domingo, 8 de julio de 2012

Soltando equipaje



El viajar no solo es un placer, sino que nos da la oportunidad de ver, experimentar, expandir nuestro conocimiento del mundo que nos rodea. La mayoría del tiempo cuando nos estamos preparando para viajar tendemos a llenar nuestro equipaje de cosas que en el 80% de las veces no utilizamos.

Esto a su vez tiene un efecto multiplicador, a que no solo cargamos cosas que no necesitamos, sino que nos restringe de recolectar nuevas experiencias y/o regalos que deseamos traer de vuelta en nuestra maleta.

Si fuéramos a llevar esta misma filosofía a nuestra vida diaria, primero lo podríamos ver en el contexto de como vivimos diariamente, en donde inconsciente y/o consciente tenemos miles de pensamientos que nos cargan la maleta y seguido por las interacciones que tenemos con nuestro entorno inmediato.

A esto le sumamos toda a información que recibimos constantemente de todo lo electrónico que nos acompañan y de las noticias (TV, radio, periódicos e internet). Se adhieren las historias de horror de nuestros vecinos, los melodramas de nuestros familiares y/o personas que se sienten solas y estrictamente ven ese espacio de exageración como su única alternativa.

Teniendo este panorama como punto de partida pudiéramos concluir que el equipaje que acumulamos diariamente es más de lo que se saludablemente deberíamos de cargar.

Primero, comenzamos con el equipaje del cual nunca tuvimos control o por lo menos alguna oportunidad de escoger diferente, nuestro entorno en la niñez. Ese equipaje viene con el agravante del lugar en donde naciste, el hogar que "escogiste", quienes son esas personas que te rodean, en que nivel de conciencia estas y sobre todo el entorno inmediato mas allá de las paredes de tu hogar.


Este equipaje es uno que si no lo trabajamos con carácter de urgencia, nos detiene, paraliza y hasta pudiésemos estar condenados a una vida de nunca conocer la felicidad.

Segundo, podríamos decir que es el equipaje que recolectamos en la interacción diaria de los cientos de estímulos sensoriales, que inmunizan la sensibilidad de nuestros sentidos y que a su vez reducen nuestros niveles de tolerancia. ¿Cuándo fue la ultima vez que saco unos minutos para estar en silencio?

No solo aquellos que están consientes hacen este ejercicio, sino que cada día más los doctores están recomendando a aquellos que tienen estrés que saquen momentos de soledad para que puedan descansar la mente y por ende el cuerpo. La sobre estimulación nos aturde, no nos permite tener acceso a la inteligencia emocional, tan importante en la interacción diaria con el ser humano.

Esto se complementa a su  vez con el nivel de educación del que pudimos tener acceso, las oportunidades que nuestro entorno nos facilitó, nuestras creencias y la calidad de la interacción de la comunicación en todas sus modalidades.

Aunque este factor pudiera ser trascendental en algunas personas, hemos conocidos a otros que con limitaciones extremas, han salido del “hoyo” y se han convertidos en grandes viajeros de poco equipaje.

Por último está el equipaje que llevamos por el cual conscientemente escogemos adquirir en el camino y por supuesto está el que es innato que viene integrado en nuestro ADN.

Cualquiera que se la razón por la cual tenemos ya sea suficiente, demasiado o poco equipaje, seria un buen ejercicio de reflexión hoy ¿Cuánto equipaje tenemos en nuestro que nos está deteniendo de ser nuestra máxima expresión?

Cuando realices el ejercicio de contestar esta pregunta en un ambiente de puro silencio, veras la magia de tener de poder soltar equipaje y hacer espacio para nuevas y grandes cosas comiencen a suceder en sus vidas.
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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Life-Business Coach

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