sábado, 4 de febrero de 2012

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION AMBIENTAL

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El sistema educativo de casi todos los países, incluye desde hace años la educación ambiental en el currículum escolar. No obstante, lo positivo de la iniciativa puede no llegar a tener el éxito deseado si no encuentra eco en el ambiente familiar, pues éste es, en definitiva, el modelo fundamental para los hijos.

Este es un tema en el que si nosotros no estamos educados, probablemente serán nuestros propios hijos los que podrían educarnos, siempre que nos mostremos receptivos a ello, pero como para estar receptivo hay tener una mínima conciencia del problema, enfocaremos estos párrafos a tratar de despertar esa mínima conciencia que nos permita empezar a educar a los hijos más pequeños, para dejar que ellos nos eduquen a nosotros con mayor profundidad después, cuando vayan creciendo y conociendo más del tema.

La naturaleza; en definitiva todo el planeta, es como la gran casa que es de todos y en la que todos vivimos. Tal vez por ser tan grande y por no ser privada no la consideramos como nuestra, sino que tenemos una visión muy limitada y exclusiva de lo que nos pertenece; PERO LA TIERRA ES NUESTRA GRAN CASA. De una forma directa o indirecta todo lo que consumimos lo sacamos de la naturaleza; TODO.

Tal vez por ser la naturaleza tan grande pensamos que lo que sacamos de ella nunca se va a agotar; pero ese es un gran error; algunos recursos se agotan irremediablemente, como el petróleo; otros, como los árboles, pueden y deben reponerse, porque si no, también se agotan. Y los árboles no son sólo esas cosas que dan sombra y algún fruto, y que a veces adornan y a veces estorban; sin ellos el oxígeno que respiramos también se agota. Además, los árboles permiten retener el agua que bebemos y el suelo que nos sostiene y nos da los alimentos.

Por otro lado, prácticamente todo lo que consumimos, directa o indirectamente produce residuos de muchos tipos, desde orina y heces, hasta basuras, humos, y otras sustancias tóxicas. ¿Y dónde van los residuos? Todos los residuos terminan de nuevo en la naturaleza, aun cuando se depositen en un inodoro o en un basurero; contaminando tierra, agua y aire.

Entonces, el problema ya no es solo que los recursos que nos permiten vivir se agotan, sino que los pocos que quedan se van envenenando; tanto más cuanto más artificiales son las cosas que producimos y consumimos.

Pero muchos de estos residuos pueden depurarse degradarse o reciclarse, y al hacerlo, además de no ensuciar el ambiente, permiten ahorrar o generar nuevos recursos. Es fundamental comprender que absolutamente todo en la naturaleza funciona en base a ciclos que permanentemente se renuevan. Nosotros somos parte de esa naturaleza y debemos funcionar en armonía con ella. Si rompemos el sistema, muere la naturaleza, y morimos nosotros. Sí, un poquito hay que invertir, como en el mantenimiento de cualquier casa. Pero de no hacerlo, nuestra casa se pierde.

Algunas claves para educar a nuestros hijos y a nosotros mismos pueden ser:

No malgastar el papel ni desperdiciar el agua.

No tirar residuos en cualquier parte.

Preferir los productos más naturales posibles.

Preferir productos cuyos procesos de elaboración sean procesos limpios.

Preferir productos que generen pocos residuos, o que éstos sean biodegradables o reciclables.

Preferir productos elaborados con materiales reciclados.

Exigirse y exigir la depuración de nuestras aguas residuales.

Respetar siempre cualquier cosa que está a nuestro alrededor.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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