sábado, 21 de enero de 2012

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA CREATIVIDAD EN LOS NIÑOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

La creatividad es uno de los mayores dones que tiene el ser humano. Sin ella no podría desarrollarse, ni tan siquiera sobrevivir. Baste pensar que la supervivencia y el dominio de la especie humana se basa en su capacidad para transformar y adaptar el medio natural a sus necesidades. La creatividad no sólo se refiere al aspecto artístico, como muchos piensan; la creatividad está presente en todo aspecto de nuestra vida, y no es otra cosa que esa capacidad de proponer ideas que solucionen los diferentes retos que la naturaleza y nuestra propia forma de vida nos ponen. Sin la creatividad seguiríamos ganandonos la vida con arcos y flechas (incluso esos instrumentos son producto de la creatividad).

En general, la creatividad no es un privilegio. En mayor o menos medida todo ser humano, desde muy pequeño, goza de este don. Lo que sí es bastante común es que se inhiba esa creatividad y que se pongan obstáculos y límites. Sí puede ser un privilegio el gozar de una gran creatividad, pero aun en bastantes de estos casos dicha creatividad no es tanto un don extraordinario como el resultado de cultivar y estimular ese don común que casi todos tenemos en alguna medida.

Todos saben que los niños son, en general, grandes creativos; pero quizá no lo sean más de lo que seríamos muchos de los adultos si no fuera porque desde la misma niñez hemos tenido que aprender, de muchas formas diferentes, a reprimir esa creatividad. Frecuentemente los propios padres lo hacen con sus hijos al afearles sus fantasías, tacharlas de “tonterías” y recomendarles que vivan la realidad, sin comprender que la realidad de los adultos es muy diferente de la de ellos.

Lo hace también la industria del juguete, al ofrecerles infinidad de juguetes que juegan solos, y con los que el niño se convierte en simple espectador; sin acordarnos de que cuando nosotros éramos niños, los juegos y juguetes que mejores recuerdos nos dejaros fueron aquellos que inventábamos y fabricábamos nosotros mismos con cualquier cosa que teníamos al alcance de la mano. Lo hacen también los medios audiovisuales, al entretener toda su atención en una pantalla, y dejándoles muy poco espacio para la imaginación.

Y lo hace la propia sociedad, cuando, ya en edad de aportar algo y con deseos de hacerlo, las generaciones anteriores no aceptamos sus nuevas propuestas, y con el argumento de que “ya está todo inventado” defendemos arcaicos paradigmas hasta lo absurdo, tratando de esconder nuestra propia incapacidad para superarlos, y de proteger celosamente lo poquito que hemos hecho, dificultando que alguien haga algo mejor.

Sirvan estas reflexiones para saber adecuar nuestra actitud y responsabilidad educadora en beneficio de la creatividad de nuestros hijos; para elegir los juguetes con que deben jugar y los pasatiempos que deben tener. Nunca limite a su hijo en el desarrollo de su creatividad; limite todo aquello que no beneficie la misma. Estimúlelo, póngale en contacto con la naturaleza y con todo lo que existe. Haga que se interese por muchas cosas y desarrolle su capacidad de percepción. Eso será la materia prima con la que su creatividad producirá nuevas e interesantes ideas, orientándolas hacia aquellas áreas que sean de su mayor interés y para las que tenga más vocación; no necesariamente el arte.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamin Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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