domingo, 11 de marzo de 2012

La magia de los “Buenos Días”

Por Waldemar Serrano

En los pasados días hemos tenido la oportunidad de compartir con cientos de personas en diferentes escenarios laborales, y nos hemos percatado que el arte de decir Buenos días, se está perdiendo. Esto va desde las secretarias, personal de seguridad, los de limpieza, altos ejecutivos y hasta las personas que contestan los teléfonos.

Basta con solo llamar a cualquier oficina y lo primero que sucede es que la persona que contesta el teléfono te dice un libreto que se ha memorizado y el cual lo ha repetido en tantas ocasiones, que lo dice automáticamente, demasiado de rápido y ni se le entiende nada.

Segundo, en ese diálogo como el “papagayo” –del cual están obligados por un supervisor a decir lo que dicen- quieren decir tantas cosas a la vez, suenan como máquinas contestadoras automáticas.

Esto convirtiendo a estos seres humanos en seres no pensantes, en instrumentos manipulables, dándole a aquel que los contrató una potestad absoluta sobre ellos, sin límites, que pueden exigirles lo que sea y ellos no pueden mostrar ningún criterio propio.

A su vez, en vez de ser facilitadores del proceso se convierten en ogros incomprensibles, que se desquitan con todo aquel que tienen una oportunidad.

Sobre todas las cosas, desgraciadamente han abandonado la realidad de que son seres humanos, que son simples expresiones divinas, que tienen aspiraciones, que sus sentimientos son la clave de su desenvolvimiento con otros seres vivientes y que las palabras seguidas por gestos, son el pegamento que une a la humanidad.

Dentro de esas expresiones, está la que consideramos la clave del éxito de cada empresa, las palabras Buenos Días. Una expresión tan genuina, que el oído cuando la escucha le asiente como anillo al dedo, no importa en donde te encuentres, esas palabras y la unión de una sonrisa, abre puertas y solidifica nuestra existencia.

Hoy día cuando estamos en la góndola del supermercado, en el elevador en las mañanas o simplemente en la recepción de un edificio cuando nos identificamos con el de seguridad, ya no escuchamos esas dulces palabras que nos recuerdan que somos y que estamos.

El término tiene una magia extraordinaria, en ocasiones es la clave del éxito del cierre de un negocio, en otras instancias es el único gesto hermoso que escucha una persona de la juventud dorada.

La transformación que causa en otros es impresionante, en aquellos que están en estrés total, les da un respiro momentáneo en donde les recuerda que no son otra cosa que entes que respiran y sienten.

Es hasta contagioso cuando vemos a un niño decirnos buenos días, los rostros de las personas cambian automáticamente, dejando que su niño interno sea saludado e identificado con quien tienen de frente.

Hoy solo les exhortamos a que en todo momento que puedan, utilicen la combinación de esas 10 letras, que lo único que les dará serán satisfacciones infinitas, alegrías duraderas y por supuesto, recordaran que todos de una forma u otra somos humanos.

Waldemar Serrano-Burgos, CEC, ACC es Life Coach Certificado Internacional, actualmente trabaja en los mercados de Miami, Puerto Rico y Republica Dominicana. Puede contactarlo al 305.335.4044 o por email wsbcoaching@gmail.com

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