Tomado
de RFI
En Libia se celebran este sábado 7 de
julio las primeras elecciones tras la caída del dictador Muamar Kadafi, muerto
durante la revolución contra su régimen en 2011. Los libios elegirán la
Asamblea Constituyente de la que saldrán un nuevo Gobierno y una nueva
Constitución.
Los libios elegirán a los 200 miembros del primer Congreso General
Nacional que tiene que nombrar un nuevo Gobierno y un comité de expertos
encargado de redactar un proyecto de Constitución, que luego se someterá a
referéndum.
Aunque todavía no hay fecha para el anuncio de los resultados, una vez
que la nueva asamblea haya celebrado su primera sesión, el Consejo Nacional de
Transición (CNT), que dirige Libia desde la caída del régimen de Gadafi, muerto
en octubre de 2011, tendrá que dimitir.
La votación, prevista inicialmente el 19 de junio según el calendario
del CNT, se retrasó por razones técnicas y logísticas, indicó la comisión
electoral. Unos 2,7 millones de libios de un total de seis millones de
habitantes (un 80% del cuerpo electoral) están inscritos en las listas
electorales.
Aunque se presentaron más de 4.000 candidatos individuales o inscritos
en las listas de movimientos políticos, la comisión electoral sólo declaró
elegibles a 2.501 independientes y a 1.206 de grupos políticos.
El país está dividido en 72 circunscripciones. En algunas regiones los
electores tienen que elegir a un partido político y un candidato individual y
en otras sólo a uno de los dos. Un total de 629 mujeres presentaron sus
candidaturas y están bien representadas en las listas de los partidos, aunque
entre los candidatos individuales sólo representan el 3,4%.
Los escaños se reparten entre candidatos independientes (120) y
movimientos políticos (80), una manera de evitar, según las autoridades, que un
sólo partido domine la futura Asamblea Constituyente.
Esto no impide sin embargo que algunos partidos apoyen a candidatos
individuales, lo que podría llevar al poder en Libia a los islamistas, como ya
pasó en Túnez y Egipto, dos países que también vivieron la ola de protestas de
la llamada “primavera árabe”.
Durante la campaña electoral, que termina el jueves, destacaron
principalmente tres partidos. Dos de ellos son islamistas: el Partido de la
Justicia y de la Construcción (PJC), una rama de los Hermanos Musulmanes, y el
Al Watan, del polémico ex jefe militar de Trípoli Abdelhakim Belhaj.
El tercer grupo político destacado es el de los liberales, reunidos en
una coalición lanzada por Mahmud Jibril, el ex primer ministro del CNT durante
la revuelta contra Gadafi.
El Consejo Nacional de Transición decidió repartir escaños según
consideraciones demográficas, de manera que 100 se elegirán en el oeste del
país, donde hay el mayor número de habitantes. El este de Libia tendrá 60
escaños y el sur desértico 40.
El CNT también decidió bajo presión que el sistema de votación de la
futura Asamblea Constituyente sea por mayoría de dos tercios, de manera que el
oeste del país no pueda tomar una decisión sin la aprobación de las otras
regiones.
Pero los federalistas reclaman una "repartición equitativa"
de los escaños y amenazan con boicotear y sabotear el proceso electoral si sus
reivindicaciones no se toman en cuenta. En los últimos días incluso saquearon
centros de votación en el este de Libia, sobre todo en la ciudad de Bengasi.
Frente a estas amenazas, existen dudas sobre la capacidad de las
autoridades para garantizar la seguridad de las elecciones, en un país donde
circulan impunemente milicias con armas pesadas.
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