sábado, 31 de marzo de 2012

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ¿ATENUANTE O AGRAVANTE?

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Con demasiada frecuencia saltan a las primeras planas noticias sobre hechos criminales. También con bastante frecuencia los autores de los mismos son personas que actuaron sin pleno uso de sus facultades mentales por ingestión de alcohol o drogas. Y con esa misma frecuencia se minimiza su pena, porque tradicionalmente se ha contemplado dichos estados mentales como atenuantes. Mejor dicho, no es con esa misma frecuencia, sino con mucho mayor, puesto que es tradicional que los abogados defensores se apoyen en eso para que, con razón o sin ella, el imputado resulte favorecido.

Es cierto que la merma de facultades mentales puede inducir a una persona a cometer un acto criminal por su capacidad disminuida de discernir entre lo socialmente aceptable y lo inaceptable, que le impulsa a actuar de manera primitiva e irracional; pero esto es en caso de que esta condición sea patológica e inherente a la persona, y en este caso sí cabe plantearlo como atenuante.

Sin embargo, la persona drogada, con alcohol u otro tipo de sustancia, sí discierne entre el bien y el mal. Lo que la ingestión de alcohol o drogas le provoca, entre otras cosas, es una pérdida de la capacidad de reflexión, una impulsividad y una total desinhibición que rompe su super-ego y que le permite exteriorizar cualquier sentimiento o instinto que en estado sobrio permanece inhibido por el propio super-ego o reprimido por el control social; desde sentimientos positivos, hasta los más bajos instintos, pudiendo actuar de la forma más primitiva e irracional.

Siendo la merma de facultades mentales debida a la ingestión de alcohol o drogas, un estado mental que se constituye en situación de riesgo para la comisión de actos criminales o violentos, además de otras conductas irresponsables que también pueden ocasionar tragedia; y siendo esta condición antinatural y provocada, )Cómo es posible que se considere como atenuante para juzgar un acto criminal?.

Para cometer el acto criminal, el hechor se siente amparado en la condición de ebrio o drogado; no tiene ningún obstáculo para provocarse dicho estado con el fin de actuar criminalmente. De una forma indirecta se está fomentando aquello que precisamente se pretende castigar.
Al considerar como atenuante a tal estado se le esta dando una validez que resulta inadmisible, transmitiendo con ello un mensaje a la sociedad completamente equívoco.
El estar bajo efectos de alcohol o droga en la comisión de un acto criminal debería ser agravante, así como en los accidentes de tráfico; más aún, el simple hecho de drogarse o embriagarse debería ser también sancionado, pues supone provocar voluntariamente unas condiciones que suponen un riesgo para la seguridad propia y de los demás. Las tragedias por embriaguez no sólo suceden tras un timón.

Acerca de la Doctora  Mendoza Burgos 


Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamin Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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