viernes, 21 de octubre de 2011

Tropas de la OTAN se retirarán de Libia el 31 de Octubre

Tomado de El País

El secretario general de la Alianza, Ander Fogh Rasmussen, asegura que habrá un "cierre nítido" de la campaña

Por Ricardo Martínez de Rituerto

La OTAN pondrá fin a su campaña en Libia el próximo día 31, a los siete meses exactos de haber lanzado la Operación Protector Unificado que ha acabado con la vida de Muamar el Gadafi y con su régimen, según ha anunciado esta noche el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen. En los diez días que quedan hasta entonces, definidos por Rasmussen como un periodo de transición, la OTAN “vigilará y responderá a las amenazas a civiles si hace falta”. Después, habrá “un cierre nítido de la operación porque no tenemos intención de mantener fuerzas en la región”.

El anuncio de Rasmussen se ha producido cuatro horas después de lo previsto y cinco horas y media después de que el comandante aliado supremo de la OTAN, almirante James Stavridis, recomendara al Consejo Atlántico (los embajadores aliados) el fin de la operación. Rasmussen ha atribuido el sorprendente, por largo, debate entre los Veintiocho a la seriedad del momento y a la necesidad de valorar todas las posibilidades.

La campaña militar también ha probado que las intervenciones bélicas exclusivamente aéreas pueden dar el resultado buscado

Según algunas versiones, en la discusión se opusieron quienes propugnaban que el anuncio se hiciera una vez el Consejo Nacional de Transición (CNT) anunciara la completa liberación del país, lo que podría no ocurrir hasta el domingo, criterio que había mantenido en público Francia, y quienes defendían la necesidad de mantener la fuerza durante varias semanas hasta tener la seguridad de que la situación estuviera estabilizada.

A final Rasmussen ha anunciado “la decisión preliminar de concluir el 31 de octubre”, que se oficializará la semana entrante “tras mantener consultas con Naciones Unidas y el CNT”. También ha alertado de que en el interregno “la OTAN vigilará y responderá a las amenazas a civiles si hace falta”. Y después, nada más. “No tenemos intención de mantener las fuerzas en la región. Será un cierra nítido de nuestra operación”.

Más allá de las discrepancias tácticas, el hecho es que antes de comenzar la reunión del Consejo Atlántico reinaba entre los aliados un clima de misión cumplida. “Podemos dar por terminada la operación, que cuesta dinero y absorbe muchos medios, porque ya no hay nada más que hacer”, comentaba un diplomático, que colocaba el hito del fin de la campaña, más que en la muerte de Gadafi, en la toma de Sirte. “El régimen ha caído con Sirte”, señalaba. “Todo está bajo control de los que antes eran los agredidos, a los que fuimos a defender de las agresiones del régimen”.

La fuente planteaba la situación en términos gráficos: “Es como lo que ocurre al final de una cena. Cuando se ha terminado hay que recoger”. En esas se enredó la OTAN, en cómo y con qué rapidez recoger. Y quizá también en el deseo de algún aliado de sacar rédito político a lo ocurrido.

Aunque la caída de Sirte fuera el hito decisivo, la desaparición de Gadafi ha ayudado notablemente a aclarar el panorama. Entre los escenarios previstos para Libia, los aliados consideraban la posibilidad de que un Gadafi derrotado sobre el terreno y huido pudiera seguir dando órdenes a sus últimos leales y creando problemas que exigieran la continuidad de Protector Unificado.

La campaña comenzó a raíz de la petición del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en marzo de que la comunidad internacional interviniera para proteger a la población libia, y esta noche Rasmussen ha declarado que “lo hemos hecho con éxito”.

Cuestionado sobre si las sórdidas circunstancias de la muerte de Gadafi no empeñaban la operación o le dejaban un regusto amargo, el secretario general ha insistido en el repetido principio de que “ni Gadafi ni ninguna otra persona ha sido objetivo de las operaciones”. Como el depuesto líder libio fue abatido al final de un ataque a una caravana militar en el que participaron aviones de la OTAN, Rasmussen ha alegado, sin citar a Gadafi, que “las caravanas que pueden ser amenazas a civiles son objetivos legítimos”. Ha dicho confiar en que las nuevas autoridades libias respeten los principios del Estado de derecho, los derechos humanos y que sean transparentes.

El fin de la operación libia es un balón de oxígeno para la OTAN, que pena por librarse de Afganistán sin ninguna garantía de que lo que quede allí a partir de la retirada de finales de 2014 (a pesar de que Estados Unidos seguirá manteniendo miles de soldados en misiones de apoyo en el país asiático) sea una situación estable.

El éxito ha sorprendido a la propia casa. Antes del receso veraniego una fuente diplomática aliada aventuraba que “quizá, y muy probablemente, la crisis libia se resolverá mediante una negociación para acordar una salida política”.

La campaña militar también ha probado que las intervenciones bélicas exclusivamente aéreas -en determinadas condiciones y a falta de conocer la dimensión de las operaciones encubiertas de algunos aliados- pueden dar el resultado buscado.

Eso en la vertiente puramente operativa, porque política y estratégicamente se ha visto por primera vez a países europeos, con Francia y Reino Unido a la cabeza, en la vanguardia de una operación por expreso deseo de Estados Unidos, que ha querido probar las capacidades de sus aliados. “Los europeos tienen que hacerse cargo de su propia vecindad”, apunta una fuente estadounidense. “Eso no quiere decir que Estados Unidos no vaya a intervenir en una próxima ocasión, pero Estados Unidos no va a estar siempre disponible”.

