Tomado de El Nuevo Herald
Por Juan O. Tamayo
Al concluir una
visita a Cuba rica en promesas pero cuyo impacto es muy temprano para estimar,
el papa Benedicto XVI instó el miércoles al gobierno comunista para que permita
“las libertades fundamentales”, y bromeó con un Fidel Castro de aspecto frágil acerca
de sus edades avanzadas.
Cuba debe ser
“la casa de todos y para todos los cubanos, donde vivan la justicia y la
libertad en un clima de serena fraternidad”, afirmó el Papa en una de sus
frases más significativas durante la visita de tres días, antes de abordar un
avión Alitalia 777 para el vuelo a Roma.
Benedicto XVI
agregó que ningún cubano debe ser excluido de la tarea de construir el futuro
del país “por la limitación de sus libertades fundamentales”, y repitió la ya
conocida oposición del Vaticano al embargo comercial de Estados Unidos a Cuba.
Sin embargo, la
policía detuvo a Bertha Soler, líder de las Damas de Blanco, y a otros
disidentes en el área de La Habana, para evitar que se unieran a unas 300,000
personas que asistieron a la misa del Papa el miércoles en la Plaza de la
Revolución. Los disidentes dijeron que el total de detenciones en toda Cuba
desde el jueves había sido de más de 200.
Los cubanos
deben mantener la fe y saber que Jesús “penetra, como una pequeña luz, todo lo
que es oscuridad y amenaza”, agregó el Papa en una ceremonia de despedida en la
que una vez más llamó a la reconciliación entre todos los cubanos, uno de los
temas principales de su visita.
En respuesta,
el gobernante cubano Raúl Castro dijo que han trabajado durante mucho tiempo
para tener buenas relaciones “con los emigrantes que aman a la patria” y que
continuarían por ese camino. Sin embargo, agregó que otros “atacan a Cuba y
manipulan el tema de la migración con fines políticos”.
Durante la
misa, Benedicto XVI afirmó que “Cuba tiene que cambiar” y pidió una mayor
“libertad religiosa” en la isla, reconociendo que la Iglesia tiene ahora más
espacio para su trabajo, pero instando al gobierno a “fortalecer lo que ya se
ha logrado”.
El Papa puso de
relieve el interés de la Iglesia por enseñar “en escuelas y universidades”, y
agregó que espera que “el momento llegará pronto, aquí también, en que la
Iglesia pueda aportar a los ámbitos del conocimiento”.
Fidel Castro
cerró cientos de escuelas católicas y privadas, se apoderó de sus edificios y
expulsó a centenares de sacerdotes y monjas en la década de 1960. Su gobierno
fue oficialmente ateo desde 1962 hasta 1992.
Benedicto XVI
también hizo una discreta crítica al régimen de partido único de la isla,
señalando que la búsqueda de la verdad por parte del hombre puede llevar a
algunos a “la irracionalidad y el fanatismo”, encerrándose a sí mismos en “su
verdad” y tratando “de imponerla a los demás”.
El arzobispo de
Miami, Thomas Wenski, afirmó a The Miami Herald el miércoles que, “desde
cualquier ángulo que se mire, es una visita espectacular”.
“El Papa dio al
pueblo cubano un mensaje de esperanza”, comentó.
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