martes, 24 de julio de 2012

Salvemos a los niños del condado de Suffolk, Nueva York


Tomado de Long Island al Día
El pasado 22 de julio, cuando el desfile Puertorriqueño – Hispano de Brentwood comenzaba su desarrollo por la quinta avenida, pasó casi inadvertido para muchos un pequeño grupo de personas quienes al paso de Gran Mariscal del mismo, Steve Bellone, agitaban una pancarta en la que se observaban unas manos de niños. Ellos gritaban,” Bellone, detén el cierre de los Day Care”. La protesta se confundió con el bullicio de la celebración, que continuó su marcha, pero denota un problema que en la actualidad aqueja a un gran sector de nuestra comunidad y entre ella a la comunidad hispana y sus niños.  

Es indiscutible que vivimos tiempos de crisis, en un país que durante largo tiempo, dio importancia a la clase media, constituyéndola en el motor de su desarrollo. Paulatinamente y mientras la concentración de los recursos llenó de millones a una minoría, las leyes que promovieron trabajo y autosuficiencia fueron quedando relegadas, el bienestar a caído en picado desde 1996 y la pobreza ha aumentado, llegando al límite del sufrimiento de quienes ganan los salarios más bajos.
Una familia de 4 miembros con un ingreso de 23.050 dólares es elegible para tener los beneficios de una subvención que le permita enviar a sus niños a los Day Care. Con este ingreso, una familia mantiene una lucha constante para sobrevivir y faltos de medios suelen tener que elegir entre las necesidades que pueden pagar cada mes. Las ayudas para sus alimentos son su salvavidas. Ellos necesitan desesperadamente del apoyo del gobierno para salir adelante.
A finales de la primavera, una comisión de la legislatura del condado de Suffolk, realizó tres audiencias públicas, en donde expertos académicos y otros funcionarios que luchan por el bienestar de los habitantes de Long Island detallaron los desafíos que enfrentan las familias que ganan muy por debajo de 75.000 dólares al año, que es la cantidad que los economistas han demostrado que se necesita para que una familia de cuatro personas sea autosuficiente en nuestra región, que se conoce es de alto costo. El cuidado de niños ocupó una gran parte de los desafíos a considerar por esa comisión.
Durante las audiencias, la Comisión escuchó las historias desgarradoras de los padres, especialmente de las madres solteras, que al igual que todos los padres, se preocupan de dónde dejar a sus hijos cuando ellos están en el trabajo. Sus historias fueron poco menos que importantes, cuando días después la Oficina del estado de Nueva York, para los Servicios para Niños y la Familia, anunció que las subvenciones para el cuidado de los niños para el Condado de Suffolk se reduciría en 143.000 dólares.
En el año pasado, el departamento de Servicios sociales del Condado de Suffolk, ya estaba utilizando estos fondos para subsidiar el cuidado de 5.145 niños tomando un promedio mensual para las familias que ganaban hasta el 200% del nivel federal de pobreza, es decir en el mismo caso de una familia de 4 personas, que es el promedio, era de 46.100 Us al año o 3.642 Us al mes. Esta subvención global ya había sido cortada al condado de Suffolk en 3,3 millones de dólares entre 2009 y 2011, una reducción del 10,5 por ciento, por lo que el departamento ha tenido que reducir los niveles de elegibilidad. En enero de 2012 la elegibilidad se redujo a 185% del nivel de pobreza (42.643 dólares para una familia de cuatro), y en abril se redujo de nuevo, al 150 por ciento ($ 34.575), lo que dio como resultado que 1.054 niños se quedaran sin cuidado, en los Day Care del condado.
La situación se complica, cuando se le informa al condado que al perder otros $ 143.000, la elegibilidad se reduce el mes pasado al nivel federal del nivel de pobreza, es decir, podrán tener acceso a los servicios de cuidado de niños, las familias que tengan para el caso de 4 miembros, un ingreso de 23.500 dólares, lo que hará que 1.200 niños más pierdan la atención, y la mayoría son los más vulnerables en Suffolk, que son los menores de 5 años.
Es dable preguntarse entonces: ¿en dónde quedó aquel estudio mencionado que indicaba que una familia en el condado de Suffolk, requiere de 75 mil dólares al año para ser autosuficiente?
