domingo, 6 de febrero de 2011

Mayoristas agudizan inflación acopiando productos para defenderse de ella

Tomado de The Wall Street Journal

Los bancos centrales monitorean el impacto del alza de los 'commodities' y evalúan cuándo y cuánto subir las tasas

Por Liam Pleven y Matt Wirz

Las compañías perjudicadas por el alza en los precios de los commodities están haciendo acopio de neumáticos, prendas de algodón y otros bienes, una maniobra para protegerse contra la inflación pero que también podría contribuir a ella.

El productor estadounidense de especias y condimentos McCormick & Co. se aprovisionó de algunos ingredientes y Monro Muffler Brake Inc. compró llantas y aceite de motor extra, asumiendo que los precios de esos componentes subirán. Anton Sport, un pequeño mayorista de ropa deportiva de Arizona, incrementó sus compras de tejidos para evitar precios más caros.

Estas adquisiciones preventivas representan apenas una fracción de la actividad general de negocios, pero economistas y ejecutivos siguen de cerca la tendencia.

Este acaparamiento de bienes básicos llega en un momento clave para la economía global, en que los bancos centrales pasan apuros para calcular el impacto del alza en los precios de las materias primas y tratan de decidir cuándo y cuánto subir las tasas de interés.

Las compras que se hacen más por las presiones inflacionarias percibidas que como una respuesta a la demanda son importantes porque indican que hay expectativas de que los precios sigan subiendo. Los economistas se concentran a menudo en las previsiones inflacionarias, dado que pueden alentar a los consumidores a acelerar sus compras, lo cual a su vez impulsa los precios.

"El aumento de precio se convierte entonces en una profecía que se cumple a sí misma", explica Zach Pandl, un economista de Nomura Securities. Una vez que el ciclo termina, los precios pueden colapsar, asegura.

La parte más difícil es indicar con exactitud cuándo arranca el ciclo y determinar cuándo intervenir para sofocarlo.

John Anton, el fundador de Anton Sport, vio cómo se disparaba el precio del algodón y decidió actuar. El mes pasado, cuando sus proveedores de camisetas le avisaron de que sus precios subirían por cuarta vez en seis meses, pidió un préstamo de US$300.000 y compró provisiones para más de un año.

Anton tiene normalmente 30 cajas de camisetas a mano, pero ahora tiene más de 2.500. "Fue como si de repente se me encendiera una bombilla y me di cuenta de que podía pedir dinero prestado a una tasa de 2,45%, y si el algodón sigue subiendo entre 10% y 12%, ¿por qué no debería hacer esto?", se planteó Anton. Los precios del algodón dieron un salto de 92% el año pasado, y este año ya acumulan un alza de 22%.

Anton anticipa otro incremento en marzo. Si muchas otras compañías toman medidas similares, podría convertirse en un problema para la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). El banco central tendría que evaluar si este auge en las compras es para abastecer un aumento de la demanda o si se trata de un intento por derrotar a la inflación.

"Sólo los compradores del inventario saben de verdad lo que está pasando", dice Pandl. "Esto complica los cálculos de la Fed".

El Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed se hizo eco del alza en los precios de los commodities en su informe más reciente, pero también le quitó importancia a los temores, asegurando que "las expectativas de la inflación a largo plazo se han mantenido estables".

Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, hizo una mención cautelosa sobre las materias primas en una entrevista hace poco con The Wall Street Journal, en la que dijo que los bancos centrales deben ser "muy cuidadosos para que no haya efectos de segunda ronda" en los precios locales.

Sin embargo, hacer un seguimiento de esos efectos puede ser difícil. Ha habido casos en que el alza de precios para los bienes básicos y el consiguiente acaparamiento aparentemente contribuyeron a una mayor inflación, como en los años 70 después del embargo de crudo árabe, señala Ethan Harris, economista de Bank of America Merrill Lynch.

Los inventarios de los fabricantes han crecido en los últimos siete meses, hasta enero, según el Instituto de Gestión de Suministros. Pero Norbert Ore, que dirige la encuesta de manufactura del instituto, asegura que se trata básicamente de compañías que están acumulando provisiones para ajustarse a la demanda. Aun así, el sondeo de enero mostró que los precios de más de 20 materias primas, desde el aluminio al azúcar, estaban subiendo, mientras que ninguno mostró señales de bajar.

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