sábado, 5 de febrero de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA INTELIGENCIA DE NUESTROS HIJOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

La inteligencia es un don natural con el que todo el mundo nace en mayor o menor grado, y a todos los padres nos encantaría que todos nuestros hijos se vieran favorecidos con una buena dosis de ella, y frecuentemente entendemos que el simple hecho de tener esa capacidad es garantía para que tengan un futuro exitoso, lo cual es un enorme error.

Es conveniente conocer objetivamente la inteligencia de nuestros hijos, para ser conscientes de la realidad y no generar expectativas que difícilmente serán posibles; así como para orientar adecuadamente la capacidad de nuestros hijos, ya que en unas áreas se puede ser más inteligente que en otras. Existen pruebas para evaluar todos estos aspectos.

La inteligencia debe ejercitarse para que pueda rendir al máximo de su capacidad, de la misma forma que el cuerpo requiere ejercicio, o que un carro requiere mantenimiento. Una inteligencia discreta, pero ejercitada y estimulada, puede dar un alto rendimiento; mientras que una inteligencia brillante puede verse opaca por falta de estímulo u otras razones. Existen programas para estimular y sacar el máximo rendimiento de la inteligencia.

Normalmente los niños tienen cierto espíritu investigador que les permite ir descubriendo el mundo y estimular la inteligencia, y que a menudo los padres les apagamos, “para que no se lastimen”, o para que no arruinen esto”, o, simplemente, para hacerles las cosas más fáciles. NO hagamos por nuestros hijos aquello que ellos pueden hacer por sí solos. Les estamos perjudicando. Tampoco debemos darles refugio cuando dan síntoma de no atreverse a afrontar nuevos retos propios de las diferentes etapas de la vida que van atravesando. Al contrario, de forma suave, pero firme, debemos empujarles a afrontarlas.

Pueden existir también múltiples obstáculos tanto orgánicos como ambientales, para que una inteligencia normal o brillante dé de si todo o gran parte de lo que debería. Un obstáculo orgánico bastante común es el déficit de atención, problema que afecta a numerosos niños y que les impide concentrarse y fijar su atención, con lo que el aprendizaje requiere un gran esfuerzo y se convierte casi en una tortura. Por ello, aunque se les observan detalles de brillantez, rinden muy por debajo de lo que deberían.

Los obstáculos ambientales más frecuentes que limitan el desarrollo de la inteligencia, son los relacionados con las situaciones familiares problemáticas. Los conflictos familiares tienden a entristecer y nublar la mente de los hijos y les limita su interés por desarrollar su capacidad.

No obstante, puede suceder a veces que una vez que los niños han asumido el conflicto familiar y se acostumbran a él, buscan con interés nuevos retos y desarrollan su capacidad, aunque el estímulo no es tanto la superación en si misma, sino la búsqueda de independencia con la que escapar de la situación familiar. Sin embargo, no solo las situaciones familiares conflictivas pueden suponer un obstáculo.

Las situaciones hogareñas demasiado confortables pueden serlo también. En estos casos, algunos niños se sienten demasiado cómodos y pierden interés en nuevos retos que les permitan desarrollarse si no existe el adecuado estímulo de parte de los padres. ¡Ojo con eso! Un hogar demasiado tranquilo puede generar niños “demasiado tranquilos”, sin la inquietud necesaria para desarrollarse, si no son estimulados adecuadamente.

Inteligencia es muy diferente a salud mental. Una salud mental inadecuada puede hacer que una inteligencia brillante, incluso ejercitada, se quede escondida y no se proyecte, o bien, que se oriente en sentidos indebidos. Por el contrario, una buena salud mental puede hacer muy apreciada a una persona con inteligencia limitada, y muy fiable respecto a lo que se puede esperar de ella.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
http://www.dramendozaburgos.com/

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario