulador (frutas) y una proteína (queso, jamón, salchicha).
4. No tener en cuenta la actividad de cada uno
Esta tiene que ver un poco con el punto anterior ya que Michael Phelps, nadador estadounidense con 14 medallas olímpicas de oro, tenía una dieta de 12 mil calorías (una dieta regular está entre 2.500 y 3.500 calorías) y su desayuno constaba de 8 huevos. Pero eso sí, en sus rutinas de ejercicio y entrenamiento él gastaba 10 mil de esas 12 mil calorías, por lo que era una necesidad consumir en abundancia. Ahora, la recomendación no es seguir la 'dieta Phelps' si no consultar a tu médico y/o nutricionista para calcular cuantas calorías gastas al día y cuántas deberías consumir según tu estatura, peso y actividad diaria.
5. Siempre lo mismo
Para que ese ideal de tener 20 a 30 minutos para desayunar sea una realidad, uno de los trucos es que haya variedad en el desayuno y así se quiera disfrutar y tomar el tiempo para este (eso sí, no es simplemente cambiar la marca del cereal). Seguramente encontrarás la tranquilidad que necesitas y así la digestión mejorará.
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