sábado, 3 de marzo de 2012

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VEJEZ, PROBLEMA PARA LA FAMILIA?

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Quizás nunca como ahora se ha planteado la vejez como un problema para la familia, pero la situación de cada vez más ancianos pone de manifiesto una aparente problemática que, si no es más evidente, es porque aún conservamos cierta conciencia sobre lo vergonzoso de su esencia; aunque si cada vez es más aparente, es porque cada vez se va perdiendo más dicha conciencia.

Probablemente la causa del problema tiene una doble dimensión. Por un lado ese rechazo surge como consecuencia de los valores fundamentales de la cultura occidental actual, como el dinero, el poder, la productividad, la capacidad de trabajo, la eficacia, la imagen, la fuerza, el sexo, la diversión desenfrenada... precisamente aquellos inasequibles para la tercera edad.

Al rechazo asociado a no poder estar a la altura de lo que dichos valores exigen, se une el rechazo a verse obligado a dedicarles una atención que nos restaría tiempo y energía para dedicarlo precisamente a esos valores que actualmente motivan a esta sociedad, mencionados anteriormente. Y si ello es cada vez mayor motivo de desatención a los hijos, no puede extrañar que lo sea con los ancianos.

Por otro lado, muchísimas personas afrontan esta etapa de su vida de una forma negativa y mentalmente poco saludable, y eso dificulta también la integración de los ancianos en la familia. En muchos casos eso es consecuencia de una falta de planificación y preparación para ello; en parte por no existir cultura de la planificación, y en parte porque es difícil que surja el estímulo para esa planificación cuando se entra en esa etapa sin asumirla, y no se asume porque se siente rechazo a ella, rechazo que, regado por la propia cultura y sus valores, ha germinado y crecido a lo largo de todas las etapas previas de la vida.

Asociada a la falta de planificación para la vejez está otra causa que suele dificultar la convivencia de los ancianos con la familia, y es la interferencia que en ocasiones provocan las personas mayores en el modelo educativo de los hijos. Debe tenerse claro que el modelo educativo y su aplicación y supervisión es entera responsabilidad de los padres. Los abuelos pueden ser excelentes aliados en esta tarea respetando y apoyando el modelo de los padres, pero boicotearlo o desacreditarlo es muy perjudicial para los hijos y suele traer conflictos.

A veces hay otra dificultad añadida para dicha integración, basada en una mala relación familiar durante las etapas anteriores, que no hace muy atractivo para la familia el acogerles. Situaciones de abandono, desatención o abuso de los hijos hacen que en la siguiente etapa de la vida éstos no sientan mayor nivel de compromiso del que sus progenitores sintieron tiempo atrás con ellos. O bien, el que la mala relación haya sido con la familia política suele suponer también un obstáculo para la integración.

La sana integración de los ancianos en la familia es lo natural, lo recomendable, y lo deseable, pero no necesariamente va a suceder por esa razón si no se dan las circunstancias propicias. Se han apuntado algunas causas que dificultan esa integración, causas en las que absolutamente todos, incluso los ancianos, debemos reflexionar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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