sábado, 4 de diciembre de 2010

SALUD MENTAL, LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: REALIDAD REAL (I)

Por Doctora Margarita Mendoza Burgos
Para Compartiendo Mi opinión


Recuerdo que hace algún tiempo, en un canal de televisión con abundante programación infanto-juvenil, se promociona un mensaje que trataba de invitar a este sector de la población a superar lo último en tecnología, representado por la llamada “realidad virtual”, y descubrir el más allá: la realidad real, es decir, uno mismo. Y me llamó agradablemente la atención porque provocaba una reflexión que deberíamos observar también los adultos: hasta dónde y de qué maneras tan sofisticadas o peligrosas somos capaces de llegar, tratando de encontrar lo que tenemos tan cerca y tan accesible, y no somos capaces de ver.

Cada vez hay más “soluciones mágicas” que tratan artificialmente de superar nuestros problemas, de satisfacer fácilmente nuestros deseos, de ponernos todo al alcance de la mano, y de hacernos sentir y aparentar lo que no somos. Se usan drogas para olvidar los problemas, pero los problemas ahí siguen, y nadie más que uno mismo puede enfrentarse a ellos para superarlos realmente. También se usan drogas para experimentar “sensaciones maravillosas”, tan intensas y fugaces como irreales; y que impiden la posibilidad de reconocer otras sensaciones como la luz del sol, la caricia de la brisa, el aroma de las plantas, o el canto de los pájaros; tan maravillosas como uno quiera verlas, y, con seguridad, reales, sanas y permanentes.

Hay aparatos que permiten hasta tener relaciones sexuales virtuales, pero que no permiten sentir el amor que contiene un beso o una simple caricia de un ser querido, real y cercano. La presión comercial nos convence de que debemos ser de tal manera y nos hace sentir como si lo fuéramos por usar determinado producto, pero luego no se responsabiliza por la frustración al descubrir que, de todos modos, somos como somos. La realidad real es la única que nos permite ser los protagonistas de nuestra propia vida.

Y ahora que se aproximan las fiestas navideñas, esa misma presión comercial tratará de convencernos de que necesitamos consumir mil y un productos para ser felices en estas Navidades. Gastaremos el dinero que tenemos, o incluso el que no tenemos para descubrir después que nuestra felicidad no dependía de ello, sino de si nuestra vida está bien o no, o de si tenemos seres realmente queridos con los que compartir la compañía, aunque no pueda ser una compañía física. Y será así porque así fueron también los años anteriores.

Esa misma presión comercial tratará también de convencer a nuestros hijos de todos los juguetes que deben pedir a Santa para disfrutar. Lo último en tecnología, en muchos casos juguetes que juegan solos, convirtiendo al niño en mero espectador. Y esos son precisamente los que Santa les regalará para no defraudarles, y hasta más. Por suerte, Santa se va esa misma noche y no puede ver que la mayoría de esos regalos no serán realmente disfrutados, o muy brevemente. E igualmente será así porque así fueron también los años anteriores.

Dra. Margarita Mendoza Burgos:

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Actividad profesional, en El Salvador, desde 1,993, un año después de la firma de los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra civil y donde se hizo evidente la necesidad de ayudar a recuperar la salud mental a las personas afectadas por el conflicto.

Su actividad profesional ha sido enfocada en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión a través de la práctica privada; y la segunda es la colaboración con diferentes medios de comunicaciones nacionales e internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fue la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ha colaborado con instituciones y organizaciones sin fines de lucro en sus programas, entre ellas, Fundación Ayúdame a vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamin Bloom, Universidad de El Salvador. Ha sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Su destacada trayectoria profesional ha sido reconocida por diferentes organizaciones e instituciones entre ellas el Honorable Congreso de su país El Salvador, quien la reconoció públicamente en 2007 por su destacada labor profesional realizada en el campo de la salud mental.

Actualmente reside en Florida, Estados Unidos, desde donde compatibiliza su actividad profesional con otras actividades.

A través de los medios tecnológicos actuales, como video conferencia y teleconferencia, da consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad al paciente para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje, de igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los costos de los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos.

Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidadSu práctica profesional está orientada hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares, a la dirección y educación de los hijos, ya que la Doctora Mendoza Burgos después de tantos años de experiencia profesional está convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nace el individuo, hasta que se vuelve adulto o se independiza.

La Doctora Mendoza Burgos es fiel creyente del rol fundamental que juega la familia en el desempeño durante toda la vida del ser humano, potenciando en buena medida sus probabilidades de éxito.

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