Tomado del El Heraldo
Autoridades civiles hondureñas se mantienen atentos fuera del penal hondureño sin poder ingresar al mismo por orden de los reclusos
Autoridades
de la Fiscalía de Derechos Humanos y de Delitos contra la Vida llegaron al
presidio, para intentar reconocer los cadáveres de los reos asesinados durante
el amotinamiento del jueves, pero las “órdenes de los reclusos” eran que no
querían ver a nadie. Policías tampoco han ingresado
San Pedro Sula, Honduras. En unos
imperaba el deseo de poder. En otros el temor se había apoderado de ellos.
Reclusos y guardias penitenciarios mantenían un ambiente de zozobra ayer en el centro penal sampedrano, donde el pasado jueves hubo una revuelta que causó la muerte de 13 privados de libertad.
El ambiente de intranquilidad que se vivía 24 horas después del incidente era tal que ni las mismas autoridades penitenciarias se atrevían a ingresar al recinto, porque los reos siguen teniendo el control, no como se anunció la tarde-noche del jueves.
Eso confirma una vez más que los privados de libertad
gobiernan en los presidios del país, y que cuando dan una “orden” se respeta,
sin que las autoridades intenten lo contrario.
El miedo persiste, igual que el temor de que exista un
nuevo amotinamiento, eso se denota en las caras de los policías penitenciarios
que, aunque son relevados por turnos, comentan que no pueden dormir bien
pensando que en cualquier momento puede darse una nueva tragedia.
Calmen los ánimos
Calmen los ánimos
Según los policías de la cárcel, un grupo de “jefes
reclusos” está impidiendo el ingreso de personas al centro penal sampedrano
porque solo quieren tranquilidad y que nadie los moleste.
“Bien nos dijo monseñor Rómulo Emiliani que por lo menos
tenemos que esperar dos días para que los ánimos de los presos se calmen y
dejen a las autoridades hacer sus investigaciones”, expresó uno de los fiscales
de delitos contra la vida, mientras tomaba ayer declaración a los policías
penitenciarios que estaban de turno durante el motín del jueves.
Autoridades de la Fiscalía de Derechos Humanos y de Delitos contra la Vida llegaron al presidio desde tempranas horas, pero de nada sirvió porque las “órdenes de los reclusos” eran que no quieren ver a nadie.
Autoridades de la Fiscalía de Derechos Humanos y de Delitos contra la Vida llegaron al presidio desde tempranas horas, pero de nada sirvió porque las “órdenes de los reclusos” eran que no quieren ver a nadie.
John César Mejía, coordinador de la Fiscalía de Derechos
Humanos, se dedicó junto a su equipo de fiscales a realizar el procedimiento
adecuado para solicitar el historial de los 13 reos muertos, de los cuales solo
seis estaban condenados y otros siete procesados.
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