viernes, 11 de febrero de 2011

Presidente Egipcio cede poderes pero no renuncia

Tomado de RFI

Protestantes al gobierno de Mubarak desafían el toque de queda.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, cedió poderes a su vicepresidente pero se negó a renunciar, provocando una explosión de indignación entre los cientos de miles de personas que desde hace más de dos semanas exigen su partida.

"¡Vete, vete!", "Te vamos a enterrar bajo tierra", clamaba la multitud concentrada en la plaza Tahrir de El Cairo, epicentro de la ola de protestas que se desencadenó el 25 de enero y se ha cobrado unos 300 muertos. El aire se impregnaba de decepción en la plaza y se empezaron a oír llamamientos para dirigirse al palacio presidencial y sacar a Mubarak por la fuerza.

En un esperado discurso televisado, Mubarak afirmó que participará en la transición hasta las elecciones presidenciales de septiembre, aunque anunció que delegará poderes al vicepresidente Omar Suleimán, sin precisar cuáles.

Dijo asimismo que está determinado a vivir y morir en Egipto, desalentando a quienes esperaban que partiese al exilio dejando vía libre a las reformas democráticas. Pero el mandatario de 82 años, en el poder desde 1981, frustró todas esas expectativas.

"Soy consciente del peligro que representa esta encrucijada (...) y eso nos impone hacer pasar primero los intereses superiores de la nación", dijo Mubarak, antes de agregar: "He decidido delegar poderes al vicepresidente, conforme a la Constitución".

Inmediatamente después, Suleimán, un ex militar que dirigió los servicios secretos hasta que Mubarak lo nombró vicepresidente el mes pasado, instó a los manifestantes a regresar a sus hogares.

"¿Donde está el ejército? ¿Dónde está el ejército egipcio?", coreaba una muchedumbre furiosa que poco antes había oído que las Fuerzas Armadas estaban tomando "las medidas necesarias para proteger a la nación y apoyar las legítimas demandas del pueblo".

El opositor y Premio Nobel de la Paz, Mohamed ElBaradei, instó al ejército a "salvar" a Egipto. "Egipto va a explotar. El ejército tiene que salvar al país ya mismo", escribió ElBaradei en Twitter, poco después del discurso de Mubarak.

Las apuestas por la renuncia de Mubarak eran fuertes también en el extranjero, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos consideraba poco antes del discurso que había una "fuerte probabilidad" de renuncia, según dijo el director de la entidad, Leon Panetta, en una audiencia ante el Congreso en Washington.

Y el presidente Barack Obama declaró que el mundo estaba viendo la historia "en marcha" en Egipto. "El momento del cambio en Egipto es ahora", afirmó después de oír a Mubarak la titular de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, que deploró que Mubarak "no haya abierto la vía para unas reformas más rápidas y profundas".

En su discurso, Mubarak dijo que nuca aceptará "órdenes del extranjero". La rebelión que puso al régimen al borde del abismo se inició el 25 de enero y cobró una nueva proporción en las últimas horas, con la entrada en huelga de decenas de miles de trabajadores en todo el país.

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