En el pasado reciente, existió la preocupación por prestar un cuidado de calidad a los niños del condado. El propio asambleísta por el sexto distrito de la asamblea estatal, Phil Ramos, contribuyó a la creación de una entidad que agrupara a las proveedoras de este servicio, en una acción positivamente reconocida. Es indiscutible la tranquilidad de los padres al dejar el cuidado de sus hijos a personas idóneas y técnicamente preparadas, no solo para cuidarlos, sino para enseñarles los elementos que les permitan llegar al kindergarden con una buena ventaja.
La situación presentada, en forma casi que improvista afectó de manera inmediata, en primera manera a los niños que han perdido el cuidado. Algunos padres, solicitaron a sus empleadores que les rebajaran su salario, para poder acomodarse a los límites establecidos y seguir con su calificación. Otros pidieron que les fuera reducida su jornada de trabajo, para seguir siendo elegibles.
Algunos, los más, expresaron que no dejarían el cuidado de sus niños a personas sin las cualidades requeridas y expresaron que renunciarían a su trabajo .Ahora, con la elegibilidad reducida al nivel federal de pobreza, casi no hay familias trabajadoras que sean capaces de conseguir un subsidio para el cuidado infantil.
Este es el resultado al tratar de arreglar un problema generado por quienes calcularon el monto de los subsidios: desempleo, cuidado de los niños casi a cero, pero con más de 5.000 niños en el desamparo en la actualidad. El desempleo tiene dos aristas: por un lado el generado por quienes han renunciado a su trabajo o han reducido su jornada y para las proveedoras del servicio, que invirtieron sumas notables de dinero para montar una infraestructura adecuada para obtener su licencia respectiva. Algunas de ellas, enfrentan la posibilidad de atrasarse en pagos al banco, al no poder cumplir con sus obligaciones. Simplemente sus Day Care, no tienen clientes, es decir, no tienen niños o escasamente tienen una cantidad tan baja de asistentes, que no es lo mínimamente rentable tenerlos abiertos.
Esto no tiene sentido, mientras por ejemplo, se está anunciando que se beneficiará a los compradores de casa por primera vez en el condado hasta con Us10.000 para incentivar la compra de vivienda o se anuncia por parte de la administración Bellone, la creación de nuevos puestos de trabajo. Los calculistas de las formas de financiación se basan en fórmulas complejas y cambiantes con frecuencia, penalizando a las familias y sobre todo a los niños quienes en este caso son los más vulnerables.
El problema es una de esas herencias que le quedan a las nuevas administraciones. La administración que encabeza Steve Bellone, a pesar de ello, se ha mostrado abierta a dialogar con la Unión que agrupa a las proveedoras de los servicios.
A su vez, las proveedoras como miembros de la comunidad de Suffolk, han pedido ayuda al asambleísta Ramos, para que medie en una solución concertada y seria que impida que las reglas por las que se rigen las calificaciones sean cada vez cambiadas.
La proveedoras han hecho bien su trabajo, suministrando un servicio reconocido por su calidad, ahora sigue que la Unión dirija sus protestas a quién corresponde, por el contrario de llevar a sus afiliadas a una protesta frente a las oficinas del ejecutivo del condado de Suffolk, sumen sus esfuerzos y le pidan al gobernador Andrew M. Cuomo, y la Oficina de los Niños y Familias de su administración a que cumplan con su deber y hagan lo suyo, mediante la restauración de los $ 3.5 millones anuales en subvenciones que han sido suprimidos desde 2009 y la revisión de la fórmula que penaliza el éxito de Suffolk mientras castiga a las familias trabajadoras más pobres.
Es el momento de sumar esfuerzos, la administración del condado, los legisladores, la Unión, para que su voz se escuche por el gobernador.
Comprobado está que cuando se unen esfuerzos, el éxito es posible. Seguro por ello, aquel cartelón en un desfile, que casi no llegó a realizarse, por las mismas causas, por las que se cancelan actividades o programas en estos tiempos. Falta de presupuesto, crisis económica, son las razones para no hacer o seguir haciendo. A los grandes inversionistas y sus corporaciones les llega el rescate, estamos seguros que a los niños de Suffolk, también les llegará el suyo.
En trabajar unidos, ya tenemos experiencia y hemos vencido las dificultades en forma exitosa. Manos a la obra.

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