El juez español Baltasar Garzón se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados, por ordenar presuntas escuchas ilegales en un caso de corrupción, primer proceso contra el magistrado que en una semana será juzgado por tratar de investigar crímenes del franquismo.
Garzón está imputado de "uso de instrumentos de escucha y grabación en violación de las garantías constitucionales" en la investigación de un escándalo de corrupción conocido como "trama Gürtel", que a principios de 2009 implicó a altos cargos del Partido Popular (PP, derecha), que gobierna en España desde diciembre.
El juicio en el Tribunal Supremo de Madrid comenzó, ante una fuerte expectación mediática, con la lectura de la causa. "El magistrado (Garzón) quiso intervenir las comunicaciones de los abogados con los internos Fracisco Correa y Pablo Crespo", leyó la auxiliar judicial, mientras el juez, que compareció vestido con su toga negra de juez, escuchaba los cargos desde el banquillo de los acusados, sentado junto a su defensor Francisco Baena Bocanegra.
Garzón ordenó estas escuchas en prisión por sospechar que los abogados participaban en las actividades delictivas de sus clientes. Los letrados denuncian por su parte una violación del derecho fundamental a la defensa. De ser declarado culpable, el juez, mundialmente conocido por la detención del exdictador chileno Augusto Pinochet en 1998 en Londres, podría ser condenado a un máximo de 17 años de inhabilitación profesional, lo que supondría el final de su carrera.
Suspendido de sus funciones en España desde mayo de 2010, Garzón tiene pendientes contra él otros dos casos por presunta "prevaricación", es decir por tomar una decisión injusta a sabiendas, lo que ha llevado a sus partidarios a denunciar una maniobra política contra el controvertido juez.
A partir del 24 de enero, el mismo Tribunal Supremo juzgará a Garzón por su intento de investigar sobre los más de 100.000 desaparecidos de la Guerra Civil española (1936-39) y de la dictadura franquista (1939-75).
"Estamos ante un hecho que avergüenza a la democracia española, a la justicia y al propio Tribunal Supremo que es juzgar a un inocente, en primer lugar por haber querido juzgar al franquismo y también por haber querido luchar contra la corrupción", consideró el diputado ecolocomunista Gaspar Llamazares, que manifestaba a las puertas del tribunal.
Medio centenar de personas se congregaron allí para expresar su apoyo a Garzón, con gritos de "Tapas sus delitos echando a Garzón".
No hay comentarios:
Publicar un comentario