Al poner a los europeos en primera línea de acción, Washington ha llegado a la conclusión de que Protector Unificado no hubiese sido posible sin la aportación inicial de Estados Unidos, que laminó la débil resistencia potencial de las fuerzas de Gadafi, y que al lado europeo de la Alianza le quedan muchas deficiencias que subsanar: faltan especialistas en marcar objetivos; los arsenales deben contar con reservas suficientes, y “sobre todo faltan capacidades cruciales: aviones nodriza y plataformas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento” como los aviones no tripulados, en palabras de Leon Panetta, secretario de Defensa de Estados Unidos. “Sin estas capacidades”, que ha cubierto en gran medida Estados Unidos durante los últimos siete meses, “hubiese resultado muy difícil lanzar y mantener la operación en Libia”, advirtió Panetta a principios de mes a sus aliados.

2 comentarios:

  1. se retiran de libia, si ya la destruyeron. Y los 5 trillones de dolares de libia adonde estan?
    fueron transferidos a bancos franceses que estan por quebrar, y a bancos gringos.
    Que pasara con una de las maravillas que Gadafi construia en libia, el gran acueducto?
    Que pasara con el petroleo y el gas?
    A cuanto cobraran las armas, bombas etc etc que la cruelaotan puso.
    Si a Gadafi lo mataron huyendo eso significa que lo asesinaron.
    El vergonsozo novel de la paz es el vergonzoso novel de la guerra.

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  2. En los años ochenta Muammar Gaddafi inició un proyecto a gran escala de aprovisionamiento de agua que cubriría Libia, Egipto, Sudán y Chad sin recurrir a los fondos del FMI que hace pensar a los analistas en la aspiración del monopolio global de los recursos hídricos por parte de Occidente.

    Los recursos acuáticos como factor clave en la política mundial

    Actualmente los recursos acuáticos representan un factor clave en la política mundial. En el sur de Libia se ubican cuatro grandes depósitos de fluido con 35.000 kilómetros cúbicos de agua. Los expertos indican que los recursos libios son de especial interés, aún más importante que el petróleo.

    Un metro cúbico de agua desde los embalses de Libia, teniendo en consideración todos los gastos, podría ascender a 35 centavos, indican los analistas. Considerando el coste del metro cúbico europeo de dos euros, el valor de las reservas hídricas de los depósitos de Libia alcanza unos 58 billones de euros.

    El proyecto acuático de Gaddafi

    En el quinto Foro Mundial del Agua en Estambul las autoridades libias presentaron su proyecto de abastecimiento de agua por un valor de 25.000 millones de dólares, que fue bautizado como "la octava maravilla del mundo" ya que supone la creación de un río artificial. Los trabajos se han llevado a cabo desde los ochenta bajo el control de Gaddafi. La conducción del agua debe extenderse hasta los 4.000 kilómetros. Según las investigaciones, el plan es más económico que otras variantes alternativas.

    Además, el Gran Río Artificial de Libia es considerado uno de los más grandes proyectos de ingeniería realizados que provee agua del desierto del Sáhara en Libia desde los acuíferos fósiles.
    depositado reservas, con más de 40.000 años de existencia, de agua pura y apta para el consumo humano.

    El sistema tiene la capacidad de bombear agua desde unos 1.300 pozos en el desierto y mover 6,5 millones de metros cúbicos de líquido cada día a las ciudades de Trípoli, Bengasi, Sirt y otras.

    La construcción todavía continúa hoy en día. En la actualidad, 4.000 tuberías de 4 metros de diámetro transportan agua hasta los grifos de los hogares libios.

    Durante la apertura de una sección del proyecto, Gaddafi destacó su importancia diciendo que "se convertirá en la respuesta más fuerte a EE. UU.". El expresidente de Egipto Hosni Mubarak también fue un gran defensor de este proyecto.

    El proyecto de Libia no se integra bien en los planes de Occidente

    El proyecto de Libia podría crear una verdadera "revolución verde" al resolver una serie de problemas con los comestibles en África y, consiguientemente, garantizar la estabilidad y la independencia económica. Para el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los cárteles mundiales es más lucrativo ofrecer sus propios proyectos costosos como, por ejemplo, la dulcificación de agua y la intención independiente de Libia no se integra bien en sus planes, indican los expertos.

    Agua frente petróleo, ¿cuál es más costoso?

    Los expertos destacan que el precio del agua desalada ofrecida por las empresas israelíes, europeas y estadounidenses a los estados africanos es de 3,75-4 dólares por metro cúbico. Y las reservas de solo tres de los cuatro depósitos de Libia ascienden a 35.000 kilómetros cúbicos. Multiplicado por cuatro dólares supone 140 billones de dólares de presunto lucro para los países de Occidente.

    Libia tiene reservas probadas de petróleo que se estiman en 5.100 millones de toneladas. El precio actual por tonelada es de unos 935 dólares, multiplicado por el volumen de reservas supone unos 4,7 billones de dólares. En comparación con la cantidad de agua calculada sobre la base de un precio de 35 centavos (en lugar de 4 dólares), ascenderá a una suma de 10 billones, dos veces más que el precio de las reservas de crudo.

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